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GUÍA DE LECTURA

Loxicha y los vientos del pueblo

Jaime Panqueva 

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Loxicha y los vientos del pueblo
Loxicha y los vientos del pueblo

Hace unos meses el mundillo editorial mexicano fue sacudido por una de las primeras andanadas de la nueva administración del Fondo de Cultura Económica, cuyo director había sacudido previamente los castos oídos de las redes sociales con algunas declaraciones infortunadas por partida doble, que por fortuna han caído ya en nuestro cotidiano Leteo. Me refiero a la colección Vientos del Pueblo, cuyos primeros tres ejemplares fueron presentados a finales de febrero en la Feria del Libro de Minería: De noche vienes, de Elena Poniatowska, Rikki-Tikki-Tavi¸ de Rudyard Kipling y Los yanquis en México, de Guillermo Prieto.

Quienes amamos la lectura y los libros, somos conscientes de las limitaciones que imponen los precios para una gran cantidad de personas que no han sido tocadas aún por la literatura, y celebramos este esfuerzo, que trae textos bien escogidos y editados, a un precio que oscila entre 8 y 20 pesos por ejemplar.

La colección ha crecido en estos meses y suma ya 12 ejemplares, a los que se sumaron por estos días Los mártires de Tacubaya de Juan A. Mateos ($14) y Los esclavos de Yucatán de John Kenneth Turner ($20), documentos históricos ambos sobre las guerras liberales y las deplorables condiciones sociales del Porfiriato, respectivamente. A su vez, ambos fueron ilustrados por el grabadista EKO, con un resultado visual extraordinario que refuerza de forma gráfica las denuncias de estos textos.

Ayer, de boca del coordinador de la colección, Luis Arturo Salmerón, escuché algunos de los planes y alcance de este programa, cuyo tiraje por título consiste de 40.000 ejemplares. El primer cuento editado ya se agotó, y de la mayoría de los ejemplares lanzados con posterioridad, se mantiene en bodega menos de una cuarta parte del tiraje. Es muy poco, si consideramos que esto implicaría haber vendido 300.000 libros en poco menos de cuatro meses.

Las estrategias de distribución buscan vincular también al sector privado, como cadenas de supermercados, y a diferentes dependencias del gobierno como la Secretaría de Salud, a través de la red de hospitales y centros de atención, o instancias como el INFONAVIT para que cada casa nueva entregada incluya una biblioteca inicial de la colección. La meta consiste en producir y vender 100 títulos a lo largo de un año, lo cual implicaría poner en circulación cuatro millones de ejemplares de bajo costo, con temas históricos y literarios. Celebro también que reportajes como Loxicha, los ejércitos de la noche, de Fabrizio Mejía Madrid, hagan parte de esta colección, y espero que estos vientos ayuden a crear lectores y ciudadanos más conscientes de su entorno.

Cierro con unas palabras del promotor de este trabajo que busca conmover a muchos de los impávidos lectores potenciales de nuestro México. “Si tu hijo no lee, el problema eres tú que no supiste inculcarle la pasión. Si el hijo del mecánico o del campesino no lee, es problema del Estado que no supo acercarle los libros.”

 

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