SIDA y prevención, asunto de salud pública

SIDA y prevención, asunto de salud pública

El día mundial de la lucha contra el SIDA se celebra al inicio del mes de Diciembre, y en este 2013, de acuerdo a las cifras que se dan a conocer, podemos decir que el Objetivo de Desarrollo del Milenio que se habían trazado los países con respecto de este flagelo mundial no será cumplido, ya que se tenía contemplado que para 2015 debería haberse detenido e inclusive reducido su propagación.

Según cifras oficiales de los organismos internacionales, en los últimos 30 años, han muerto alrededor de 30 millones de personas por causa del SIDA; cada día se contagian en el mundo 14 mil y mueren 8 mil seres humanos por esta pandemia. La enfermedad no ha dejado de propagarse, y aunque en Guanajuato parece que en términos generales se entregan buenas cuentas en cuanto a la atención de enfermos y portadores, es obvio que el tema de la prevención tendría que seguir siendo una de las políticas públicas que ocuparan la mayor parte de los esfuerzos del gobierno y de la sociedad.

El número de jóvenes que han muerto a causa del VIH ha aumentado en 50% en el mundo según la Organización Mundial de la Salud. En México, el inicio de la vida sexual en los jóvenes se da en promedio a los 15 años de edad y seis de cada diez, en su primera relación, no utilizan métodos para prevenir un embarazo no deseado o el contagio de alguna infección de transmisión sexual entre ellos el virus del SIDA.

Todo indica que las políticas públicas más recientes para la atención del tema en Guanajuato son correctas en el diseño, sin embargo, preocupa la implementación. A través de las denuncias públicas sabemos que hace un año que las autoridades de Guanajuato interrumpieron el suministro de condones a organizaciones civiles de lucha contra el sida argumentando que había la sospecha de su venta, lo cual puede ser cierto, pero preocupa que a un año de esta decisión no se haya encontrado un sistema más confiable para continuar la labor conjunta con las organizaciones.

Revisando la página de CONGUSIDA, encontramos que en la información que brinda a modo de prevención, la abstinencia y la fidelidad son los dos primeros métodos que señalan y luego el condón. El debate sobre el tema de la educación sexual para niños, niñas y adolescentes ha subido y bajado de tono en nuestro estado, y es claro que las cifras que vemos refuerzan la necesidad de brindar información completa e integral para seguir combatiendo el número de contagios.

 Pero también, que esta información vaya dirigida a los grupos más vulnerables con estrategias pertinentes que permitan desarrollar las habilidades necesarias para que prevenir conductas de riesgo sea no sólo un conocimiento teórico. Es importante romper ideas falsas preconcebidas sobre quiénes son los más vulnerables. No son los homosexuales ni tampoco quienes se dedican la sexoservicio. Hoy, la mayor incidencia sigue siendo en heterosexuales y preocupantemente en jóvenes.

Este asunto es de todos y todas. Desde la posición de la autoridad y sus instancias, incluyendo las educativas, es, y debe ser, un asunto de salud pública. Las otras instituciones de la sociedad como las familias, las iglesias, las escuelas particulares y las organizaciones civiles, tienen también desde el ámbito de sus áreas de influencia, la obligación de brindar información y ayudar a prevenir los contagios, sobre todo en los adolescentes.

De ahí que difundir información veraz y distribuir métodos anticonceptivos y de prevención de contagios es una responsabilidad del Estado. Carece de toda lógica que aún existan posturas que se opongan a estas políticas de prevención. Es más que evidente que los jóvenes no están optando por la abstinencia, y que la fidelidad sólo es un método seguro para prevenir el contagio si es una práctica de ambos integrantes de las parejas. Los jóvenes son el grupo de mayor riesgo por lo que ya consignan las estadísticas. Los embarazos en adolescentes en nuestro país se calculan en 375 mil anuales, la mayoría de ellos no planeados, esto rompe con el proyecto de vida que hubieran podido trazarse estos jóvenes, especialmente el de las mujeres, pero contagiarse de SIDA rompe con la vida misma.

@BetyManrique