Participación para el desarrollo, 3
"En entidades de alta abstención, como Sonora y Guanajuato, la poca afluencia se concentra en el género masculino, el sector joven y el ámbito urbano..."
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En el estudio muestral de la participación político-electoral que dio a conocer hace poco el Instituto Nacional Electoral (INE) se proporciona información desglosada a nivel de las entidades federativas, que pone en evidencia la gran disparidad regional que existe en el interés de los votantes mexicanos a participar ante urnas. En la elección federal de julio de 2018 la entidad con más concurrencia fue Yucatán con 75.4%, un 12.3% más que el promedio nacional (63.1%). Llama la atención por tratarse de la entidad con mejor seguridad pública del país. Fue seguido de Tabasco (71.1%), Ciudad de México (70.6%), Campeche (70.0%), Chiapas (68.4%) y Puebla (68.3%). Todas, excepto Campeche, con elección de gubernatura.
En el extremo opuesto encontramos a Sonora (51.9%), Baja California (62.6%), Guanajuato (63.2%), Chihuahua (54.4%) y Nuevo León (55.8%). Sólo Guanajuato tuvo elección de gobernador(a). Dice el estudio que en términos generales “las entidades con mayor población votante se ubican en la parte sur y centro del país, en tanto que en el norte se ubican en mayor medida aquellas con menor tendencia a participar.” (INE, 2019: 35) Las entidades con elecciones concurrentes a gubernatura registraron una participación de un 5% mayor que el promedio de las que no las tuvieron. Excepto Guanajuato, lo que lo hace un caso intrigante.
Las entidades con elecciones concurrentes mostraron una mayor asistencia a urnas mayor en casi cinco puntos; pero visto por género en esos mismos estados las mujeres participaron un 8% más que los hombres.
Entre las elecciones presidenciales de 2012 y las de 2018, quince entidades registraron incrementos en su asistencia a urnas, en particular Michoacán, Oaxaca y Puebla. Pero en otras doce el porcentaje disminuyo, sobre todo en Guanajuato, Sonora, Jalisco y Nayarit.
Por grupos de edad, se confirma el poco interés que tienen los jóvenes (18 a 29 años) en participar, en particular en Sonora, Baja California Sur, Guanajuato y Chihuahua. Sólo once entidades superan los promedios nacionales, destacando Yucatán, CdMx, Campeche y Tabasco. El estudio destaca la necesidad de indagar los factores que influyeron entre los jóvenes de Chihuahua, Guanajuato y Sonora para haber incrementado su desafección a las urnas, cuando se trata del grupo etario más numeroso en el padrón electoral (Ibid: p. 47).
Es de llamar la atención que las entidades con alta participación electoral, como Yucatán, basen la misma en la afluencia de mujeres en secciones no urbanas y de grupos de edades jóvenes. En entidades de alta abstención, como Sonora y Guanajuato, la poca afluencia se concentra en el género masculino, el sector joven y el ámbito urbano (Ibid: p. 48-49).
Hay una diferencia de 37 puntos porcentuales entre el distrito federal con menor participación (distrito 03 de Ciudad Juárez, Chih.) y el de mayor afluencia (distrito 05 Ticul, Yuc.). En Guanajuato el más rezagado fue el distrito 09 de Irapuato, con 48.3% de participación; 51.6% entre mujeres y 43.8% entre hombres. Además, la diferencia entre la participación de las mujeres y los hombres se acentúa en entidades como Guanajuato, Querétaro, Guerrero y EdoMex. Como ejemplo extremo, el distrito 01 de San Luis de la Paz en Guanajuato, con una participación global de 54.9%, registró 61.3% entre las mujeres y 46.6% entre los hombres; una diferencia de 14.8%. Contrastes inquietantes que nos llevan a preguntar si esas diferencias responden a factores como la migración interna e internacional, el cambio en los perfiles laborales y de género que ha impuesto la industria y los servicios, o si la política está dejando de interesar a los varones…
Toca ahora abordar las particularidades del caso guanajuatense en la ocasión próxima.
Se puede consultar el informe en este vínculo: http://bit.do/e7r7u