miércoles. 24.04.2024
El Tiempo

Del azul mariano al azul oscuro

“Cierra el sexenio de un gobierno mariano, con un estado consagrado, pintado ahora de azul oscuro. La opacidad, la ineficacia, la arrogancia, la soberbia, lo tienen atrapado…”

Del azul mariano al azul oscuro

“En tiempos de engaño global decir la verdad es un acto revolucionario”

George Orwell

“Es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados”

Mark Twain

“A veces la gente no quiere escuchar la verdad porque no quiere que sus ilusiones se vean destruidas”

Federico Nietzsche

Se extingue el sexenio del gobierno en Guanajuato. El saldo que se presenta es contradictorio en sí mismo, -avances y olvidos, logros y retrocesos- pero sobretodo se confirma que en Guanajuato se ha gobernado para permanecer el poder como partido, con todas las florituras del poder político que se pueden hacer desde el marco de la administración gubernamental. Un ejercicio de poder que está pintado de azul mariano en los tres poderes, en donde el PAN no ha podido entender la noción de separación de poderes como un mecanismo de contrapesos y de acotamientos, parte del principio democrático del sistema de gobierno,y que es para cuidar los excesos y las desviaciones que se puedan tener en los ámbitos del poder y entre ellos sea el ejecutivo, el judicial y el legislativo.

Sin embargo, después del gobierno interino de Carlos Medina Plascencia, el PAN en Guanajuato desarrolló una visión decimonónica, -que por cierto ahora cuestionan el propio PAN ante el triunfo de Morena,- en donde el ejecutivo y sus redes de interés ancladas en las cofradías internas que lo han sostenido, creyó que gobernar es dominar. Donde el tener la mayoría de votos en el Congreso local y  el designar a magistrados en el poder judicial le daba la condición de control total. Un gobierno que incrementó sexenio tras sexenio sus gastos de operación, sus gastos en promoción de la imagen del gobernador y del gobierno estatal de forma discrecional, -poco transparente- y donde se ha usado la nómina estatal para mantener lealtades, pagar compromisos y favorecer a familiares y amigos, además de un crecimiento en el número de servidores públicos que no genera los resultados anunciados.

En estos años el actual gobierno continuó con la estrategia de impulsar la obra pública, dirigida a apoyar una visión de desarrollo económico a través de la instalación de empresas extranjeras y haciendo regalos inmerecidos para algunas empresas nacionales –Grupo México o Seguritech-Skyplus- entre otras y ha sostenido una visión del desarrollo económico casi exclusivamente en el corredor industrial, creado dos “guanajuatos”.

El discurso desde arriba, desde el gobierno,  es de “éxito”, de “logros”, de “beneficios sociales”, de “resultados”, todos hacen bien su trabajo, no hay errores, no hay desfalcos, no hay moches, todo está bajo el manto de la legalidad, de lo permitido. Así se pueden asignar obras y contratos sin licitación, se vale, se manda reservar información pública por el bien del “estado”, no hay problema si se distribuyen mochilas con plomo a los niños y niñas de Guanajuato, y menos si se usa para comprarlas el dinero destinado a los programas de seguridad pública, todo está bien, se hace lo correcto. Se dice de manera popular, “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.

Cierra el sexenio de un gobierno mariano, con un estado consagrado pintado ahora de azul oscuro. La opacidad, la ineficacia, la arrogancia, la soberbia lo tiene atrapado. La ceguera de taller, esa que no permite ver fallas, que da por hecho que todo está bien, es la que prevalece, además de que los responsables usan lentes de sol y se voltea para otro lado o bajan la mirada.

El nuevo gobierno que asumirá en unas semanas más el poder estatal tiene una falla de origen, surge del mismo gobierno que ahora se va. Diego Sinhué Rodríguez Vallejo recibirá un gobierno con una realidad que reclama un nuevo enfoque de gobernar, pero que está condenado a repetir la misma historia, en un escenario nuevo a nivel nacional e internacional.

