miércoles. 17.04.2024
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¡Aguas! con las presas • Los políticos y las manifestaciones

¡Aguas! con las presas • Los políticos y las manifestaciones

Es viernes, y antes de que en Protección Civil del estado y del municipio apaguen sus teléfonos, como suelen hacerlo los fines de semana, vale la pena advertir que sectores de la población vecinos a las presas, ríos y arroyos con el cauce a tope, quedan en riesgo, y que los servicios meteorológicos pronostican lluvias intensas sobre la ciudad. No vaya a ser que, como a las autoridades federales, la naturaleza los agarre de puente.

Conocimos en la Presidencia Municipal de León una versión que en verdad preocupa: durante la administración de Vicente Guerrero Reynoso (+), durante cinco días, las colonias al norte de la presa El Palote estuvieron bajo un máximo riesgo de que el vaso colapsara en esa margen: era mucho más grande la cantidad de líquido que entraba por los escurrimientos de la sierra, que el desfogue posible. Los ciudadanos no fuimos enterados. Ése fue, dicen, “el secreto mejor guardado del trienio”.

Esta vez, nos ilustró la fuente, baja aún más agua que en aquella ocasión. En aquel entonces, la prevención, supervisión y control de daños estuvieron a cargo de Agustín Báez Vázquez, de larga trayectoria y experiencia en el SAPAL.

Bueno, pues ahora, el propio Agustín Báez Vázquez, coordinador del comité contra las inundaciones, alerta que la presa Echeveste, El Palote y unos mil 300 bordos, se encuentran a su máxima capacidad. Ambas presas desfogan el agua hacia el río de los Gómez, que cruza la ciudad de norte a sur.

Ojo, Báez asegura que, si bien ya alcanzaron su nivel máximo, todavía no representan un riesgo para el vecindario en sus márgenes.

Eso es en el norte, pero en el sur del municipio ocurre lo mismo: los bordos y las represas están a tope: En La Arcina, una represa particular, su propietario bloqueó el canal de desfogue para llenarla, pero “de momento no hay peligro”, insiste Báez, a quien suponemos habría que creerle porque conoce de largo la materia.

En el reporte que hacen las autoridades estatales, las presas más grandes de la entidad estarían a un 87.5%, promedio, de su máximo nivel. La Solís, en Acámbaro, la más grande del estado, el Observatorio Meteorológico de la Universidad de Guanajuato la reporta a un 95.7% de su máximo. Pone en riesgo a los municipios de Acámbaro, Salvatierra y Jerécuaro, colindantes con Michoacán, en el sur del estado.

La presa Ignacio Allende, en San Miguel, al 51.7%; la laguna de Yuriria y la presa El Palote, en León, al 100%; y la presa La Purísima, en Guanajuato, a un 58.9% de su nivel.

De nuevo acá en León, el director de Protección Civil, Crescencio Sánchez Abúndiz, confirma el estatus de la presa El Palote y recomienda precaución en las zonas aledañas a las presas en las comunidades de Duarte, Otates y La Laborcita, que llegarían a su máxima capacidad con las lluvias pronosticadas para el fin de semana y que comenzaron ayer.

La presa El Palote, a la que engulló el parque Metropolitano para elevar la plusvalía de las propiedades de sus vecinos al poniente, registra su mayor crecimiento en años: la ciclovía se perdió ochenta centímetros bajo el agua.

De manera vaga, se ha hablado de 17 puntos de riesgo en las zonas de León, por las precipitaciones pluviales; ayer por la tarde llamamos a Crescencio Sánchez y nos confió el que corren en cinco puntos: Los Ramírez, San Juan de Abajo, 10 de mayo, Delta y Timoteo Lozano. La razón es que se ubican en zonas bajas y el agua reconoce su cauce.

Es entendible la mesura y la prudencia con la que las autoridades de todos los niveles se refieren al peligro que corre la población con las lluvias; el punto es que nadie informa exactamente qué están haciendo para que no ocurra una tragedia; y lo verdaderamente grave es que una falla en sus cálculos no daría tiempo a que los ciudadanos se pusieran a salvo, a falta de información.

El caso es que ya sabemos qué dicen las autoridades; habrá que ir a conocer qué dice la gente. A conocer sus miedos.

Los políticos y las manifestaciones

Los políticos tradicionales, a sueldo en las nóminas oficiales, se sienten arrinconados por las manifestaciones con las que no simpatizan, aunque a ellas recurran también, de vez en vez.

En la paranoia absoluta, los senadores del PRI y del PAN -y los del Partido Verde Ecologista de México también, pero ellos son de alquiler- presentaron al Pleno de su cámara iniciativas de reforma a la Constitución Política “para regular las manifestaciones en todo el país” -como el niño que pone el coco y le tiene luego miedo (sor Juana dixit)-.

Los panistas, en boca de la senadora Mariana Gómez del Campo, argumentaron que la reforma busca garantizar el derecho de tránsito de los ciudadanos -evidentemente, no el de manifestación.

Ahí le va la idea, brillantísima: los ciudadanos tendrían un plazo de diez días para notificar a la autoridad local la realización de su marcha, manifestación, protesta o movilización. Es decir: “Oye, tú, contra quien protesto: ¿me darías permiso de hacerlo?”.

Ese proyecto de decreto lo firman Mariana Gómez del Campo, Laura Angélica Rojas y Jorge Luis Lavalle, del PAN; Jesús Casillas, del PRI; y Pablo Escudero, del Partido Verde. Por supuesto, ningún nombre rimbombante pondría así en riesgo sus posiciones siguientes.

Obvio, expusieron que, según datos de la Cámara Nacional del Comercio, en la ciudad de México se estima que una marcha de una a dos horas de duración genera pérdidas por 329 millones de pesos. Un bloqueo de siete a ocho horas repercute en pérdidas por 957 millones de pesos.

Con los verdes y los priistas, la reforma la aprobarían los panistas, que en Guanajuato encubrieron en marchas su acuerdo en lo oscurito para que Carlos Medina fuera gobernador interino. Eso nada más como ejemplo.

La Jaula

No, pues no. Mientras el oficialismo y los sectores conservadores se deshacen en epítetos contra la CNTE por su ausencia en las aulas, los comunicadores de la SEG, que son legión -dicho sea de paso-, tienen a bien informar lo siguiente:

Hoy viernes, se suspenderán las clases en los preescolares, primarias y secundarias. ¿Por qué? Pues porque “se va a llevar a cabo la primera de las ocho sesiones de los Comités Técnicos Escolares que se efectuarán durante el calendario escolar 2013-2014”. Como los de la CNTE, afirman que “por ningún motivo afectarán los 200 días de clase que deberán recibir los alumnos del sistema de educación básica para el presente año escolar”.

Por eso, dicen que no es bueno escupir hacia el cielo…

Comentarios y quejas: [email protected] y @FPacomares.