Imprecisiones periodísticas

"... sería conveniente que los reporteros, comentaristas o responsables de información... fueran más cuidadosos del idioma para evitar se trastoque su sentido"

Imprecisiones periodísticas

En días pasados se inauguró en Acapulco el Tianguis Turístico. Como era de esperarse, la mayoría de medios de comunicación mandaron reporteros para cubrir la nota. En radio, televisión y prensa apareció información al respecto. Noticia también importante fue el estallido de una pipa en la colonia Galaxias de Celaya, aledaña a la carretera federal de cuota Salamanca-Querétaro. Sin embargo, lo destacable para esta columna es que de la primera noticia referida, más de un reportero usó la palabra ‘evento’: «El evento fue inaugurado por el presidente Enrique Peña Nieto»; pero ninguno se refirió en los mismos términos a lo sucedido con la pipa de combustible.

El punto viene a colación porque la palabra ‘evento’ es un derivado de ‘eventual’, un suceso imprevisto. Es como cuando dos personas se encuentran por la calle sin haberlo planeado. Es una eventualidad. Es decir, que tendría mejor aplicación a la segunda noticia que en la primera.

Cierto es que la acepción tres del diccionario oficial ya lo permite: «Suceso importante y programado, de índole social, académica, artística o deportiva. U. m. en Am.». Estas últimas abreviaturas significan «Usada más en América». En la anterior edición del diccionario (la 22.a, 2001) señalaba como solo así usado en Cuba, El Salvador, México, Perú, Uruguay y Venezuela. Y la edición del 21.a no consideraba esta acepción. Eso significa que este uso no le era propio, pero a causa de su generalización inadecuada, poco a poco ha sido admitido por los académicos.

Ahora, la acepción usada en los diferentes medios aparece como la tercera en el diccionario oficial (DLE, por sus siglas). Eso significa que las otras dos  tienen mayor aplicación y, por tanto, son más recomendadas para este vocablo. La primera acepción enuncia: «acaecimiento» y la segunda: «eventualidad, hecho imprevisto, o que puede acaecer».

Ya en otras ocasiones he tratado cómo, por el uso popular, muchas palabras han incorporado sentidos que les son totalmente contrarios (como los casos señalados la semana anterior en este mismo espacio, como el vocablo ‘huésped’). Me refiero a que sería conveniente que los reporteros, comentaristas o responsables de información (sea en los medios o desde una oficina gubernamental) fueran más cuidadosos del idioma para evitar se trastoque su sentido.

En ese sentido, destaco lo que también hace unos días publicó la Fundación para el español urgente, Fundéu. También es común leer o escuchar entre comunicadores: «La víctima se trata de un varón de alrededor de 50 años». Esa oración se pudo haber enunciado como «La víctima es un varón de alrededor de 50 años» o «Se trata de un varón de alrededor de 50 años». Es decir, que en el enunciado original se usan dos sujetos. La oración simple, gramaticalmente, solo puede tener un sujeto en singular o en plural. En este caso no aplica porque o es la víctima o es el pronombre impersonal de la tercera persona ‘se’.

Ese tipo de construcciones mucho se debe a vicios al hablar, que poco a poco se van reflejando en los textos porque al escribirlos bien, ya no les resulta familiar o lógico.

Recurrimos al pronombre impersonal ‘se’ cuando por alguna razón no se desea mencionar al sujeto. Supongamos que usted va por la calle y encuentra a un niño que fue objeto de robo con violencia. Incapaz por sí mismo de acudir a denunciar, usted lo lleva ante la autoridad. El ministerio público elaborará el acta con las oraciones: «Se presenta a un niño, que se dice fue golpeado». Si pusiera que usted lo presenta, cabría suponer que usted lo golpeó. Entonces, usted sería el delincuente. Por ello se requiere del impersonal.

De ahí que en el ejemplo señalado antes haya señalado que la oración presentaba dos pronombre, lo que gramaticalmente es inadecuada.