jueves. 18.04.2024
El Tiempo

¡No marchen!

" ... no marcho porque leyendo la iniciativa, no encuentro nada que atente contra la familia. Ampliar los derechos de las minorías no atenta ni amenaza a mis hijos, sino que fortalece el estado de derecho para que otras familias tengan certeza jurídica"

¡No marchen!

Yo no voy a marchar. Si usted piensa hacerlo, está en su derecho, pero me gustaría que antes de hacerlo escuchara mis razones. Las marchas y manifestaciones pueden ser legitimas expresiones del sentir de la ciudadanía organizada o un triste desfile de dóciles ovejas. La diferencia no está en el contenido de lo que se exige, desde luego, sino en la plena conciencia de las razones y argumentos que se esgrimen cuando se agitan las banderas y se gritan las consignas.

En primer lugar, no marcho porque desconfío de los convocantes. Hay convocatorias que suman porque las demandas son diáfanas y caen por su propio peso, pero esta marcha ha sido emplazada esgrimiendo una gran cantidad de mentiras y verdades a medias. Y no hablo al tanteo: En la página del Frente Nacional por la Familia, nos invitan a conocer la iniciativa del Presidente, aunque no la citan en ninguna parte de manera textual (¡aunque sea sin comillas, hombre!) y se contentan con darnos un resumen de las supuestas atrocidades de la misma. Dice el Frente que el paquete de iniciativas de Peña Nieto busca “modificar los contenidos de los libros de texto y los programas educativos en las escuelas, para adoctrinar a los niños con el objeto de que cambien su mentalidad con relación a la familia natural y vean como algo normal las uniones entre personas del mismo sexo, las relaciones sexuales de adultos con niños, el transexualismo, y una muy amplia gama de desviaciones sexuales”(¿pondrán granjas para fomentar también la zoofilia?) Dice también que “habrá sesiones en las que se les invitará a vestirse de hombres y de mujeres para mostrarles que el sexo es una opción cultural y no algo que proporciona la naturaleza (…) habrá una oleada de maestros transgénero en los colegios, pues se privilegiarán las plazas de trabajo para estas personas para garantizar la supuesta inclusión”(¡si ya no pueden con la CNTE! No creo que quieran añadirle un asunto más al conflicto) Afirman también que “a la larga el gobierno pagará con los impuestos de todos, operaciones para cambio de sexo” (lo bueno es que, como lo hará el Seguro Social, las posibilidades de que esto ocurra son muy bajas) Y como prueba fehaciente de todo esto argumentan que “en Cataluña, España, esto es una realidad desde el año 2008”, y como el modelo que seguimos es el de ellos, para allá vamos (no hacen falta más pruebas). Afirman que “habrá baños transgénero en los colegios (¡al menos prometen baños!, ahorita hay escuelas sin ellos) para que cada quien entre al lugar en donde se sienta identificado (…) si un profesor se siente mujer podrá ir al baño donde va tu hija menor” El paquete de leyes, afirman, busca “impedir que tú, como padre de familia, te interpongas para evitar que tu hijo sea adoctrinado con estos conceptos, pues en el fondo lo que buscan es arrebatarte la educación de tus hijos (…) Lo más grave de todo es que, si tú te opones a cumplir esta ley, en caso de aprobarse, podrías ser demandado, incluso penalmente, por no aceptar esta supuesta diversidad”.

Si usted acude a las dos iniciativas del Presidente, se dará cuenta que ninguno de los horrores descritos arriba forman parte de la misma. La Reforma Educativa tampoco menciona nada al respecto. El Modelo Educativo 2016 no contiene la palabra sexual, ni sexo en ninguna parte. No habla nunca de “arrebatar el derecho de educar a los hijos” ni nada por el estilo. Si usted va a marchar motivado por cualquiera de esas afirmaciones, debe saber que lo pondrán a perseguir fantasmas (abajo pongo las ligas para que pueda consultar las iniciativas antes de la marcha)

En segundo lugar, no marcho porque leyendo la iniciativa, no encuentro nada que atente contra la familia. Ampliar los derechos de las minorías no atenta ni amenaza a mis hijos, sino que fortalece el estado de derecho para que otras familias tengan certeza jurídica. ¿Qué amenaza hay, que obligue a marchar, en un . artículo 4º. Constitucional con la siguiente redacción: “El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia. Toda persona mayor de 18 años tendrá derecho a contraer matrimonio y no podrá ser discriminada por origen étnico, o nacional, género, discapacidades, condición social, condiciones de salud, religión, preferencias sexuales o cualquier otra que atente contra la dignidad humana”? Yo creo en el derecho que tienen todas las personas a unirse en matrimonio, a tener los beneficios que otorga la ley a llamarle a esa unión como ellos y ellas quieran.

La segunda iniciativa propone las reformas al Código Civil. Define el matrimonio como “la unión libre de dos personas mayores de edad con la intención de tener una vida en común procurándose ayuda mutua, solidaridad respeto e igualdad” (¿Alguien puede estar en contra de eso?). Cierto, se eliminó del texto la finalidad del matrimonio como “perpetuación de la especie”, lo que posibilita el matrimonio igualitario, pero también el de dos heterosexuales que por su edad o deficiencias reproductivas quieran casarse así nada más por que sí, por puro cariño. Respecto a la adopción, dice que la razón que debe prevalecer es que “estén dadas las condiciones para el cuidado y desarrollo [del niño] y representen su mejor opción de vida” Este es uno de los puntos más controversiales, desde luego. Pero la realidad es que ya existen muchas adopciones por parejas homosexuales en las que se han dado hijos al cuidado de una de ellas bajo la figura de “madre soltera”.

En tercer lugar, no marcho porque aún reconociendo el derecho a manifestarse que tienen quienes no están a favor de la reforma, las estrategia de polarización que han seguido abren un frente de confrontación más en un país que ya de por sí está dividido y enfrentado. No hay que olvidar que lo más cercano que hemos tenido a una guerra civil en este país fue por motivos religiosos y que el Papa Francisco ha dicho que lo que toca ahora es tender puentes y no levantar muros. La marcha, con sus argumentos, polariza y divide a la sociedad y alienta la homofobia. Hay canales, partidos bien identificados con esta causas, que pueden dar cause democrático a sus planteamientos.

Y en cuarto lugar, no marcho, porque me resulta sospechosa una convocatoria de esta naturaleza que, además de las mentiras aludidas, de la estrategia equivocada, se convoca cuando ya el mismo partido del presidente declaró que metió a la congeladora su iniciativa; y además, cuando la misma no es más que la regularización de una situación que existe de hecho gracias a las sentencias de la Suprema Corte. Ya hay matrimonio igualitario para quien quiera poner un amparo. Lo que parece más bien es que existe la intención de hacer una manifestación de fuerza, por parte de los grupos más conservadores, escenificando algo que se va a vender como “doblegar al Presidente”, cuando sabemos que Peña Nieto es un mandatario tan débil que tiene tatuada una línea de puntos que dice “dobléguese por aquí”. El objetivo central de las marchas para los grupos más conservadores de la Iglesia, parece ser “mostrar el músculo”, no sólo con vistas a las elecciones, sino al interior de la misma Iglesia, que para estos grupos se inclina peligrosamente a la izquierda de la mano de su Papa jesuita.

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No me crea a mí, vaya a las fuentes:

http://gaceta.diputados.gob.mx/PDF/63/2016/may/20160519-II.pdf

http://gaceta.diputados.gob.mx/PDF/63/2016/may/20160519-I.pdf

https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/114501/Modelo_Educativo_2016.pdf