Es lo Cotidiano

La novela de mi vida, sexto capítulo

David Ojeda

 

Tachas 02
Tachas 02
La novela de mi vida, sexto capítulo

En Semana Santa mi madre nos llevaba a Salvatierra, Gto. Un viaje que empezaba en tren. Ver los murales en la estación del ferrocarril de SLP, el bullicio, la espera. Abordar el tren por la ventanilla para que yo, un chiquillo de siete o nueve o diez años, apartara los lugares en el vagón de segunda. Instalarnos con nuestra ropa nueva que nuestra madre nos había cosido. Esperar el momento en que mi abuela sacaba de una bolsa las tortas que había preparado: frijoles con huevo; frijoles con queso. Gozar el paisaje hasta la llegada a Empalme Escobedo, donde transbordábamos al tren que nos llevaría a Celaya. Y de ahí en autobús a Salvatierra. Quedarnos en la casa de mi tía Enedina. Percibir en la madrugada el olor del pan que se horneaba en la panadería al otro lado de la casa. Las campanas de la parroquia. Mis primos... El río Lerma... (En la foto –¿Semana Santa de 1961? ¿Yo de once años?– se me ve en el centro; abajo mi hermano Fernando y más abajo mi hermana Raquel; me flanquean dos primos, hijos de mi tía Enedina, Juan José Rodríguez Ojeda y Francisco; a los pies de mi hermana, sentados, otros dos hijos de mi tía que ya no reconozco; en una de las habitaciones a la izquierda de mi primo Juan José murió mi padre poco menos de nueve años antes, en noviembre de 1952. Tan Tan).