Informes de Gobierno, del culto al gobernante a la rendición de cuentas
En Latinoamérica, 6 de cada 10 ciudadanos, consideran que les toca a ellos hacer algo para intentar resolver los problemas de su comunidad, sin embargo, el 45% de los ciudadanos considera que es difícil o muy difícil organizarse para trabajar en causas comunes, y sólo el 26% considera que lo mejor es organizarse para resolver un problema.
La participación real de la ciudadanía se muestra como un déficit de capital social. Sólo 1 de cada 10 participa en alguna organización de vecinos y 2 de cada 10 participan en alguna organización religiosa.
Los ciudadanos consideran positiva e importante su participación pero muy pocos han pasado de la convicción a los hechos. Es innegable que la sociedad civil ha madurado, hoy hay más ciudadanos que influyen, organizaciones que se profesionalizan y que hacen conciencia de su papel histórico. Paulatinamente los ciudadanos, individualmente y organizados han pasado a constituirse en sujetos políticos cada vez más participativos y críticos. El reto es que no se caer en la polarización, sino hacer de las diferencias el terreno de la construcción.
En la actualidad, se espera que la democracia sea el marco en el cual se diriman y solucionen los problemas de la convivencia. Con respecto a sus gobiernos, cada vez es mayor la demanda ciudadana por información precisa y comprobable de la administración pública, tanto de sus recursos como de la toma de decisiones y de los resultados de la gestión gubernamental.
Antes, las decisiones sobre asuntos políticos y económicos eran sólo asuntos del gobierno, hoy, éstos deben conducirse con transparencia y se responsables. A mayor participación social, menor margen de maniobra discrecional de los gobernantes.
Además, los programas y proyectos tienden a ser parte de un proceso de planificación, la misma ley, empieza a acotar el ejercicio de gobierno basado en la ocurrencia o genialidades surgidas de mentes brillantes o mentes obtusas pero al final, ocurrencias.
Los medios de comunicación, reporteros e investigadores son los que con más intensidad ejercen el derecho a la información, sin embargo cada vez son más los ciudadanos que piden información y exigen participar en las decisiones que incidirán en su vida cotidiana, y en su entorno.
Estamos en periodo de informes, y hay quienes consideran este acto como el cumplimiento a la obligación de la rendición de cuentas, y no es así. Rendir cuentas es la obligación que tienen quienes ejercen el poder público de responsabilizarse de su labor, de someterse a evaluaciones de su desempeño y de dar a conocer los resultados de esa evaluación. Es una obligación permanente, que no se cumple en un solo momento sino que se materializa a lo largo del tiempo de ejercicio del cargo. El acto jurídico de cumplir con lo que marcan las leyes, es solo un instrumento de la rendición de cuentas. El acto protocolario es cada vez más, un evento que da publicidad, es decir, que hace público, al acto mismo. Cada vez menos, son sólo un evento de adulación y enaltecimiento del gobernante.
La calidad de la democracia tiene que ver con muchos elementos, hoy, ante los informes cobran especial relevancia dos: la participación ciudadana y la rendición de cuentas. El análisis de los ciudadanos y las organizaciones es fundamental para el perfeccionamiento del ejercicio del gobierno.
@BetyManrique