sábado. 20.04.2024
El Tiempo
17:43
13/06/13

Juani...

Hace una semana exacta los guanajuatenses nos sorprendimos al enterarnos de un accidente aéreo en San Luis Potosí que provocó el deceso de cinco personas, entre ellas Juan Ignacio Torres Landa García, excandidato en dos ocasiones al gobierno de la entidad. Un hombre joven de 53 años, lleno de energía y planes futuros. Juani, como todos le conocíamos, fue un político de medio tiempo que cuando retornaba al campo público lo hacía con el fulgor de un cometa. Su simpatía personal le granjeó cariños entre integrantes de todos los partidos. Nadie podía ver como enemigo a este empresario bonachón que desplegaba como nadie las artes de la bonhomía y la más fina cortesía, esa que sólo se adquiere de la buena cuna. Amable y afable, siempre provocaba el buen humor en su audiencia. Su inteligencia y buen sentido de la política redondeaba un perfil que lo calificaba de sobra para el cargo con el que siempre soñó: gobernador de Guanajuato.

Hace casi veinte años lo conocí gracias a don Roberto Suárez Nieto, otro empresario aficionado a la política, de quien fui asesor y secretario particular. También él, don Roberto, había aspirado a la gubernatura en tiempos -fines de los años setenta- en que la candidatura priísta a este puesto sólo se obtenía con la venia presidencial. Por esa misma época, Juani también desafió al centralismo autoritario de su partido cuando en 1982 compitió como candidato independiente a la presidencia municipal de San José Iturbide. Fue candidato opositor bajo el cobijo del PARM y ganó por un amplio margen. Gobernó con sabiduría y cercanía a la gente, que todavía recuerda al aventado chaval de 23 años.

Hombres honestos ambos, les considero modelos de lo que debe ser un buen político: no vivir de la política, sino para la política. Juani nunca dependió del salario de un puesto público, sino de sus negocios privados, que siempre estuvieron vinculados al turismo, la ecología, el agua y la construcción. En 1997 tuve la oportunidad de ayudarle en la integración de un megaproyecto que resolvería el problema del agua de León y de buena parte del estado de Guanajuato: aprovechar la cuenca del río Santa María, en la huasteca potosina, y canalizar parte de sus abundantes aguas hacia el Bajío. Por supuesto el proyecto era proporcional a la gran visión que Juani siempre tuvo sobre los problemas públicos. Como su padre, nunca fue hombre de medios vuelos, sino de grandes propósitos; hasta el punto que en ocasiones podía ser atemorizante para los prudentes.

Juani planteó el proyecto del Santa María al gobernador Fox. No supe cuál fue la respuesta, pero supongo que su costo amedrentó al gobernante. La gran ventaja de ese proyecto es que afectaría a muy poca población nativa, y en cambio beneficiaría a una enorme cantidad de citadinos abajeños. Hoy la solución a la escasez de agua de León se ha buscado en Jalisco, en el Temacapulín, con tremendas afectaciones que han sido muy denunciadas por el movimiento social de resistencia que se ha desarrollado.

En septiembre de 2011 el clan Torres Landa conmemoró 50 años del ascenso de don Juan José a la gubernatura del estado, con una gran fiesta en El Diezmo, la casona familiar en San José Iturbide. Eran tiempos de predestape del candidato priísta que competiría en la elección de julio del 2012. La fiesta familiar fue una gran oportunidad para la extraviada clase política opositora para semblantear, cabildear y negociar, en una entidad gobernada desde 1991 por el PAN.

Las intenciones de Juani de volver a buscar esa candidatura, que ya había tenido en el 2000, eran evidentes. Pero muchos dudaban de que tal hazaña fuera posible, sobre todo porque en esa docena de años Juani se había mantenido fuera de la política activa. Había otros aspirantes que parecían mejor ubicados. Pero la imagen pública y el reconocimiento parecían favorecer al repetidor, según las encuestas. Esto, aunado al hecho de que Juani pudo contar con el apoyo del candidato presidencial Peña Nieto, basculó la decisión en su favor. Este candidato de unidad pudo rascar el triunfo el 1 de julio, a 200 mil votos (9%) de distancia con el ganador panista, el hoy gobernador Márquez. Esa cifra representó un cuarto de la diferencia relativa con la que perdió su antecesor en 2006 (35.6%). Hay quien dice que si la campaña se hubiera mantenido por un mes más, Juani, cual caballo (blanco) que alcanza, hubiera ganado. Quién sabe…

La clase política de Guanajuato, de todos los colores, perdió sin duda a un activo fijo en su capital humano. Sin Juani algo faltará siempre. Adiós, mi amigo.

Antropólogo social. Profesor investigador de la Universidad de Guanajuato, Campus León. [email protected] – www.luis.rionda.net - rionda.blogspot.com – Twitter: @riondal