Normatividad, vocablo aceptado

Normatividad, vocablo aceptado

 

La palabra ‘normatividad’ ha sido ya recogida por el Diccionario de Autoridades desde hace unos meses, por lo que su uso está ahora respaldado por las Academias de la Lengua.

En noviembre de 2008, publiqué un artículo acerca de este vocablo. En él, reflexionaba que: a) es una voz muy utilizada en nuestro país; b) aparece en normas e, incluso, en algunas oficinas, como parte del nombre propio; c) su construcción no es inadecuada (tiene dos sufijos usados con el sentido que les corresponde); d) es un vocablo con mayor arraigo general frente a otras voces incorporadas (como güey y chido), casi regionales.

Derivado de ello, remití a las academias española y mexicana de la Lengua mis reflexiones. La respuesta fue que no era un vocablo necesario. Cito a la Academia Mexicana de la Lengua: «Por normativa debe entenderse “conjunto de normas”. A partir de dicha palabra, se ha formado la voz normatividad, la cual, usada como sustantivo, es innecesaria, pues coincide en significado con la primera, por lo que debe evitarse. Lo correcto es utilizar normativa para referirse a un “conjunto de normas”».

Lo que se usa, existe; a pesar de su ausencia del reconocimiento oficial. Muchas especies aún no han sido descubiertas por los científicos, pero ello no las hace inexistentes por no aparecer en las clasificaciones oficiales. Es cierto que en el idioma, lo recomendable es evitarlas, pues carecer de acepciones oficiales podría derivar en interpretación diferente. Sin embargo, en la palabra ‘normatividad’ en todo México el sentido es el mismo.

‘Normatividad’ está integrada por la raíz ‘norma’ y los sufijos –tivo y –dad. El sufijo –tivo añade sentido de realizar, ejecutar o tender hacia algo. Así, por ejemplo, la palabra ‘instruir’ (enseñar, adoctrinar) con el sufijo –tivo se transforma en ‘instructivo’ El significado varió hacia lo que tiende, realiza o ejecuta una enseñanza o adoctrinamiento. El sufijo –tivo forma adjetivos (palabras que sirven para darle una cualidad o característica a persona, animal cosa o concepto). Es el caso de ‘consejo consultivo’. La segunda palabra dice una particularidad de la primera: consultivo es aquello que tiende o realiza el papel de elemento para consulta. Por ello, ‘normativo’ es lo que realiza la acción de normar, aplicable a persona o ley como cualidad: un órgano normativo, por ejemplo. La palabra ‘normativa’ aplica para el conjunto de normas: «La normativa señala que se debe hacer de esta forma».

Por su parte, el sufijo –dad añade cualidad, situación o condición. ‘Útil’, por ejemplo, es algo que sirve para un propósito. Con el sufijo formamos ‘utilidad’, que implica una cualidad con condición de útil: «No deseches ese objeto, me es de utilidad».

Con el sufijo –dad en ‘normativo’ formamos la palabra ‘normatividad’ con significado de «lo que realiza la condición de normar», justamente el sentido otorgado en nuestro país. La definición del Diccionario de la Real Academia Española para esta voz es: «Cualidad de normativo». No aparece como mexicanismo, lo que implica que es una voz de uso generalizado entre hispanohablantes. El tiempo nos dio la razón.