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¡Por los dioses!

Chema Rosas

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Chema Rosas - ¡Por los dioses!
¡Por los dioses!

Durante mucho tiempo la ciencia y la religión eran una misma cosa cuyo propósito consistía en explicar todo aquello no observable por los ojos y no comprensible por el sentido común. Así, los fenómenos naturales eran deidades a las que había que respetar y temer, aunque no se comprendiera del todo, y una de las fuerzas naturales más antiguas, poderosas e incomprensibles sin duda alguna es el sexo. Puede que hoy nos escandalice cómo se utiliza el sexo y el placer para vender ideas, desodorantes y hasta helado –¡como si el helado necesitara ayuda!–, pero desde hace siglos esa fuerza ha sido explicada y explotada por las religiones con historias que apenarían a Martin Sheen. Aquí algunos ejemplos:

Pan: Uno de los más antiguos en la mitología griega, es dios de los pastores, rebaños, música… y fertilidad. A primera vista con sus cuernos, barba y patas de chivo, parece un fauno cualquiera y en realidad buen tipo que suele ser el alma de las fiestas… pero en realidad es un poco más perverso. Pan tenía la costumbre de copular con cualquier cosa que se moviera sin importar su género, especie, estado civil o edad; sus favoritas eran las ninfas, que tenían la costumbre de rechazarlo. Una de las ninfas que no quiso acostarse con él terminó convertida en caña y él, al enterarse, la cortó; con ella fabricó lo que ahora conocemos como flauta de pan, para tocarla cuando quisiera.

Loki: Todos lo conocemos por ser el carismático hermano de Thor y principal villano en la primera película de Los Vengadores. Cierta ocasión los dioses contrataron a un gigante para que construyera una pared. Loki le apostó al gigante que si la terminaba a tiempo le daría a la diosa Freya como recompensa. El gigante contaba con la ayuda de un semental –también gigante– con el que estaba construyendo el muro, más rápido y furioso que Vin Diesel. Ante la perspectiva de ser derrotado, Loki usó sus poderes para transformarse en una hermosa yegua, sedujo al semental y… digamos que lo distrajo el tiempo suficiente para que el gigante perdiera la apuesta (la golpiza que le pone Hulk en casa de Tony Stark no suena tan mal ahora). Como si no fuera suficientemente confuso, unos meses después la yegua Loki dio a luz a un caballo con patas de araña.

Chinnamasta: Diosa hindú del auto sacrificio y privación sexual. Un día iba paseando con sus dos amigas, y como estaba haciendo calor y llevaban buena parte del día bajo el sol, les pareció buena idea meterse a bañar en un estanque. Se estaban divirtiendo tanto que el tiempo pasó volando y empezaron a tener mucha hambre. Como no habían llevado sándwiches y aún no se inventaba el servicio a domicilio, Chinnamasta hizo lo que cualquier diosa del auto sacrificio habría hecho en su lugar: cortó su propia cabeza para que salieran tres chorros de sangre de su cuello, uno para cada amiga y otro para su cabeza decapitada. Así no tuvieron que salirse de la alberca tan temprano.

Sheela Na Gigis: Pertenece a la tradición de Irlanda y Escocia. Es una anciana fea y exhibicionista que va por todos lados acosando a los hombres que van tranquilos por la banqueta y lo único que quieren es usar faldas cortas y salir a la calle sin ser molestados. La mayoría de los hombres la rechaza, pero si alguno muestra interés, ella se transforma en una joven y hermosa mujer y diosa sexual con el poder de convertirlos en reyes.

Isis: Es un nombre que en la actualidad relacionamos con siglas terroristas. Sin embargo, esta Isis es la diosa egipcia de la naturaleza, la magia y la maternidad. Estaba casada con Osiris, cuyo peor enemigo era su hermano Set. Este último engañó a Osiris, lo mató y lo cortó en muchos pedazos que esparció por el mundo. Como Isis amaba a Osiris, buscó todos los pedazos y encontró todos, menos el necesario para hacer bebés… así que fabricó uno de oro y revivió a su esposo el tiempo suficiente para una sesión de pasión cadavérica y… llamémosle prueba de joyería. De esta necrófila unión nació Horus, un dios con cabeza de halcón y padre de la civilización egipcia.

Afortunadamente la civilización occidental y moderna con valores cristianos está exenta de este tipo de excentricidades divinas… A menos que tomemos en cuenta el espíritu que embaraza vírgenes… o esa parte donde Dios expulsa del paraíso a Adán y Eva por comer fruta… o cuando hay una turba de hombres que quiere violar a los visitantes en casa de Lot y él ofrece a sus propias hijas porque la homosexualidad es pecado, y luego dios destruye Sodoma y Gomorra y sólo salva a la familia de Lot pero convierte a su esposa en sal sólo porque volteó a ver cómo se quemaba su casa…

Menos mal que los humanos tenemos la capacidad de razonar y comprender los signos, metáforas y simbolismos detrás de los textos y pasajes religiosos para aprovechar la sabiduría que esconden. Si alguien los tomara literalmente podría tener ideas radicales respecto al sexo y cometer alguna locura, como convertir en flauta a quien los rechaza, autodecapitarse, ofrecer a sus hijas a una turba enardecida o matar a alguien por su preferencia sexual.

Dios nos guarde.

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Chema Rosas
 (Ciudad de México, 1984) es bibliotecario, guionista, columnista, ermitaño y papa-de-sofá, acérrimo de Dr. Who y, por si fuese poco, autoestopista galáctico. Hace poco incursionó también en la comedia.

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