jueves. 18.04.2024
El Tiempo

Cuatro chivatazos

Cuatro chivatazos

Los hispanohablantes tenemos problemas para escribir nuestro idioma por la coincidencia de sonidos en algunas consonantes. Dudamos cuándo escribir con ‘c’ o ‘s’ (esto último entre latinoamericanos y españoles del sur); con ‘h´ o sin ella; ‘j’ o ‘g’; ‘y’ o con ‘ll’. La mayoría de los hablantes nos hemos aprendido de memoria la grafía de las palabras. Pero esa memorización resulta inútil cuando nos topamos con vocablos menos regulares en nuestro vocabulario, aunque la visualización de la mala escritura (particularmente en redes sociales) también golpea de lleno en nuestra insegura ortografía.

La Ortografía de 2010 de las Academias de la Lengua ofrece un muy amplio conjunto de reglas para la correcta escritura. Aquí solo mencionaré cuatro que me parecen muy prácticas.

¿Por qué ‘nubecita’, ‘tacita’ y ‘frentecita’ se escriben con ‘c’, mientras que ‘casita’, ‘mocosita’ y ‘cosita’ con ‘s’? He ejemplificado con el diminutivo porque en nuestra cultura es muy común recurrir a esta figura. La razón es simple: si la palabra de la que proceden se escribe con ‘s’, en su derivado en diminutivo la conserva; de carecer de ‘s’, el diminutivo se escribirá con ‘c’. Compare, amigo lector, el vocablo ‘casita’ –que procede de ‘casa’– y la palabra ‘nubecita’ –de ‘nube’–.

Pero esta norma no solo aplica en los diminutivos: ‘carnicería’ se escribe con ‘c’ porque ‘carne’, de la que procede, no tiene ‘s’; ‘pasillo’ se enuncia con ‘s’ porque procede de ‘paso’, en tanto que ‘ratoncillo’ con ‘c’ porque el vocablo ‘ratón’ no tiene entre sus letras una ‘s’.

Caso de excepción es la palabra ‘membresía’. De acuerdo al Diccionario panhispánico de dudas es preferible ‘membrecía’, pues deriva de ‘miembro’ (sin ‘s’). Sin embargo, como esa voz se incorporó del inglés membership, donde sí aparece la ‘s’, entonces al trasladarla al español, la ha conservado. Es decir, que ambas formas de escribir este vocablo son válidas, pero –acorde a las Academias– es preferente ‘membrecía’ para que esté en consonancia con el resto de vocablos de nuestra lengua.

‘Huérfano’ se escribe con ‘h’ por el diptongo ‘ue’. Por eso ‘orfanato’ no lo lleva, porque no tiene el diptongo. Lo mismo sucede con ‘huevo’, que procede de ‘oval’. Todas las palabras con los diptongos ‘ua’, ‘ue’, ‘ia’, ‘ie’ se escribirán con ‘h’. Por eso ‘Chihuahua’, ‘ahuehuete’ (variedad de árbol), ‘hiato’ (adiptongo), así como ‘hielo’ se escriben con ‘h’.

¿Por qué ‘dije’ y ‘traje’ se escribe con ‘j’, mientras que ‘recoge’ y ‘protege’ presentan ‘g’, si el sonido es idéntico? Porque los verbos que en infinitivo no tienen ‘g’ se escriben con ‘j’ y verbos que la tengan, la conservan al conjugarse. ‘Decir’ y ‘traer’ no tienen ‘g’; pero ‘recoger’ y ‘proteger’ sí la presentan.

La misma lógica aplica para la ‘ll’ y la ‘y’. Observe, estimado lector, los verbos ‘caer’ y ‘construir’. Entre sus consonantes no tienen ‘ll’. Por eso cuando se conjugan se recurre a la ‘y’: ‘cayó’ y ‘construyo’. En contraparte, los verbos que presentan ‘ll’, la conservan. Así tenemos que ‘calló’ procede el verbo ‘callar’ y ‘hallo’ (encuentro, localizó, ubico) de ‘hallar’.