viernes. 19.04.2024
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El Poli en Las Joyas y la contraloría social

"Cuando se anunció este proyecto se estipuló que el acceso y los servicios corrían por cuenta del Ayuntamiento de León. Es más, en la publicidad para estimularnos a pagar el aumento del predial en el 2013, se nos dijo que el extra sería para cubrir estos gastos..."

El Poli en Las Joyas y la contraloría social

Hace casi año y medio que se anunció la construcción de una prepa del Poli en las Joyas (el Cecyt). Cuando se hablaba de eso, las madres y los padres de familia no pensaban que pudiera hacerse realidad. Los hijos adolescentes, por su parte, veían el proyecto lejano, como si Las Joyas fuera sólo a prestar los terrenos pero la escuela estuviera dirigida a otros. “El Politécnico Nacional” sonaba  inalcanzable; seguramente los exámenes de ingreso serían muy difíciles y ellos no estaban lo suficientemente preparados. A eso se sumaba el fenómeno, muy común, de sentir que la tarea ya está hecha al haber alcanzado la secundaria, siendo hijos de padres y madres que en su mayoría apenas cuentan con la primaria. Una de las instituciones con las que trabajo, Utopías Navegables, desarrolla varios proyectos junto con una red de organizaciones de la sociedad civil (Red de Solidaridad la Olla) en ese polígono de pobreza. Nos dimos a la tarea de invitar a los y las jóvenes de las secundarias ubicadas dentro del polígono de pobreza para que se animaran a presentar el examen de ingreso. Las autoridades de la preparatoria accedieron a impartir unos cursos propedéuticos en la zona y se prepararon para la prueba más de 100 muchachos y muchachas.

Cuando se anunciaron los exámenes había otro problema: como las instalaciones no estaban terminadas, el Poli informó que éstos se llevarían a cabo en el campus universitario, en el Puerto Interior, como a 45 km de las Joyas. En auto, como a unos 45 minutos; en autobuses urbanos como a unas dos horas o más, considerando que 25 de esos 45 kilómetros serían sólo para cruzar la ciudad. Se consiguieron a muy buen precio autobuses de Flecha Amarilla y los protopreparatorianos se treparon en ellos, con algunas madres entusiastas, para ir a presentar el examen. Todos y todas lo pasaron y están actualmente cursando ya su segundo semestre.

Las condiciones actuales no son fáciles, porque a falta de instalaciones terminadas, toman los cursos en edificios prestados fuera de Las Joyas y en horario vespertino. Los regresos son peligrosos y el transporte público es insuficiente o deja de funcionar antes que ellos terminen sus clases. Pero ahí van. En el propedéutico para la siguiente generación hay ya 150 muchachos y muchachas preparándose.

Recientemente se formo un comité con padres y madres de familia y algunos estudiantes para vigilar el avance de la obra. Se integraron formalmente como parte del programa Cuida tu Obra, que impulsa  la Secretaría de la Transparencia estatal. El ambicioso programa pretende constituir un comité de vigilancia ciudadana en cada obra que se lleva a cabo con recursos del estado. Pero lo más importante, desde mi punto de vista, no es el resultado concreto de esta observancia –una obra que se termina según los parámetros establecidos en el contrato– sino la construcción de ciudadanía, el aprendizaje de este grupo que podrá, con esta experiencia, asumir tareas de contraloría ciudadana de forma espontánea e independiente.

Ayer platiqué con una de las integrantes del Comité Ciudadano que vigila ya una parte de la obra del Cecyt en las Joyas, y están muy contentas. Por un lado les emociona formar parte de un mecanismo de contraloría social. Están aprendiendo y se sienten responsables frente a la comunidad estudiantil y de los padres y madres de familia. Tienen mucho interés en que la obra concluya, porque las condiciones actuales son peligrosas para sus hijos, y tienen otros que vienen detrás y que ya ven la preparatoria como el siguiente paso natural. Tienen claro que la experiencia será valiosa, más allá del trabajo que hagan como contralores y contraloras de esta obra en particular: están aprendiendo a hacer el seguimiento de las acciones de gobierno, a solicitar información, a exigir cuentas sobre el uso de nuestros recursos. Y la experiencia adquiere más valor aún, por la participación de los mismos estudiantes que van a hacer uso de las instalaciones, y que se están formando como estudiantes del Poli y como ciudadanos activos.

Hasta ahora, por lo que se sabe, la obra apunta hacia su ocupación en el siguiente ciclo escolar, pero los y las miembros del comité están preocupados, no por la construcción intramuros, sino por los servicios que deberán construirse en los siguientes meses alrededor: vialidad de acceso, iluminación, agua, drenaje. En esos rubros no se ven avances. Cuando se anunció este proyecto se estipuló que el acceso y los servicios corrían por cuenta del Ayuntamiento de León. Es más, en la publicidad para estimularnos a pagar el aumento del predial en el 2013, se nos dijo que el extra sería para cubrir estos gastos. Ojalá que no se les olvide, porque una escuela sin agua y sin baños no podrá albergar a la siguiente generación de estudiantes. No creo que se les haya olvidado, espero que no. A los habitantes de las Joyas les queda muy claro a qué se comprometió cada quién, y están aprendiendo muy bien a exigir cuentas.