Dos semifinales en el recuento número veintiuno de esta serie veraniega sobre los torneos futboleros por región. Ambas se terminaron definiendo en la tanda de penales.

EUROCOPA (XXI)

Se determinó al primer finalista en el campo sagrado de Wembley con las tribunas lo más ocupadas posibles, entre connacionales de los protagonistas que viven en Londres y algunos viajeros con permisos y restricciones especiales. Aunque no se podía llenar el graderío, los asistentes se involucraron en el drama de tal manera que de pronto daban la sensación de desdoblarse en apoyo hacia los suyos.

Saber ganar

En un clásico encuentro eurolatino, España e Italia se vieron de frente en una de los semifinales del torneo. De arranque los dos mandaron presión alta y los primeros quince minutos fueron de mayor control español, bordando fino y agradando a la grada, con un buen planteamiento en medio campo comandado por Busquets, igual resolviendo en defensa, y en ofensiva, mucho más flexible sin un nueve estático; fueron emparejando el devenir los italianos y las oportunidades se presentaron en ambas porterías, si bien la presencia ibérica se manifestaba con mayor peligro. La ahora Furia blanca lograba en ocasiones saltar la línea de cinco de la Azzurri pero decidía mal en el toque de zona de peligro, como les había sucedido en partidos anteriores, aunque terminaron siendo mejores en una consistente primera parte, con todo y la llegada al final de los italianos.

El segundo medio arrancó con similar tesitura, incluyendo sendas oportunidades para abrir el marcador. El partido también se jugaba en las bancas, en donde a cada ajuste o cambio del rival, venía una pronta respuesta, ya sea en nombres, acomodo o desplazamientos tácticos. Cuando los españoles empujaban más al frente, un frenético contragolpe italiano, iniciado desde las manos del arquero, terminó con gran resolución de Chiesa al 60’ enviando el esférico al poste distante del portero. Reaccionó con altura la selección española y rápidamente generó un par de ocasiones para emparejar el marcador, en tanto los italianos buscaban el segundo por momentos, enviando presión alta. A falta de diez minutos y para seguir congraciándose con los suyos, al menos de momento, Morata recibió fino pase filtrado del chispeante Olmo y convirtió para mandar el encuentro al alargue.

Un par de remates por parte de los españoles en tiempo extra, confirmaban que los de blanco se encontraban en mejor momento, a pesar de haber jugado dos encuentros que se fueron a estas instancias para clasificar. En contraste con un serio Alba, Chiellini mantenía el buen humor en el volado para los penales, saliéndose con la suya y quizá anticipando el desenlace con el tiro del ítalobrasileño Jorginho, ejecutado como si estuviera al término de un relajado entrenamiento  —no en una situación de drama generalizado- y darle el pase a su equipo, después de empezar fallando y  contando con la oportuna intervención de Donnarumma en el disparo previo. Gran torneo para este joven conjunto español que quizá merecía mejor suerte pero que abre la puerta hacia un futuro promisorio en próximas competiciones, reflejando la gran herencia del tejido hipnótico sobre el césped, que tantos triunfos les trajo hace pocos años.

COPA AMÉRICA (XV)

Quedó listo el segundo finalista del torneo, esperado por el anfitrión Brasil, para definir al campeón de esta edición. Sin público, como se han desarrollado todos los partidos, las acciones se llevaron a cabo en el estadio Nacional de Brasilia.

Hasta los penales

En partido que detonó expectativas altas para ver buen fútbol, Argentina y Colombia disputaron el segundo boleto a la final. Muy pronto se combinaron Martínez y Messi para enviar intimidatorio aviso a la puerta colombiana, en la que tres minutos después volvió a presentarse el servicio postal pero ahora sí encontrando destino, a través de un largo y rompedor servicio de Lo Celso hacia Messi, quien aguantó la pelota y la sirvió en bandeja al propio Martínez para que rematara rumbo a la red. Cuadrado estuvo a punto de igualar al instante y a partir de ahí, los cafetaleros recurrieron a la presión alta para tratar de hacerse de la pelota: lo consiguieron y armaron llegadas concluidas por disparo fuera del área de Barrios y cabezazo del gigantón Mina, su especialidad. Hacia el final, la albiceleste se acordó de atacar y estuvo muy cerca en tiro de esquina salvado por Ospina.

En el segundo tiempo, los de amarillo salieron con similar disposición para encontrar el empate, por poco conseguido antes de los diez minutos de acción con una serie de disparos rebotados. Entre un ambiente donde empezaron a predominar los roces y las faltas, un prolongado pase de Cardona fue recibido y conducido hasta el límite por Díaz, quien cayéndose alcanzó a darle un punterazo al balón para introducirlo en la portería rival, alcanzando justa igualada. Media hora por delante y los colombianos querían aprovechar su momento para darle la vuelta, en lo que despertaba la albiceleste, mejorando de manera notable con el ingreso de Di María: se sucedieron oportunidades de Lautaro, increíblemente desperdiciada, del propio Fideo y de Messi, dejando el esférico en el poste. Los penales llegaron y fue el momento del arquero Martínez, deteniendo fanfarronamente tres disparos colombianos para resolver la tanda a favor de los suyos.