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09/06/13

The Unwritten

The Unwritten

Hablemos sobre cómics y literatura.

Cuando Leopoldo Navarro me invitó a colaborar para eslocotidiano.com con una columna semanal, prometí que escribiría pronto… y me tardé cuatro meses en plasmar las primeras palabras. No era por güeva ni desidia, sino porque no encontraba un tema interesante: mucho se escribe en Guanajuato sobre libros, eventos culturales, el equipo León, las leyendas, el sector industrial y los alegres bufones del Yunque. Esos temas están más trillados que la última temporada de “Lost”. Hasta hace poco supe cual sería la esencia de este espacio quincenal: la fusión del noveno arte y las Letras.

En el estado la literatura y el llamado noveno arte están creciendo. Cada vez hay más eventos de jóvenes brillantes y talentosos como el Comic Fest, y aunque las editoriales del gobierno son como de prosa estilo H.P. Lovecraft (inefables, inenarrables, indescriptiblemente horribles y su maldad llega hasta el final de los tiempos donde la muerte puede morir) no se puede negar que hay literatura. Sin embargo, ambos mundos parecen separados por un abismo tan grande como la baticueva y el Infierno de Dante. No faltará el friqui que diga que leer le da flojera aunque compre todos los títulos de Marvel y DC, y tampoco el intelectual que considere las historietas como producto de la subcultura.

Ninguno de los dos medios tiene por qué estar separado.

Existen ejemplos de sobra de la excelente fusión de la literatura y los cómics: desde los “Clásicos Ilustrados” que adaptaban desde la Ilíada hasta “Dublineses” de Joyce, hasta la magnífica “Liga de los caballeros extraordinarios” de Alan Moore y Kevin O’ Niel. Casi todos conocemos estas obras, pero hoy les hablaré de un cómic de periodicidad mensual que mezcla a los grandes clásicos, los best sellers y la belleza de contar historias… se trata de “The Unwritten” publicado por editorial Vertigo.

“The Unwritten” está escrito por Mike Carey y dibujado por Peter Gross. Cuenta la historia de Tommy Taylor, un hombre cuyo padre, Wilson, era un famoso novelista, autor de una saga de novelas sobre un niño mago que estudia en una escuela de hechicería (todos conocemos la referencia) y que un día desapareció sin dejar rastro. El personaje de las novelas es el mismo Tommy, de modo que el hijo del escritor debe vivir con la joda de ser un personaje de best sellers. Esta referencia nos remite a Christopher Milne, el creador de Winne the Pooh, cuyo hijo padeció la burla de medio mundo porque también se llamaba Christopher Robin.

Resulta que la desaparición de Wilson Taylor no ha sido deliberada. Él ha luchado durante toda su vida contra una organización secreta que busca apoderarse del mundo destruyendo y manipulando todas las historias y narraciones contadas a lo largo de la humanidad… porque un concepto que nos plantea el cómic es que las historias tienen vida propia, y que pueden mejorar o empeorar vidas. Que un cuento, una novela, puede deprimirnos, puede alegrarnos, puede cambiarnos de forma radical siempre y cuando esté bien narrada. Uno de los personajes nos reafirma la importancia de éstas, cuando dice desde los primeros números: ¿Sólo una historia? ¡Dile eso a los griegos, que pelearon en Troya! ¡Diles eso a las mujeres que quemaron como brujas! ¡A los Rosenbergs, a Sacco y Vanzetti! ¡Dile eso a los mártires de todas las religiones, y a los millones que murieron en todas las guerras desde el principio de los tiempos! ¡Las historias son la única cosa por la que vale la pena morir!

De modo que Wilson Taylor, antes de desaparecer, dejó a Tommy una serie de pistas de lo que él llama Geografía Literaria: su hijo deberá recorrer todos los lugares del mundo donde se han gestado las obras maestras de la literatura universal. Desde la oficina donde George Orwell trabajó para inspirarse en 1984, hasta el 221-B de la calle Baker, domicilio de Sherlock Holmes.

A lo largo de las páginas conocemos el territorio donde arrancó El cantar del Roldán, Villa Diodati, donde nació “Frankenstein”, el Teatro El Globo, cuna de las obras de Shakespeare; o la bahía donde zarpó el Capitán Ahab para dar muerte a Moby Dick. Entre la amplia gama de personajes, aparecerán Mark Twain y Oscar Wilde, por mencionar algunos, y por supuesto, Lucifer… pero no el clásico diablillo de cuernos y patas de cabra, sino el descrito por John Milton en el Paraíso Perdido.

Los acompañantes de Tommy serán Richie, un periodista de prensa amarilla que es muy rojo, pues tiene todas las características de un vampiro de la escuela de Bram Stoker, y Lizzie Hexam, personaje de “Nuestro común amigo” de Charles Dickens.

Sin duda alguna, “The Unwritten” es un excelente ejemplo de que las letras y los cómics hacen una mancuerna excelente, porque a final de cuentas, no dejan de ser historias. Y como en una ocasión dijo Phillip Pullman, sin las historias ni siquiera seríamos seres humanos.