martes. 23.04.2024
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Recomendaciones para que su hijo lea

Recomendaciones para que su hijo lea

Hace unos días, los responsables del área cultural de Cortazar tuvieron la gentileza de invitarme a charlar con muchachos sobre Jorge Ibargüengoitia en el marco de la Feria del Libro de Cortazar 2018.  En este marco hice una serie de reflexiones que comparto con ustedes.

La lectura es el acto que nos representa como humanos. Es un acto cultural (no es natural leer), nos obliga a reflexionar y, sobre todo, a enriquecernos con información que nos puede ser útil, a pesar de que sea literatura recreativa. 

Eso nos transforma. Una persona ya no es la misma después de un libro. Por ello, me atrevo a hacer estas recomendaciones para que nuestro mundo cambie.

1. Compre un libro. Valore su dinero. No dé prioridad a la televisión, al blue ray o a cualquier dispositivo que aleje a sus hijos de un libro (video juegos, por ejemplo). Esos dispositivos le endeudan, le libro no y siempre será más útil que desperdiciar el tiempo en videojuegos. ¿Para qué invita al demonio a casa? 

2. Lea frente a sus hijos. Es bien sabido que los niños repiten lo que los adultos hacen. Su socialización se logra imitando actitudes y reacciones. Si lo ven leyendo en libro, considerarán que es una opción adecuada y correcta; si no lo hace, entonces concluirán que es una actividad que no vale la pena. 

3. Léales desde pequeños cuentos. Eso les desarrolla la fantasía. Pero también les lleva a desarrollar capacidades de identificación con otras personas. Eso favorece que vuelvan personas solidarias y que sepan trabajar en equipo. Asimismo, las ideas crecen y con ello el razonamiento y la reflexión se torna exponencial (crece, crece y crece). 

4. Jamás castigue a un niño con la lectura. Si por alguna razón en su escuela le dejaron como tarea leer algo, festínelo y haga sentir a su hijo que es algo interesante. Si no lo hace corre el riesgo de que su hijo le parezca una actividad poco interesante. Si lo castiga con que lea en voz alta y se burla de lo mal que lo hace lo pone en el camino de jamás acercarse a un libro. 

5. Si se muestra más intensamente apasionado con partidos de fútbol o películas de acción (de esas en las que jamás vencen al protagonista a pesar de los golpes, caídas y disparos recibidos) y  jamás demuestre emoción por un libro está enseñando a valorar las actividades. Recuerde que los niños desearán experimentar esas mismas sensaciones y, por tanto, se interesarán más en asuntos intrascendentes, que no lo hacen crecer como persona. 

6. Invite a casa a algún amigo a que hable de libros. Si los niños no ven interés en usted y en sus amistades por los libros, sabrá que es una actividad de poco importante. Los niveles de alcoholismo y prácticas poco saludables se quedan en la mente de los hijos desde pequeños si observan de los padres ese desplazamiento de la lectura por los vicios. 

El fomento a la lectura inicia con libros en casa… pero libros que se usen, no solo de adorno. No hay peor libro que el que no se usa.