viernes. 19.04.2024
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Repetición de grafías

"Todos los que tenemos dirección de correo electrónico hemos recibido algún archivo donde el encabezado remata con una serie en extremo larga de signos de admiración o interrogación. Pongamos que fueran 54. ¿Qué diferencia expresiva o intencional tendrían una oración que rematara con 31 y no estuviera ligada a la anterior?"

Repetición de grafías

Todos los que tenemos dirección de correo electrónico hemos recibido algún archivo donde el encabezado remata con una serie en extremo larga de signos de admiración o interrogación. Pongamos que fueran 54. ¿Qué diferencia expresiva o intencional tendrían una oración que rematara con 31 y no estuviera ligada a la anterior? Sí, desde luego la sucesión de signos –particularmente en el remate– estaría tratando de reflejar intensidad, pero lo mismo daría (intensidad muy alta) si solo pusiera 26 o 14. El punto es que es innecesaria la ristra para reflejar una duda o una admiración mayor a lo usual.

La Ortografía solo contempla series máximas de tres. Los puntos suspensivos no son más de esa cantidad (…), que será el modelo para otros casos. Es decir, para los académicos de nuestro idioma la repetición tiene ese límite. El Diccionario panhispánico de dudas, DPD, de las Academias de la Lengua (2005) señala en la entrada para ‘signos’, en el punto c: «En obras literarias es posible escribir dos o tres signos de exclamación para indicar mayor énfasis en la entonación exclamativa: ¡¡¡Traidor!!!». Los signos tienen por propósito reflejar la forma de hablar y, por tanto, no deben limitar la intencionalidad porque sea poco usual repetir signos, por una parte. Por la otra, como cada signo no representa una unidad cuantificable de entonación, es innecesario más de tres.

Hace unos días, a través de una red social, comentaba con el maestro Jesús Pastor –promotor cultural del sur del Estado– respecto de la exclamación ‘Mmm’. Es la interjección usada para expresar duda, «Mmm… no sé si deba hacerlo»; interés, «¡Mmm!, me gusta»; o identificar que algo es de nuestro agrado, particularmente si se relaciona con el paladar, «¡Mmm!, ¡qué rico!». Sin embargo, coincidíamos en lo dudoso sobre la cantidad de consonantes por repetir. Nuevamente el planteamiento sería ¿qué diferencia exclamativa hay si registro nueve o cuatro?: ninguna, por lo que con tres es suficiente. Esto es, prolongar el número de emes no tiene sentido. La sucesión de tres ya da la idea de prolongación de sonido en este caso, pero no de intensidad en la exclamación.

Diferente de la ortografía de la exclamación ‘hum’. La Fundación para el Español Urgente, Fundéu, nos precisó que esta equivale a ‘uf’, para reflejar cansancio, «¡Hum!, qué de trabajo tuve»; enfado, «¡Hum!, ya llegó este pesado»; o sofocamiento, «¡Hum!, por poco y no lo logro». Ahora, en algunas publicaciones prolongan vocal y consonante de forma arbitraria para reflejar intensidad. En una expresión de molestia o fastidio es extraña la prolongación del sonido, más común es la intencionalidad. Para ese caso, con la multiplicación de los signos será suficiente: ¡¡¡Hum!!!  (mayor enfado).

Sin hacer repetición también contamos con la alternativa del paréntesis y los signos de admiración e interrogación: «Oficialmente, la economía va por buen camino (¡?)». Con ello, sin modificar la intensidad del enunciado, el paréntesis señala admiración y duda sobre lo enunciado.

Ahora, respecto de la repetición de grafías es común en múltiples vocablos la duplicación de consonantes (particularmente las ‘l’, ‘r’ y ‘c’) y de vocales (con preferencia por la ‘a’ y ‘e’). Menos comunes, consonantes duplicadas (como la n: ‘innecesario’, que aparecer por el prefijo de negación) y la vocal u (duunvirato única palabra en español con doble u –no confundir con W, que el nombre de esa consonante es uve doble–).

Caso dudoso puede presentarse con prefijos terminados en b unidos a palabra con la misma consonante inicial. Acorde a la nueva Ortografía, los prefijos (conjunto de letras que unidas al inicio de una palabra la modifican) que afectan un concepto enunciado mediante una palabra deben escribirse como un solo vocablo. Por ello, con el prefijo sub- unido al vocablo ‘base’ se formará el término ‘subbase’. Los prefijos jamás deberán unirse al vocablo que afectan mediante guion o asterisco, por lo que se repetirá la consonante.