miércoles. 24.04.2024
El Tiempo

Otra pandemia que viene (porque ya estaba)

"...la pandemia de la obesidad, que no tiene tanta prensa..."
 
Otra pandemia que viene (porque ya estaba)

Nunca en mi ya no tan corta vida había visto tanto en los medios sobre alguna enfermedad. Tampoco creo que exista un antecedente mundial en el que tantas naciones tomen medias tan drásticas para combatirla. Para algunos, la humanidad ha sobre reaccionado, para otros se ha hecho apenas lo suficiente. Lo que es innegable es que ningún virus había tenido tantos seguidores en los medios como el coronavirus.

Lo interesante del asunto es que mucha gente se sigue muriendo por muchas otras causas, y se seguirá muriendo por ellas, aún instalada esa que llaman la nueva normalidad. Pero hay pandemias a las que nos hemos acostumbrado, y que pueden ser más letales que el COVID. Una de ellas es la obesidad.

En voz de la OMS, “la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso”. La obesidad está detrás de otros padecimientos como la hipertensión y la diabetes. En México, en el 2018, murieron más de cien mil personas a causa de este mal, que está en segundo lugar de causa de muertes, después de las enfermedades del corazón (casi 150 mil en 2018), también vinculadas estrechamente con el sobrepeso. Se sabe que la obesidad altera la función inmunológica al afectar el recuento de glóbulos blancos y las células que controlan las respuestas de defensa, por lo que está detrás de muchas muertes más asociada a otras enfermedades, incluido el COVID 19.

Aunque se insiste que el Coronavirus estará con nosotros muchos años, es claro que su letalidad dejará de ser una amenaza para la mayoría en el mediano plazo. La obesidad, si nos atenemos a los datos de la encuesta nacional de salud, promete estar con nosotros mucho más tiempo. En el 2012, el 34.6% de las personas de 5 a 19 años en México, tenían sobre peso u obesidad. En el 2018 ya eran el 37%. En el 2012 el 71% de los mayores de veinte años tenían sobre peso y obesidad, lo cual ya era escandaloso. ¡En el 2018, eran el 75%! Es una epidemia que no graficamos con tanta frecuencia ni acuciosidad como lo hacemos con el COVID, pero es una curva que no promete frenarse si no somos capaces de tomarla tan en serio como tomamos al “virus chino”.

La obesidad es básicamente,la diferencia superavitaria entre las calorías ingeridas y las gastadas. En el caso de los niños, depende en gran medida del entorno en el que viven los pequeños: lo que se les acostumbra a comer, y lo que se les acostumbra a hacer para gastar esas calorías. En México, alrededor del 22% de los niños y jóvenes comen cotidianamente verduras, pero el 85% bebe bebidas azucaradas. El 39% consume frecuentemente frutas, pero casi el 60% come botanas. Por el lado de la quema de calorías, los niños mexicanos reciben una hora de educación física a la semana mientras en Europa son cinco horas.

Si tomáramos tan enserio la pandemia de la obesidad, que no tiene tanta prensa, como la del COVID, y nos atreviéramos a tomar acciones tan radicales, incluiríamos de manera decidida, no solo en tiempo, sino en calidad, las horas para la formación física necesarias; pondríamos regulaciones efectivas para evitar que a los niños y niñas se les siga envenenando con alimentos chatarra (a veces en las mismas cooperativas escolares). Si fuimos capaces de hacer que las fábricas cerraran un tiempo y de parar la economía, ¿no podemos prohibir los altos contenidos de grasas, azúcares añadidos y sal en algunos productos? ¿No podremos invertir los miles de millones que se gastaron en esta pandemia, en programas que aseguren que los niños tengan espacios para el esparcimiento y el deporte?

Ya sé, que este es el momento del COVID y nadie estará dispuesto a pensar en otras pandemias, aunque sean más graves y duraderas. Estamos fuera de tiempo, pero habrá que recordarlo apenas salgamos de esta.