El próximo domingo 7 de Julio, habrá procesos electorales ordinarios en 14 estados de la República para elegir alrededor de 2 mil cargos de representación popular.

Baja California es el único estado en el que se elige Gubernatura, Ayuntamientos y diputados por los dos principios (mayoría relativa y representación proporcional), en otros 11 estados se elegirán ayuntamientos y Congreso entre ellos están Tlaxcala, donde además elegirán cerca de 400 Presidentes de Comunidad y Oaxaca que de su elección de ayuntamientos, la mayoría, son por derecho basado en Costumbres. En Coahuila se elegirán sólo ayuntamientos mientras que en Hidalgo, solo Congreso. Además, de forma extraordinaria, en Sonora habrá proceso para elegir al diputado o diputada del distrito XVII.

Revisando los procesos que se desarrollan en poco menos de la mitad de los Estados del país, es inevitable notar que la violencia es un elemento presente  y que de entrada, motiva la elección extraordinaria de un distrito de Sonora en donde por cierto, la candidata de la coalición PRI-PVEM, es la viuda de un diputado electo asesinado. Además, otros siete estados han registrado eventos de violencia aislada pero de alto impacto que en algunos casos han provocado el anuncio de suspensión de actos de campaña por algunos candidatos.

Las campañas han estado cargadas de descalificaciones, de escándalos de corrupción y denuncias que han alcanzado difusión nacional y que desde luego afecta la percepción y el ánimo de los electores. Y si vamos más allá, este proceso de 2013 ha tenido también fenómenos de sátira como el caso Xalapa. Las simpatías por un candigato no registrado,  un gato llamado Morris, son altas. Esto es la expresión que refleja el hartazgo a las prácticas políticas actuales, a los políticos y los partidos. No parece ir más allá de una manifestación simbólica, ya que no viene acompañada de ninguna movilización social a otros niveles, sin embargo, será interesante conocer cuántos electores optarán por escribir ese nombre en el recuadro de “candidatos no registrados”. Morris es inelegible, pero el voto en sí mismo tendrá un mensaje implícito.

Otro elemento interesante a considerar, es la forma como están contendiendo los partidos de registro nacional y los de registro estatal. Independientemente de la compatibilidad de las ideologías y programas de acción así como de sus postulados fundamentales, destacan dos coaliciones de partidos políticos, la PRI-PVEM y la PAN-PRD. Los partidos PT y NA contienden en algunos estados aliados a la primera coalición y en otros a la segunda y en Chihuahua los diversos partidos  todavía se asociaron bajo la figura de candidaturas comunes en algunos municipios.

Del análisis que se hizo para el presente artículo, observamos que la elección que tiene mayor número de participaciones sin coalición es la de ayuntamientos. Parece ser ese espacio más cercano al ciudadano en donde los partidos deciden abanderar sin coalición a los líderes propios o en candidaturas externas.

También es de destacar que en 8 estados, contienden aliados a las dos mayores coaliciones o de forma independiente, partidos de registro sólo estatal y que el partido MC  sólo contiende en coalición en las fórmulas donde aparece el PRD o lo hace de forma independiente.

Todo este movimiento electoral que se dirige aproximadamente a una tercera parte de la población del país, tiene un elemento novedoso además de la alineación de las fechas para tener todas las elecciones el 7 de Julio: El Pacto por México. Dicen algunos que saben, que la política es el terreno de la desconfianza, y parecen confirmarlo las constantes descalificaciones entre los líderes nacionales de los tres partidos mayoritarios, las acusaciones a gobernadores de intervenir en los procesos electorales de sus estados, y de los vecinos, como fue el caso del gobernador de Guanajuato acusado de intervenir en el proceso de Aguascalientes.

Hacer un addendum en Mayo al Pacto por México para blindar las elecciones locales del 2013 no parece haber dado el resultado esperado. La tensión es evidente y aún falta la semana de la cacería. Los últimos días de campaña y los de vigilia proselitista.