viernes. 19.04.2024
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El Eje • AMLO

El Eje • AMLO

Ayer domingo, El Heraldo de León le ofreció en las plumas de los reporteros Julio César Salas y Refugio Pedroza, un repaso histórico y social de la avenida emblemática de la ciudad de León: El bulevar Adolfo López Mateos.

“El Eje”, entrañable, cumple 50 años de edad. Y la efeméride no es menor si, como recuperamos, su inicio, esplendor, decadencia e intentos de recuperación están plagados de intereses políticos y económicos.

Ya nos contaban los reporteros que en 1963, contra viento y marea, el Gobierno del Estado ordenó la demolición de fincas con un alto valor histórico y arquitectónico, con tal de llevar adelante su obra de pretendido “progreso”.

El bulevar habría tardado otros veinte años para vivir una época de esplendor económico efímero en los ochenta. No duraría más de una década.

En el arranque de los noventa, Carlos Medina Plascencia, primero Alcalde electo y después Gobernador impuesto, daría al traste con la actividad económica del BALM.

El señor se sacó de la manga –y contrató, carísimo- lo que llamó Programa Integral de Transporte Urbano de León, el Pitul, el desastre.

Según  él y sus corifeos, había que modernizar los camellones, recortar los carriles y eliminar los estacionamientos, en ese entonces en batería y con parquímetros. Lo hizo.

El comercio se vino abajo y 23 años después el bulevar, nuestro “eje” no puede ver la suya. El López Mateos es una pena.

Nos ilustra, Julio César Salas:

El bulevar tiene una extensión de cerca de 12 kilómetros desde el Parque Metropolitano hasta el Distribuidor Vial Juan Pablo Segundo.

De punta a punta se hace un recorrido en 22 minutos en automóvil, pero si se recorre a pie el promedio es de 2 horas con 25 minutos.

Suman 150 los letreros de “Se renta” y “Se vende” colocados desde el Parque Metropolitano hasta el Distribuidor Vial.

A lo largo de los 12 kilómetros se pueden encontrar 9 gasolineras, más otras 2 que están en juicio desde hace un par de años y, a pesar de estar concluidas, no han abierto.

También hay dos guarderías, una del Seguro Social y otra privada; hay 15 hoteles de tres a cinco estrellas; 7 puentes peatonales, un estadio de futbol, un recinto ferial, 19 edificios abandonados o semihabitados, un hospital de Alta Especialidad, 3 parques públicos; 3 centros comerciales, uno de ellos con locales en renta desde hace diez años y 4 tiendas departamentales.

Hay por lo menos cinco estacionamientos que resultaron más beneficiados por la remodelación de la avenida; entre la calle 27 de septiembre y Aquiles Serdán cerraron diez locales porque no aguantaron los dos años que duraron las remodelaciones.

No vamos a reiterar los testimonios dramáticos de los locatarios valientes que aspiran nada más a ofertar mercancías cuyo pago alcance para cubrir la renta.

En esta era, el López Mateos, obvio, se ha vuelto bandera de campaña y las administraciones recientes, para fingir el cumplimiento, invierten unos cuantos pesos en las remodelaciones. No. En los remiendos al Eje.

Ricardo Sheffield, panista, le metió “una lana” al tramo de Alemán a Hermanos Aldama; Bárbara Botello, priista, le mete unos centavos frente al estadio. Son remiendos y de nada sirven a la recuperación económica de la arteria.

El bulevar Adolfo López Mateos cumple ya medio siglo ¿de vida?

Daría pena cantarle Las Mañanitas.

AMLO

El viejo chiste izquierdista preguntaba: “Fidel, Fidel ¿qué tiene Fidel, que los americanos no pueden con él…? Algo parecido pasa con las derechas y los sucesivos gobiernos federales en México, con Andrés Manuel López Obrador, AMLOve, como le idolatran sus seguidores.

Ayer convocó a miles para marchar, en lo que ellos llaman “defensa de la soberanía del petróleo”: del Ángel de la Independencia, por Paseo de Reforma a la Glorieta de Colón, porque el Zócalo de la Ciudad de México está ocupado con los centros de acopio de víveres para los damnificados de Ingrid y Manuel.

Y antes de que lo destrocen Televisa y sus detractores varios, bien valdría la pena considerar que es un candidato que falló dos veces ya en su intento electoral de convertirse en Presidente de México, sin que ello mengue significativamente su poder de convocatoria.

Algo pasa con AMLO que, para variar, el Gobierno de Enrique Peña Nieto no está midiendo de manera correcta.

Cosas de la “polaca” mexicana: esta vez van juntos Andrés Manuel y Cuauhtémoc Cárdenas, quien asume como afrenta personal la reforma –eufemismo de privatización- a Pemex.

Andrés Manuel, pues, encabezó ayer  la primera marcha masiva del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en contra de la iniciativa de Reforma Energética del Presidente Enrique Peña Nieto.

Y aquí está el punto interesante, más allá de los efectos que pudiera tener en el planteamiento de la reforma energética –que serán pocos, o nulos-: es la exhibición del músculo de Andrés Manuel, no de la izquierda mexicana en su conjunto, tan desvalida hoy, como “palera” –si el PRD la representa- de Enrique Peña Nieto en su Pacto por México.

Y ahí está: parece que AMLO trae con qué.

La Jaula

En una de esas historias características de “El Libro Vaquero” –que quién sabe cómo demonios subsisten entrado el siglo XXI-, en Pénjamo, además bajo el agua, un grupo de salteadores armados con pistolas asaltaron a elementos de la Policía Municipal, para robar mercancías del tren.

La historia cuenta que el tren fue obligado a detenerse por “un convoy”, los custodios, que los había, más el garrotero, fueron sorprendidos por los tiros de unos desconocidos, que se llevaron lo que pudieron.

Claro, no hubo detenidos. El asalto, llama la atención; la incompetencia de los vigilantes, no.

Comentarios y quejas: [email protected] y @FPacomares