Lo metafórico

" Por ello, la metáfora convive en nuestra lengua. No se requiere ser poeta o estar inspirado para aplicarla. Es suficiente con dar a entender el sentido atribuido para expresar con mayor precisión una idea. "

Lo metafórico

La metáfora es el recurso expresivo que usamos los hablantes para suponer cualidades y características propias de un elemento en otro. Las Academias de la lengua, en el diccionario oficial de nuestro idioma, definen ‘metáfora’ como «Traslación del sentido recto de una voz a otro figurado, en virtud de una comparación tácita, como en […] la primavera de la vida…». Es decir, que al sentido recto se le añaden cualidades que no le son estrictas (al color blanco se le dota del atributo de pureza). Pero no es un recurso de uso exclusivo de literatos (en poesía o en prosa) o de músicos; es una forma cotidiana de expresarse, pues, incluso, aparece como parte de las definiciones admitidas.

Normalmente, las personas dedicadas a la literatura o a la música suelen recurrir a este recurso para describir con mayor intensidad personas o situaciones. Su propósito es que el lector o el que escucha identifique los elementos que le produzcan un efecto energético. Cuando el poeta (que todo músico lo es… y también alguien enamorado) señala: «Muñequita linda, de cabellos de oro, de dientes de perla, labios de rubí», evidentemente está describiendo una hermosa mujer rubia, con dentadura muy blanca y de labios marcadamente rojos. Eso es lo que llaman los académicos ‘traslación del sentido recto’ porque en sentido literal estaríamos enfrente a un monstruo.  

Pero ese uso metafórico no aplica solo a aspectos positivos. La ponderación también puede tender hacia lo negativo. Es decir, que la metáfora lo que pretende es dar intensidad. He leído a múltiples articulistas calificar de ‘cáncer social’ a problemas sociales graves. Esa opción la contempla el Diccionario (con mayúscula para referirme al oficial de nuestra lengua). Ejemplifico con la palabra ‘cáncer’. Estrictamente, sin tomar en cuenta el signo zodiacal, la acepción dos describe el padecimiento: «Enfermedad que se caracteriza por la transformación de las células, que proliferan de manera anormal e incontrolada». Por tanto, el achaque solo puede ser sufrido por organismos vivos (integrados por la unidad más pequeña de vida biológica a la que ataca este padecimiento). Sin embargo, la acepción cuatro enuncia y ejemplifica (en cursivas) un sentido metafórico: «Proliferación en el seno de un grupo social de situaciones o hechos destructivos. La droga es el cáncer de nuestra sociedad».

Hay quienes no están de acuerdo en que el Diccionario incluya definiciones metafóricas. Suponen que ello le hace perder objetividad. Sin embargo, a mi juicio es necesarísimo, pues el lexicón oficial debe ser un recurso que facilite a quienes lo consultan comprender mejor el idioma y sus usos. Los niños y los extranjeros que su primer acercamiento al significado de las palabras se basa en definiciones rectas, no trasladadas, requieren de este apoyo para dar sentido a las formas de entendernos o darnos a comprender.

Ningún idioma aplica estrictamente el significado de sus vocablos. Ello debido a que no hay lengua que tenga tal variedad de palabras que abarque todos los sentidos profundos necesarios para una cabal comprensión de la realidad. El náhuatl mismo, sin tener la mínima influencia de las europeas, estaba lleno de metáforas. Y es que esta figura no solo es un recurso literario, sino una demanda de abstracción o conceptualización que obliga a reflexionar con profundidad sobre lo referido.

Por ello, la metáfora convive en nuestra lengua. No se requiere ser poeta o estar inspirado para aplicarla. Es suficiente con dar a entender el sentido atribuido para expresar con mayor precisión una idea.