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05/05/13

De medios, tecnología y educación zombies en México

De medios, tecnología y educación zombies en México

Hace alrededor de dos semanas que no enciendo la tele, mientras que la radio solamente me acompaña entre las 6:30 y las 6:50 de la mañana en mi trayecto al colegio, y solamente para escuchar las noticias del día (y algunas burradas de los locutores). Por una parte, los canales del paquete básico de  Megacable ofrecen un número muy limitado de programas (shows), y repiten los episodios ad nauseum.  Por otro lado, algunos de estos programas se ofrecen en horarios inconvenientes para mí: al medio día o después de las 10 de la noche. Lo mismo ocurre con la programación de las películas. Y luego esas políticas de la empresa de suprimir algunos de los pocos canales que a veces vale la pena ver, como Canal 11. Lo que queda es la porquería de programación que ofrecen Televisa, Tv Azteca,  Univisión, etcétera.

La posibilidad de ver otros programas y los episodios más recientes de los shows que me gustan, son una de las cosas que extrañaba de Tijuana. Viviendo en Playas no necesitaba cable para ver la programación de las emisoras gringas, en directo. Pero entonces uno de mis ex alumnos de Tijuana me proporcionó las ligas a Hola! (hola.org)  y a ProxMate (proxmate.dave.cx) para desbloquear los canales gringos y acelerar las descargas. Estas posibilidades, junto con el acceso a Cuevana (cuevana2.tv y cuevana.tv) resuelven cualquier necesidad de distracción. Para todo lo demás, está la red.
En todo lo demás incluyo las necesidades de formación y de actualización. En los tiempos actuales casi todo lo que uno quiera aprender está disponible en la red. Claro, se requiere del acceso a Internet y de saber en dónde buscar lo que a uno le interesa o necesita. Desde videos en YouTube acerca de cómo hacer bufandas, pasteles, videos, etc. hasta cursos muy formales, certificado incluido, ofrecidos por las grandes universidades del mundo, la UNAM y el Tec de Monterey entre ellas. La oferta es  amplísima y algunos sitios concentran la información para hacer más sencilla la búsqueda: Udemy (udemy.com) y Open Culture (openculture.com), por ejemplo. En este último sitio encuentra uno, además, lecciones de idiomas diversos, libros, películas y documentales.

¿Por qué conservo Megacable? Porque no hay más que dos opciones para tener conexión a Internet: Telmex o Megacable. En una tengo que contratar un servicio telefónico, que no necesito, para tener un acceso a Internet lento (aunque seguro), mientras que en la otra tengo que contratar el servicio de cable, que no necesito, para tener un acceso a Internet relativamente rápido aunque no tan seguro L. Monopolios y malas políticas, se llama el cuento. 

En este país los medios nunca han estado al servicio de la educación y la cultura. Más bien pareciera que hacen el esfuerzo por contrarrestar todo intento de formación de la ciudadanía. Contra el pensamiento racional y científico se ofrece una amplia variedad de temas que promueven el pensamiento mágico y la superstición. Mi amiga Martha Márquez compartió la nota de Proceso acerca de Aute, en su presentación en Coyoacán este 5 de mayo. Dice el cantautor: “no es gratuito que estén de moda las películas de zombies, porque nos quieren muertos en vida”.

En “Encuentro Tijuana 2012: Una experiencia de comunidad de práctica”, presentada en el Sexto Congreso Internacional de Educación (CIE), desarrollado en ITSON en 2012, dábamos cuenta del lento proceso de adopción de la tecnología en la educación en México, comenzando con la radio y la televisión educativas. Llevamos unos cuántos años de atraso y la voluntad por sacar adelante este país no se ve,  ni del lado de las autoridades ni, mucho menos, de los consorcios televisivos o de radio.  Es ilustrativo el artículo de Carolina Arteaga et Al. “La Radio como Medio para la Educación”, en la revista electrónica Razón y Palabra, sobre la poca oferta educativa de la radio, aun en la Ciudad de México. 

En los Estados Unidos la radio fue, desde 1922, una vía de acceso a la educación a través de la cual las grandes universidades se propusieron ofrecer una variedad de temas diversos. Este tipo de cursos, predecesores de los MOOC actuales y que despertaron interrogantes similares a las que estos despiertan ahora (Susan Matt & Luke Fernandez, "Before MOOCs, 'Colleges of the Air,'" Chronicle of Higher Education. April  23, 2013) desaparecieron hacia 1940.  Pero se continuó tratando de hacer llegar educación a través de películas (a partir de 1930) y, por supuesto, a través de la televisión.  Wikipedia, en su entrada sobre MOOCs, destaca la colaboración de CBS y la Universidad de Nueva York a través de la serie Sunrise Semester, entre 1950 y 1980.
Así, lo que nos queda es acceder a la cultura y el conocimiento a través de Internet… cuando el derecho a acceder a él sea un hecho y no un discurso. Falta, por supuesto, encaminar las voluntades hacia esos destinos. Tarea nada fácil cuando el acceso a la lectura está retrasado dentro de la propia escuela (a menos que hablemos de escuelas privadas) y cuando los propios docentes  no se interesan mayormente en estos temas. ¿Será que, como dice Aute, nos quieren muertos en vida?