Ayer se reunió la mesa técnica a la que convocó la Comisión de Justicia del Congreso de Guanajuato para analizar la iniciativa de Ley de Sociedades de Convivencia, que presentó la diputada Érika Arroyo en nombre del grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional.

Por enésima ocasión, los diputados panistas fracasaron en su intento de echar abajo una propuesta de los tricolores.

Esta vez, fue el diputado Galo Carrillo, de los azules, quien consideró que la iniciativa simplemente no es necesaria y que, además, lo único que persigue es legalizar la unión entre personas del mismo sexo.

En realidad, a eso se ha reducido la postura de los legisladores de Acción Nacional. Su tesis es que el articulado de la iniciativa presentada por los priistas ya se encuentra debidamente incluido en diferentes ordenamientos. Y retan a sus opositores a que presenten, sin rodeos, la propuesta de legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo que, según su análisis, es la que persiguen los priistas, aunque con disimulo.

En la mesa de análisis, estuvieron Érika Lorena Arroyo Bello -la promovente de la iniciativa-, María Guadalupe Sánchez Centeno, Luis Felipe Luna Obregón -el presidente de la comisión-, Galo Carrillo Villalpando, Alfonso Guadalupe Ruiz Chico, Sergio Carlo Bernal Cárdenas, Luz Daniel Campos Lango y Sergio Alejandro Contreras Guerrero. Asistió también el magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado Javier Zamora Rocha.

El diputado Alfonso Guadalupe Ruiz Chico, en nombre del grupo parlamentario del PAN, aclaró, primero, que respetan las distintas creencias y preferencias, pero afirmó que definitivamente no comparten la iniciativa porque concluyeron que persigue intereses particulares “que no están dentro de la agenda legislativa” -que proponen- ni forma parte de su plataforma política.

Su compañero el diputado Galo Carrillo Villalpando, fue quien refirió que los derechos que los priistas proponen regular aparecen ya en diferentes disposiciones, tanto federales como en el Código Civil del estado. Así que, sin más, solicitó que el proyecto de dictamen se elabore en sentido negativo. Obviamente, le dijeron que no.

La contraparte, los priistas, insistió en la discusión del articulado en lo particular, porque, defienden, se trata de regular hechos que ya existen, las uniones gay, entre otros. Érika Lorena Arroyo aclaró a los panistas que no, que las propuestas contenidas en la iniciativa no son las mismas que ellos ubican en otras reglamentaciones.

Los blanquiazules en el Congreso, para variar, se quedaron solos porque con la diputada priista coincidieron los representantes del Verde Ecologista y los perredistas; estos incluso subrayan la necesidad de dar certeza jurídica a una minoría y sostienen que no se atenta contra la institución de la familia.

El diputado panista Sergio Carlo Bernal insistió en que el dictamen se hiciera en sentido negativo. Que no.

Ya para terminar, el priista Luis Felipe Luna le recordó que, además, los acuerdos en torno al dictamen se darán en la comisión -no en la mesa técnica-. Los priistas, por lo que respecta a la Ley de Sociedades de Convivencia, dieron otro pasito para llevarla a su discusión en el Pleno, donde, de nueva cuenta, podremos disfrutar de una cerrada votación. Cosas de diputados.

EL DOCTOR DE LAS ESTRELLAS

Algo muy malo tiene el servicio público. Tan malo como para que un profesional de la medicina como el secretario de Salud de Guanajuato, Ignacio Ortiz Aldana, quien llegó al gabinete de Miguel Márquez sólo a petición expresa del gobernador y con antecedentes de disciplina y sobriedad, aparezca de pronto recibiendo uno de esos premios que primero se “acuerdan” entre reconocedores y homenajeado.

Ortiz Aldana recién llega al servicio público, después de una trayectoria reconocible en el ejercicio privado.

