César Zamora
02:44
20/12/14

Micronovela blanquiazul

"El detallismo exhaustivo de lo cronistas —dice Monsiváis— sirve a un propósito central: contribuir a la forja de la nación, describiéndola. Noble empeño sí lo hay aquí para describir qué ocurrió recientemente en el panismo silaoense: ¿quién con los suficientes atributos para ser el candidato a la Alcaldía?"

Micronovela blanquiazul

Un panista desconsolado habla colocando a cada momento su mano derecha sobre el hombro del que lo escucha. No le encuentro en la voz aquel tono épico de un discurso laudatorio para el ingeniero Mario Roberto López Remus:

—Como que no todos tenían a Mario como «el bueno». Como que esta vez no lo tomaron tanto en cuenta  —dice taciturno.

Se puede leer en su cara, en el saludo, el mensaje de las esperanzas fallidas. Uno diría que en la Casa Azul, en la calle Aldama, impera la desazón, cierto congelamiento de las emociones, un desánimo.

Otro militante, que en cualquier otra ocasión daría la impresión de vitalidad inacabable, ve de reojo a su correligionario. Ah, mundo cambiante.

Muy pronto, el prisma roto, el acertijo descifrado, mostró el desencanto.

—Nos cambiaron la jugada, pensábamos que pasaría otra cosa —musita «el otro» y sus hombros vencidos delatan el desmoronamiento emocional, la trituración de las ilusiones.

Intenta preparar un sándwich con rajas de queso fresco de vaca. Toma una tapa de pan y con una sola pasada la deja bien untada de fríjoles refritos.

—Son de lata, pero saben bien buenos —refiere. ¡Qué intensa sensación de consuelo en el tono de esta frase!

Sin matracas ni ovaciones, el dirigente local del PAN, Rogelio Zamorano, ve perdido —o muy lejano— el futuro promisorio, el paraíso político.

Los «lobby–agents» del ex diputado López Remus vuelven gelatina el intento de pensar en un veredicto que no favorezca al profesor Juan Antonio Morales Maciel, quien para el Comité Directivo Estatal (CDE) es «el más apto» para contender por la Alcaldía de Silao.

La decisión de ungir candidato virtual a Morales Maciel no enfervoriza al líder municipal. Al contrario, lo impacienta, le llena de ecos negativos el pensamiento. Se oye muy claro el rodar de un coche sobre el pavimento.

Rogelio ignora si quedará en la planilla, desconoce si tendrá derecho a proponer un nombre.

Repentinamente, se escucha la plática monocorde, soporífera, de «un conversador de disco» que aburre cuando repite cinco, seis o siete veces la misma disertación grillera sobre igual tema político.

Luis Alberto Villarreal, el patriarca de “La Loma”, el ex alcalde sanmiguelense, el diputado federal de «los moches», entabló contacto con él.

¿Con quién?, flota la incógnita en el aire, ¿con Rogelio Zamorano o con el ingeniero López Remus?, ¿a quién le marcó?, ¿el ex senador con cuál panista silaoense ha conversado?

En medio de un drama lacrimógeno, el panista afligido da una respuesta lacónica:

—Ya ni la chingan, el Góber nos dio la espalda.

—Christian Cruz metió las manos —espeta «el otro», mientras clava sus dedos en los extremos de su sándwich.

Altercan, alegan, ni el zumbido del Whatsapp los interrumpe.

Se forma en el ambiente el hueco de la sorpresa. Quizás su corazón esté en el vientre y el comentario despectivo del primero no se hace esperar:

—Cedió Lalo Trujillo. Mario tiene menos posibilidades.

Un grupo de presión  —explican—, con Christian Cruz Villegas a la cabeza, influyó en el centro de poder blanquiazul, con el fin de favorecer los intereses de aquellos a quienes representó.

Es decir, Cruz Villegas se desenvolvió como una especie de «lobbyist». El personaje aludido estudió derecho en la Ibero León y coordinó las áreas de agenda y logística en la campaña de Miguel Márquez Márquez. Ahora, es el secretario particular del Gobernador.

Al hablar, ambos permanecen inmóviles, los brazos cruzados.

—Sabe explicar a detalle la razón de la postura que defiende.

—¿Quién? —yo pregunto.

—¿Pues cómo que quién?, ¡Christian Cruz! —aclara «el otro», con esa voz grisácea, monótona. No gesticula ni hace aspavientos, quizás para dar una impresión marmórea, de estatua, una aclaración categórica.

Al asperjar la mesa con el sudor de su frente, habla de los rasgos de tipo funcional que gravitan sobre la figura de Morales Maciel. Se obsesiona con esto:

—Es el más popular, el que tiene el apoyo del grupo mayoritario del PAN en Silao.

Las estadísticas útiles no se llevan con el temperamento fogoso de «un líder discursero» en potencia y vuelve al joven Christian Javier Cruz:

—Intervino para influir en la decisión que tomó el Comité Directivo Estatal respecto a cuál de los tres seleccionados va por la Alcaldía de Silao.

En orden de preeminencia, así se configuró la lista:

  1. Juan Antonio Morales Maciel. Regidor durante el trienio de Guillermo Aguirre Velázquez (2000–2003), director de Educación bajo el mandato de Jorge Galván Gutiérrez (2006–2009). Actual director de la Escuela Secundaria “Miguel Hidalgo y Costilla.
  2. Mario Roberto López Remus. Regidor entre 2000 y 2003, secretario de Ayuntamiento de 2006 a 2009 y luego diputado local (2009–2012).
  3. José Nicolás Ávila Durán. Regidor en el Ayuntamiento encabezado por Juan Roberto Tovar Torres (2009–2012).

Los rumores llueven a cántaros sobre la militancia: a) que habrán de otorgar la ratificación para Morales Maciel; b) que habrán de conceder la candidatura a López Remus por el influjo del jerarca estatal Gerardo Trujillo —su compañero de bancada en la LXI Legislatura—; c) que el ingeniero Mario Roberto tendrá para sí la sindicatura y las dos primeras regidurías en la planilla del profesor Juan Antonio; d) que no habrá canonjías para el grupo del ex alcalde Juan Roberto Tovar; e) que Christian Javier Cruz influyó para que Morales Maciel fuese el candidato; f) que Ávila Durán obtendrá «un premio de consolación»: contender por la diputación federal en el distrito 7 (San Francisco, Purísima, Silao y Romita); g) que el proceso de selección se anulará y aparecerá «un candidato emergente»; h) que la planilla de Morales Maciel sería modificada para evitar la incrustación de Rebeca Galván, Liliana Trujillo y José Antonio Patlán, militantes que mantienen lazos de operatividad con el ex alcalde Jorge Galván; i) que el ex alcalde Gerardo Valdovino  es el mecenas del ex diputado López Remus.

—¿Y tú como ves las cosas? —pregunta el panista desconsolado, como si un infradotado que oficia de opinólogo estuviera lleno del espíritu santo de los presagios.

Aún no hay decisión definitiva, el desenlace de la micronovela panista lo veremos a principios de 2015, cuando reanude actividades de escrutinio la comisión permanente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN. ¿Qué dirán Ricardo Anaya, Gustavo Madero, Fernando Torres Graciano y Juan Manuel Oliva? ¿Y don Elías Villegas? ¿Y Villarreal? ¿Y Rogelio Zamorano?

Ojalá Monsiváis resucitara para que nos diera sarcásticas y demoledoras respuestas.