La Champions 2019: los cuartos de final

"El torneo más importante de clubes en el mundo llega a sus instancias definitivas..."

La Champions 2019: los cuartos de final

El torneo más importante de clubes en el mundo llega a sus instancias definitivas; destaca la presencia de equipos ingleses, la mejor liga local del mundo desde cualquiera de los criterios establecidos, y de ciertos equipos más cancheros y oficiosos que conocen bien estas instancias. Dos ausencias sorpresivas: gigantes europeos como el Bayern Munich y el Real Madrid se quedaron en el camino; en particular la de este último, que había ganado las ediciones anteriores, si bien el recambio siempre contribuye a la emoción del juego: cuando ganan los mismos, se pierde el interés. Como sea, el balón corre con soltura por los pastos de las canchas europeas.

Primera jornada

En los primeros dos partidos, los locales sacaron ventaja importante, sobre todo porque no permitieron gol de la visita, pero al siguiente día, los visitantes consiguieron dar un buen paso para avanzar a la semifinales. Como diría el clásico, nada está escrito, pero se vieron dominancias difíciles de revertir en la vuelta: seguimos esperando las sorpresas, siempre tan agradables cuando tu equipo no está involucrado, o al menos que sea el que dé la campanada.

La casa gana

Liverpool recibió, con toda la obligación de sacar ventaja, al cuadro portugués del Porto, sin la presencia de nuestro querido compatriota Herrera, castigado por acumulación de tarjetas, aunque con Casillas rompiendo marcas en presencias dentro de este tipo de certámenes. En la tierra que inmortalizaron los Beatles, el concierto musical estaba destinado a sonar armónico. La encomienda se aplicó muy pronto con la anotación de Naby Keita: hay goles tempraneros que engañan o que sentencian; éste fue de la segunda categoría: apenas acomodándose en el campo y el Liverpool ya tenía ventaja en el marcador, en tanto el Porto contaba con demasiados minutos como para mantener cierta esperanza cuando se juegue la visita en Portugal, dudando entre lanzarse al empate o mantener la diferencia en contra.

Pero el dominio no cesó a pesar de la ventaja: alguna ocasión aislada para la visita que pronto vio el Long and Winding Road, en tierras donde la música popular se cambió para siempre. Firmino aprovechó bien una jugada de esas que uno quiere ver una y otra vez para clavar el segundo tanto en el ecuador de la primera parte. Ya el asunto requería que la delantera de los visitantes intentaran anotar un gol que les diera respiro para el siguiente encuentro. No lo lograron pero al menos evitaron un tercero que sería prácticamente definitivo: la segunda parte quedó planteada para el cuidado, más que para el atrevimiento.

Batalla inglesa

No solo pelean en la liga Premier, sino que la vida los puso frente a frente en la Champions. En partido cerrado, los locales consiguieron una ventaja que vale más por el cero en contra como local que por el gol a favor. La alineación inicial del Manchester City dejaba dudas, en tanto el Tottenham asumía el compromiso como ala gran oportunidad de volver a trascender en el máximo torneo de clubes en Europa. En la banca, duelo de estrategas virtuosos: Pochettino y Guardiola, dos de los técnicos que mas han aportado al fútbol moderno, desde sus concepciones y posibilidades.

Un penal cobrado por Agüero fue detenido por el francés campeón del mundo Lloris, acción que cambió el rumbo del partido, al menos en términos emocionales. A pesar del dominio de la visita y con Kane fuera por lesión, de pronto surgió una jugada de Heung-Min Son (conocido por los mexicanos dado que nos anotó el gol en el mundial pasado), de ésas que uno nunca se espera y a poco más de diez minutos para el final, colocó el balón al fondo de la cabaña tras driblar con jerarquía a sus rivales. Estalla la tribuna y todo queda al pendiente para el partido de vuelta.

El teatro de los sueños olvidados

El Manchester United recibió al equipo a vencer: el Barcelona va tranquilo en su liga y parece que reencontró su enfoque. Quizá era el partido más esperado de la ronda pero muy pronto los visitantes marcaron la pauta, sobre todo en la jugada del gol: casi cincuenta pases para que Messi le pusiera un balón en la cabeza a Suárez que terminó rebotando en Shaw para acabar en la red, apenas pasados los diez minutos. No habían pasado ni quince minutos y el marcador ya favorecía a la visita: se podría esperar una bravía versión del cuadro inglés o un ensañamiento de los españoles para finiquitar de una buena vez la serie. Ni una, ni otra.

La segunda parte transcurrió más en la lógica impuesta por los catalanes que de los anfitriones: intentaban atacar pero en general se mostraron inferiores ante la evidente conexión grupal de sus rivales, ahora de amarillo, quienes supieron manejar los tiempos y espacios, con pelota al pie, para evitar algún tipo de sacudida. Los locales, por más que adelantaron líneas, no conseguían establecer un dominio hacia el frente, a pesar de los cambios conservadores de sus invitados. Parece cocinada la eliminatoria pero… siempre hay un pero.

Después lo resolvemos

En Holanda no hay espacio para la especulación, como se ha visto en torneos varios: a pesar de tener enfrente a uno de los candidatos al título del certamen, el Ajax salió a proponer el partido y durante los primeros 25 minutos la pelota y el partido fueron suyos, aunque sin terminar de producir resultados tangibles, gracias en parte a Szczesny sacando una pelota de antología El cuadro italiano se fue recuperando de a poco y, quizá sin demasiado merecimiento, terminaron con la ventaja en el primer medio por cortesía de un cabezazo implacable de Cristiano Ronaldo, justo cuando los vestidores se abrían para terminar la primera parte.

Y cuando se abrieron para iniciar el segundo medio, una descolgada imprevista del brasileño Neres, aprovechando una pérdida de balón, generó la pronta igualada en el marcador, situación que provocó emoción en el cuadro holandés para lanzarse alegremente al frente para buscar la diferencia, ante un Juventus que parecía pedir la hora pero que sacaba el oficio de equipo grande, de ésos que resuelven las tormentas con la sabiduría que da el nombre y la trayectoria. Al final, conservaron el empate y todo queda para definirse en Turín.

Un primero medio en el que los favoritos, en plan de visitantes, acabaron con la ventaja de los locales encontraron la meta del equipo contrario.

Como buen equipo que se precie, el escenario no se impuso: salieron a buscar un gol y administar el partido en la medida posible.