Un estado como Guanajuato con una realidad, económica, social, educativa  y humana que reclama y exige resultados. Así, tenemos un Guanajuato que:

Ocupa en acceso a servicios básicos el lugar 20° a nivel nacional (2000 a 2015) en el índice de rezago social, pese a la reducción del porcentaje de personas en pobreza extrema. Está en el lugar 14° por el porcentaje de la población con acceso a la electricidad. Tiene el lugar 28° por el índice de recolección de residuos sólidos y el lugar 23° por el porcentaje de hogares con acceso a internet en el estado.

En materia de seguridad y paz, en lo que va del año Guanajuato está en primer lugar de homicidios dolosos y en el feminicidios. Ocupa el lugar 22° en la tasa de prevalencia delictiva (delitos por cada 100 mil habitantes), en 2010 estaba en el lugar 13° de la tasa de prevalencia, en 2015 se registraron 28 mil delitos, aunque la tasa negra, es decir de delitos no denunciados en Guanajuato es de 92%. Se tiene el 9° lugar en el índice de confianza de las unidades económicas en los ministerios públicos y la Procuraduría del estado, en 2010 era el tercer lugar.

Con relación a la cobertura educativa Guanajuato (2010-2015) esta el 20° lugar nacional por el porcentaje de la población entre 3 y 15 años con rezago educativo y está ubicado en el lugar 26° en el índice de rezago educativo para la población mayor de 16 años y se encuentra en el lugar 27° por el porcentaje de cobertura de en educación superior.

En materia del empleo, Guanajuato se encuentra en el lugar 20° a nivel nacional en la tasa de desocupación entre las personas de 15 años o más. En el lugar 21° en desocupación considerando a la Población Económicamente Activa, (3.5% apenas por debajo de la media nacional que es de 3.6%. El Estado se sitúa en el lugar 27° con relación al porcentaje de la mano de obra con educación media superior y superior y en el sitio 24° a nivel nacional en la tasa de desocupación en jóvenes entre 15 y 29 años de edad.

Pese a la estrategia de atracción de inversiones extranjeras, sólo el 3.13% del personal ocupado trabaja en empresas con participación extranjera y se ubica en el lugar 12° a nivel nacional en relación a las personas que trabajan en ellas, siendo el mismo lugar desde 1999. El 99.8% de los establecimiento económicos en Guanajuato son MIPYMES y el 75.6% trabaja en ellas.

Según la OCDE, en su reporte de 2015 “Midiendo el bienestar de los estados mexicanos” para 2104 Guanajuato ocupo los siguientes lugares a nivel nacional con relación a éstas dimensiones del bienestar:

          Dimensión del bienestar

Clasificación Nacional

Vivienda

18

Ingresos

18

Empleo

16

Accesibilidad a servicios

18

Seguridad

15

Educación

30

Medio ambiente

23

Compromiso cívico y gobernanza

31

Salud

15

Satisfacción con la vida

22

Comunidad (relaciones sociales)

24

Balance vida-trabajo

30

 

Son 27 años de gobiernos panistas en el estado de Guanajuato y estos son en parte los resultados. En el fondo la oportunidad histórica que ha tenido el PAN para gobernar y hacerlo responsablemente se les ha ido de las manos, por la preocupación de permanecer en el poder y han dejado que ganen sus creencias y olvidando su compromiso para promover y procurar  el bien común, la justicia, la vigencia del estado de derecho y para crear una sociedad más justa, productiva, igualitaria, segura, donde las libertades humanas y los derechos humanos de todas y todos los guanajuatenses se garanticen. Esta realidad y sus indicadores  queda como un punto de partida, -ya sea moral y ética para actuar-, y como una clara responsabilidad pública y política para el nuevo gobierno en Guanajuato. Lo cierto es que lo que se alcanza ver en el escenario estatal es un azul cada vez oscuro y hasta tenebroso.