miércoles. 24.04.2024
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Prontuario ortográfico 2014

"En este año, revisado mi trabajo, no traté muchos temas sobre este aspecto. Sin embargo, como fue una columna muy citada y valorada, hoy trataré algunos aspectos. Para ello recurriré a publicaciones más viejas, lo importante es ofrecer una compilación diferente a la del año anterior y útil a los lectores"

Prontuario ortográfico 2014

Por estas fechas, como resumen de algunos temas abordados en el año, publiqué un prontuario ortográfico en 2013. En este año, revisado mi trabajo, no traté muchos temas sobre este aspecto. Sin embargo, como fue una columna muy citada y valorada, hoy trataré algunos aspectos. Para ello recurriré a publicaciones más viejas, lo importante es ofrecer una compilación diferente a la del año anterior y útil a los lectores.

¿Por qué la palabra ‘nubecita’ se escribe con la consonante ‘c’, en tanto ‘casita’ (diminutivo, femenino, singular), se escribe con ‘s’? La pregunta está mal planteada, pero es lo que regularmente se preguntan las personas. En realidad se debe al origen de la palabra. Cuando cualquier vocablo derive de uno que tenga la consonante ‘s’, la conservará en sus derivados (en este caso, ‘casa’); mientras que si la palabra origen no lleva ‘s’, sus derivados se escribirán con ‘c’. Tenemos el caso de ‘abogacía’, que procede de ‘abogado’ (sin ‘s’ en el original’); ‘clerecía’ de ‘clero’; o ‘carnicería’ de ‘carne’. Las palabras que se enuncian con ‘s’ derivan de otras que la llevan: ‘burguesía’ (de ‘burgués’); ‘casita’ (de ‘casa’).  Caso excepcional, el vocablo ‘membresía’ de origen inglés, que se refiere al conjunto de ‘miembros’ (personas integrantes de una agrupación). Como no precede del español, su referencia es el vocablo inglés ‘membership’, que sí lleva la ‘s’ y por ello la enuncia. No obstante, aunque el Diccionario de la Real Academia Española, DRAE, no recoge ‘membrecía’, el Diccionario panhispánico de dudas (también formulado por las academias de la Lengua) recomienda su uso preferente a ‘membresía’, en el DRAE desde la 22.a edición.

También resulta confuso cuándo usar ‘ll’ en vez de ‘y’. Si el vocablo original lleva una u otra, su derivado conservará la de origen. Como ejemplo tenemos la voz ‘llama’, de donde se desprenden ‘llameante’, ‘llamarada’, con doble ‘l’. Lo mismo pasa con los términos que en su origen lleven ‘y’, como en ‘rey’, ‘reyezuelo’. Ahora, los verbos que en su origen no tengan ni una, ni otra; cuando aparezca ese sonido, se escribirá con ‘y’: ‘destruir’, ‘destruyo’; ‘huir’, ‘huyo’; ‘ir’, ‘yendo’. Es importante destacar que el sonido ‘i’ final de la palabra ‘rey’ no se mantiene como la consonante ‘y’ si queda en la mitad del vocablo (en ‘rey’ está al final): ‘reina’. 

Se escribirán con ‘v’ los verbos que en su origen no tengan ‘b’: ‘ir’, ‘voy’; ‘tener’, ‘tuvo’; ‘estar’, ‘estuvimos’. Solo será excepción a esta norma el copretérito, cuando la conjugación genere un sonido ‘b’: ‘iba’, de ‘ir’; ‘estábamos’, de ‘estar’.

La Ortografía de la lengua española de 2010, OLE-2010, en aspectos ortotipográficos enuncia que los nombres de la obras públicas (libros, revistas, álbumes musicales, publicaciones periódicas, etc.) deben enunciarse en cursiva (todavía está muy arraigada la costumbre era entrecomillar). Igualmente, solo llevarán mayúscula las palabras que por alguna razón corresponda (también antes había la costumbre de iniciar con mayúscula cada palabras significativa). De esta forma se evita la confusión: Cien Años de Soledad (una persona llamada Soledad vivió cien años), que Cien años de soledad. La excepción serán las normas jurídicas.

También irán en cursiva las palabras de otros idiomas, que por alguna razón deban incluirse en textos en español, como ‘clúster automotor’ (la palabra automotriz solo aplica en voces femeninas, como industria, agencia, etc.), latinismos en documentos jurídicos o del cuerpo crítico (como sic, op. cit., Ibidem, etc.).