sábado. 20.04.2024
El Tiempo

De la primera colaboración

"Con esta cumplo 500 publicaciones ininterrumpidas. El estilo ha variado, pero la intención original se mantiene."

De la primera colaboración

El jueves 25 de enero de 2007 apareció por primera vez Chispitas de lenguaje en un diario de circulación estatal. Con esta cumplo 500 publicaciones ininterrumpidas. El estilo ha variado, pero la intención original se mantiene. Escribí en la primera de esta serie: «El propósito de esta columna — todos los jueves, a partir de hoy— es ofrecerle a usted, amigo lector, información práctica, útil, sencilla, alejada de academicismos, de cómo usar el idioma español.

»A muchos, cuando escribimos o hablamos, para no ser mal interpretados, nos asalta la duda: ¿estará bien escrito esto?, ¿lo habré dicho bien?, ¿se colocará este signo aquí o acá?, ¿por qué esta palabra se usa de esta forma? Son muchas las dudas. Lo mismo secretarias, ejecutivos, que amas de casa, estudiantes o empleados de cualquier actividad. Todos, tarde o temprano, debemos escribir un texto y, extenso o breve, debe ser claro y preciso.

»Nuestro idioma es muy rico y por ello tiene muchos detalles por definir o explorar. Éste es el espacio que a partir de hoy el Correo le ofrece para consultar todo sobre el Idioma. Si tiene alguna duda, si desea que tratemos un tema, escriba a [email protected] y gustosos publicaremos aquí la información para beneficio de usted y de los lectores guanajuatenses».

El nombre fue sugerido por el mayor de mis hermanos cuando supo del proyecto. La palabra ‘chispitas’ alude a una fracción y, muy del estilo de nuestro país, en diminutivo. Es decir, desde el inicio de esta actividad me propuse no teorizar, ensayar o hacer algún tratado del idioma. Mis pretensiones son menores, simplemente difundir lo que recomiendan los académicos. No soy una autoridad, aspiro solo a ser un difusor de información respaldada por las Academias de la lengua.

En el nombre dejé únicamente la preposición ‘de’ y no la contracción ‘del’ porque no quise recurrir al artículo determinado ‘el’. Me explico: la fusión de la preposición ‘de’ con el artículo ‘el’ da por resultado la palabra ‘del’ (una de las tres únicas contracciones admitidas en nuestro idioma). Entonces, juzgué innecesario el artículo ‘el’ porque al anunciar ‘el idioma’ estaría haciendo sobrentender que solo me limitaría al español. Y aunque el propósito es ese, dejarlo más ambiguo me ha dado la oportunidad de hacer algunos comentarios de otros idiomas (como el inglés y el náhuatl). No soy experto en esas lenguas, pero las comparaciones y análisis muchas veces dejan importantes reflexiones sobre el español.

Ahora, preferí el término ‘lenguaje’ porque la comunicación verbal es determinante en la evolución del idioma y este vocablo alude más directamente a la forma de hablar. Además, el sesgo que tiene la columna es del español mexicano. El vocablo ‘idioma’ está más vinculado a la gramática formal que el término ‘lenguaje’. Ahí radicó el interés de la columna, en alejar los comentarios de la formalidad académica con el giro de nuestro país.

En más de una ocasión me he valido de chistes o de dobles interpretaciones. Nuestro lenguaje es así, un elemento vivo y dinámico lleno de múltiples matices. Entender ese juego, comprender esas particularidades, permite al hablante usar con mayor precisión el idioma.

Agradezco la generosidad del diario y los portales electrónicos donde apareció. Asimismo, valoro el interés de los lectores por creen en este proyecto y en quien teclea. No todas mis colaboraciones han sido aciertos. He recibido críticas que agradezco y aprecio pues me han obligado a esforzarme, a profesionalizar mi servicio. Hoy poseo un mayor bagaje gracias a usted, amigo lector. He sido beneficiado por su interés y consultas.

Permaneceré siempre en deuda con quienes alientan mi labor. Hoy empiezan las siguientes quinientas colaboraciones de Chispitas de lenguaje