jueves. 18.04.2024
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Final del Clausura 2018: Los cantos del paraíso

No son de los famosos pero sí de los grandes de nuestro fútbol: los del infierno desde hace tiempo y los celestiales en los últimos 20 años…”

Final del Clausura 2018: Los cantos del paraíso

A la final del Clausura 2018 llegaron los dos mejores: uno del torneo regular y otro de la liguilla. Ambos han mantenido un digno nivel en la era de los torneos cortos, alcanzando título y siendo protagonistas en buena parte de los certámenes disputados, con todo y sus baches pronto subsanados. No son de los famosos pero sí de los grandes de nuestro fútbol: los del infierno desde hace tiempo y los celestiales en los últimos 20 años. Si bien su afición todavía se encuentra focalizada, el trabajo institucional que han realizado, con todo y sus momentos de ineficiencia, es de los mejores de nuestro fútbol en los tiempos recientes.

Por tercera vez, Santos y Diablos se enfrentaron en los 180 minutos decisivos de los torneos cortos; las dos anteriores ocasiones habían sido para los habitantes del infierno, una ganada con claridad y la otra en una inverosímil tanda de penales que tenían prácticamente asegurada los del cielo. Ahora, dirigidos por sendos porteros que se hicieron aquí y que siguen los pasos de otros técnicos extranjeros forjados en nuestra liga, entregaron una serie digna, pareja, intensa y luchada, como cabría esperarse de estas dos escuadras acostumbradas a buscar el triunfo antes que cuidar el resultado.

Justicia divina

En el primer partido, jugado en un celestial y caluroso Torreón, el Toluca saltó al campo buscando anotar pronto, como quien sabe que asestando una primera estocada se consigue la desestabilidad del oponente, de la cual puede no recuperarse. Casi lo consigue, dejando un par de pelotas en los postes y creando un contexto de peligro: en ese momento no lo sabíamos, pero acaso estos minutos iniciales sin anotación, trascendieron en el resultado final más de lo que suponíamos. Poco a poco, Santos se recompuso en el terreno y empezó a convertirse en ligero dominador del partido.

Para la segunda parte, el visitante salió con la misma idea de tratar de anotar, pero ahora sí lo consiguió vía un puntilloso contragolpe coronado por Quiñones al ’57. El Toluca no supo aprovechar la ventaja y pareció incomprensiblemente confiado, mientras que los de casa sacaron el espíritu que los había impulsado en dificultades anteriores: aprovechando una salida precipitada de Talavera, Djaniny emparejó el marcador a veinte del final y, en la jugada quizá clave de la serie, Furch le dio la vuelta en el límite del tiempo: los anfitriones mostraron en carácter suficiente para reponerse frente a la adversidad, en tanto los visitantes no supieron aprovechar la ventaja.

Avanzando por los círculos del infierno

Como era de suponerse, los primeros minutos fueron de asedio rojo en busca de la igualada que se evitó en buena medida por la gran actuación del arquero Orozco; pero a los 10 minutos Furch anotó para la visita: si hay goles oportunos, éste es un claro ejemplo. Con dos de ventaja en el global, los Guerreros ganaron en confianza mientras que los Diablos se reponían del duro golpe, si bien siguieron con disposición de ir al frente en tanto el rival mantenía cierto peligro vía el contragolpe. El primer medio se escurrió con angustia y los de casa sumaban enemigos: el tiempo, la presión, la propia ineficacia para concretar y, por supuesto, un combativo contrario.

A lo largo de la segunda parte el esfuerzo se mantuvo por parte del Toluca, mientras que Santos empezaba a jugar con el marcador, por momentos haciendo tiempo de más. La sensación de peligro fue disminuyendo y la precipitación en el toque definitivo se incrementaba; cambios de hombres pero sin los resultados esperados. A diez del final, Hauche anotó el gol de los rojos que los acercaba a uno para mandar el partido al alargue. La esperanza renacía pero en un ambiente poco propicio para convertirse en realidad: acaso un disparo más a puerta sin mucho peligro y el silbatazo final marcó el sexto título para Santos, el mejor equipo de este minitorneo.

p.d. El Toluca pierde una final cada seis años (2006, 2012, 2018), coincidiendo con tiempos electorales, si bien en el 2000 ganaron una y perdieron la otra. En cuanto a la candidatura presidencial le ha sucedido a ya saben quién, pero ahora luce con más ventaja, justamente, por su posición en la tabla de las encuestas y tratando de aprender de sus anteriores derrotas, cuidando el balón sin arriesgar demasiado y a sabiendas de que sus rivales no ofrecen demasiado peligro ni alternativas. Como aficionado al Toluca, espero que no se tarden todo este sexenio poco prometedor para volver a llegar a una final. Y que la ganemos, de preferencia.