Opinión • La música, un recurso disponible • David Herrerías

"Ofrecen a niños y niñas una ocupación que los saca de las calles..."
Opinión • La música, un recurso disponible • David Herrerías



José Antonio Abreu fue un polifacético hombre (político, músico destacado, economista) que concibió la idea de utilizar la música como una estrategia educativa, creando las primeras agrupaciones que formarían, a partir de 1975, el Sistema de Orquestas Infantiles de Venezuela. Tuvo tanto éxito que se convirtió en un modelo que se replicó en todo el país y pronto trascendió fronteras. En las últimas décadas nuestro país se vio, afortunadamente, contagiado con esta idea. Gustavo Dudamel es uno de los egresados más notables de este sistema. Es director de la Orquesta Filarmónica de los Ángeles, de la Sinfónica de Gotemburgo y la Sinfónica Simón Bolívar. A la edad de 4 años comenzó a estudiar violín en el Sistema de Orquestas Infantiles de Venezuela (“El Sistema”). Entrevistado para un documental, dice: “Yo he estado desde los 4 años estudiando música, y desde ese momento, yo entré en una familia. Y esa familia me ha llevado a aprender cosas, no solamente musicales, sino cosas que yo tengo que enfrentar en la vida, y eso, es el éxito del Sistema”.

Son obvios los beneficios de la música en cuanto a la formación de la sensibilidad artística de los pequeños. Pero los proyectos de orquestas infantiles y juveniles en los espacios comunitarios, tiene beneficios sociales que van más allá de la música. Ofrecen a los niños y niñas una ocupación que los saca de las calles, especialmente en los lugares en los que no tienen alternativas. Al integrarse desarrollan habilidades para trabajar en equipo y cooperar. Son proyectos con un gran potencial rehabilitador del tejido social al reunir a las familias tras un objetivo común. También ofrecen beneficios concretos en la formación de habilidades aplicables a otras esferas de la vida, como la autodisciplina, la búsqueda de la excelencia, de la perfección, la dedicación, y eso que llamamos “oficio”. El trabajo orquestal fortalece la solidaridad, la tolerancia hacia los demás, ¡y la tolerancia a frustración!, una habilidad muy escasa en las nuevas generaciones. La música ayuda a mejorar la comunicación, en un sentido amplio, en la expresión de sentimientos, porque es un método de comunicación arraigado en emociones, en lugar del significado, tal como lo entiende el signo lingüístico. Las melodías modulan el estado de ánimo, e incluso la fisiología humana, de manera más eficaz que las palabras.

Al acompañar a los jóvenes músicos a presentarse en el escenario, al salir para tocar en otros lados, cambia su manera de pararse ante el mundo, fortalece su seguridad y autoestima. El paso de los niños y niñas por la orquesta los hace más responsables y mejores alumnos. Todo esto está respaldado por investigaciones científicas que dan cuenta de los cambios neuronales producidos por el estudio de un instrumento. La música está considerada entre los elementos que causan más placer en la vida: libera dopamina en el cerebro como también lo hacen la comida, el sexo y las drogas. Fortalece el discernimiento de los sonidos, lo que facilita el aprendizaje del lenguaje y favorece las habilidades de comprensión, fluidez y entonación de la lectura. Se ha demostrado que la música genera diferencias en el cuerpo calloso (un mayor número de fibras o fibras con mayor mielinización) lo que permite una mayor velocidad de transferencia entre ambos hemisferios, lo que está vinculado a la creatividad y a otros procesos mentales.

Afortunadamente León es una ciudad que se distingue por la cantidad de proyectos musicales creados por la sociedad civil: las 3 orquestas de Fundación León, Trinitate Philarmonia, Imagina, Centro Fox, Sonar Las Joyas de AUGE, Los Coros de Nuestra Señora, más otras integradas a proyectos educativos, como la de la Universidad La Salle, y el Oviedo; a las cuales se suma, desde luego, la oferta municipal y estatal.

 

Es un valor de nuestra ciudad que vale la pena divulgar y fortalecer, porque como dijo el maestro Abreu: “Quien genera belleza tocando y genera armonía musical, empieza a conocer por dentro lo que es la armonía esencial, la armonía humana”.