Fue presidente en Latinoamérica del Consejo Latinoamericano de Congestión e Inflamación y presidente del Colegio Mexicano de Pediatras y Especialistas en Inmunología Clínica y Alergia. También, vicepresidente ejecutivo de la Sociedad Latinoamericana de Alergia, Asma e Inmunología y director de Alergo-Asma de México, según informa la Secretaría de Salud del estado, en el boletín con el que difunde la entrega del premio; sí, además lo boletinaron.

El reconocimiento de marras se denomina Premio Especial al Mérito de la Salud, “Sol de Oro”, y lo entrega el “Círculo Nacional de Periodistas de México, A. C.”, cualquier cosa que eso signifique. La ceremonia, selectísima, se realizó en el Foro Cultural San Ángel en la ciudad de México, con la asistencia de actores y actrices de medio pelo.

La siguiente es una cita textual del comunicado que envió la Secretaría de Salud: “El secretario Ortiz Aldana fue designado para recibir este galardón (…) especialmente por su incorporación al área de la salud pública…”. Apenas lleva ahí ocho meses.

Bueno, el secretario hasta se permitió un discurso. Dijo que sí, que claro que “una misión del gobernador, Miguel Márquez, es brindar y garantizar los servicios de salud con calidad y calidez a la población guanajuatense…”.

Ah, el “Sol de Oro” cumplió 45 años de entregas ininterrumpidas. De que el método funciona, funciona.

UN CORDERO AL MADERO

Por si alguien tenía todavía alguna duda sobre el tipo de no relación que existe entre el senador panista Ernesto Cordero y el líder nacional de su partido, Gustavo Madero, ayer, otro senador azul, Javier Lozano, secretario del Trabajo en el gabinete de Felipe Calderón, destapó al primero para suceder al segundo, como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.

Desde la apreciación de Javier Lozano, “hoy por hoy”, el excoordinador del grupo parlamentario del PAN en el Senado de la República Ernesto Cordero, es el político que mejor encarna una oposición sólida.

Bueno, Cordero al menos sí ha sido un detractor firme del Pacto por México, que tan conveniente ha resultado para su jefe de partido, Gustavo Madero, en cuanto a la atracción de reflectores.

Lozano describe a Cordero como un político “muy sólido, con planteamientos y con sustancia”, con capacidad política y de interlocución. Hasta ayer tarde, Cordero no se había pronunciado respecto a su eventual participación en la búsqueda de la dirigencia nacional panista.

El que sí ratificó, de inmediato, su decisión de pelear esa posición, fue el exgobernador de Guanajuato Juan Carlos Romero Hicks, ahora también senador.

Sin que mediara invitación, le dijo a Javier Lozano que “hay varios liderazgos” y que él sí se va a postular. Detrás de las aspiraciones de Juan Carlos Romero, estarían el grupo de exgobernadores emanados de Acción Nacional, entre ellos Carlos Medina Plascencia y Ernesto Ruffo Appel.

Atrapado en la refriega, el nuevo coordinador del PAN en el Senado, Jorge Luis Preciado, intenta mientras matizar el punto de quiebre entre los senadores y la dirigencia nacional de su partido: la presentación de sendas iniciativas de reforma política electoral.

Que no existe ningún problema con la iniciativa impulsada por Ernesto Cordero y otros senadores, dice Preciado, sin mucho convencimiento y, por supuesto, sin convencer a nadie.

LA JAULA

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico vino a confirmarnos algo que ya sabíamos: los mexicanos son los ciudadanos de la zona OCDE que más horas trabajan al año… y los que menos ganan.

De acuerdo con el informe, los mexicanos trabajan un promedio de 2 mil 250 horas por año, casi 500 horas más que el resto de los ciudadanos de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Mientras que en México la organización calculó el salario promedio en 9 mil 885 dólares por año, el promedio de lo que gana un trabajador de un país de la OCDE alcanzó los 34 mil 466 dólares.

Pese a todo, los mexicanos están entre los ciudadanos más felices de la OCDE. El 85 por ciento de los encuestados manifestó que cada día vive más experiencias positivas que negativas. Será que nos gusta la mala vida.

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