Un León voraz

A lo largo de la gestión de los hermanos Jacobo y Abraham Batarse al frente del Club León, despachaba ahí un contable que respondía al nombre de Jerry Wimmer, un verdadero truhán empecinado en medrar de la relación con la administración municipal, los medios de comunicación y, claro, los aficionados.

Wimmer estuvo detrás de la creación de los “Fierabonos”, no de la estrategia -que existe de siempre en el mundo del futbol-, pero sí de los abusos que se perfilaron con ellos.

Lo que comenzó entonces tiene hoy a los seguidores del equipo León, en la era de los Martínez, en la más absoluta indefensión.

A disposición de quien los quiera y los pueda pagar, “los Fierabonos”, para empezar, no cubren el costo de entrada a los partidos de finales; a cambio, ofrecieron -como en las preventas con tarjeta bancaria- la garantía de disponibilidad de esos boletos -si es el caso-, y de al menos uno más, para los partidos de mayor demanda. Bueno, pues ya no.

En esta jornada “la fiera” visita al Atlas y enseguida recibe al América. Los directivos se frotan las manos. Los abonados que se formaron el miércoles para hacer valer su prestación, se dieron un frentazo. Les informaron que la posesión del “Fierabono” no era suficiente; que necesitan el talón del boleto del partido de copa que se jugó contra “Dorados”.

Curiosamente, de ello se informó únicamente hasta que cerraron las taquillas de ese partido, es decir, con el cupo asegurado. La enésima reiteración del mismo engaño, sin que a ninguna autoridad se le ocurra mover un dedo.

A ver.

Dice el Artículo 33 (CAPÍTULO IV De los Tratos Abusivos, Arbitrarios o Discriminatorios) de la Ley Federal de Protección al Consumidor: “Se prohíbe condicionar la venta (o prestación) de bienes (o servicios) declarados o no de primera necesidad, a la compra de otros bienes o a la prestación de servicios que el comprador no requiera o solicite”.

Y antes, en el Artículo 8o. (CAPÍTULO II De los Derechos de los Consumidores y Usuarios): “Los derechos de los consumidores y usuarios consagrados en esta Ley son irrenunciables. Se consideran nulas las estipulaciones que establezcan la renuncia a tales derechos o el compromiso de no ejercerlos en instancias administrativas o jurisdiccionales”.

¿Entonces?

¿Qué demonios hace, por ejemplo, el delegado de la Profeco en Guanajuato, el priista José Huerta Arredondo, otro de los “cachorros” del regreso de la Revolución, éste, hijo de José Huerta Aboytes, uno de los tantos secretarios de Gobierno que tuvo Rafael Corrales Ayala?

Le recupero el rollazo priista que se aventó el delegado, apenas tomar posesión: “Nosotros en principio de cuentas, estamos muy agradecidos con la distinción que nos hizo el señor procurador Humberto Benítez Treviño (...) y principalmente nuestro compromiso es hacer cumplir de manera cabal, las instrucciones que se tengan de la Procuraduría federal”.

Sí, Humberto Benítez es el papá de #LadyProfeco. ¿Se acuerda? Lo corrieron y Pepe Huerta chico bien haría en olvidar ese discurso.

A fin de cuentas, Ésas son cosas suyas. El caso es que el señor funcionario federal ahí tiene ese trompo para echárselo a la uña; ayer, al menos realizó una clausura escenográfica de las taquillas, y Murguía, con desparpajo, mandó decir a los tenedores de “Fierabonos” que ahí será pa' la otra.

Pero el condicionamiento de la venta es el menor de los problemas del delegado de la Profeco. El otro es, sí: la reventa.

Este ángulo del abuso a los seguidores del equipo León es todavía más vulgar que el anterior. Rumbo al partido contra el América -será que aprovechan el descaro de la exigencia de las contraseñas-, los boletos ya están en manos de los revendedores, en: 250, sol; 400, preferente; y 500 pesitos, zona “A”.

Aquí el folclor, además de la práctica, estriba en que los únicos que no se dan cuenta son los agentes del orden: los inspectores de Profeco o de Fiscalización municipal, y menos los policías preventivos, que primero arrestarían a un profesor por besar a su pareja en la plaza, que a un revendedor en el estadio.

El episodio del condicionamiento y la reventa de boletos en curso, surge apenas después del intento de discriminación a los aficionados sin “Fierabono” a los que, primero, se negaba la entrada a la presentación de los uniformes -acción trunca por la presión en las redes sociales-, y después se hizo enfurecer con la copia burda de la vestimenta del Pachuca, que decidieron.

La respuesta al enojo de los aficionados fue un desplante del presidente del Club, Jesús Treviño Murguía, al anunciar que daría un contrato por diez años más a Pirma.

Poco a poco, los aficionados locales se adentran en los modos de hacer negocios de los padrastros de “la fiera”, quienes en Pachuca, por ejemplo, incluso han propuesto al gobierno municipal pagar sus impuestos ¡con balones!

Aquí ya dieron un paso adelante, al obtener de la administración que encabeza la alcaldesa, Bárbara Botello, dos millones de pesos para solventar el inicio de la instalación de butacas, cuyo costo final sería de diez millones.  Así que si el DIF Municipal comienza a regalar balones con el escudo del equipo León, ya sabe usted. En vía de mientras, hay que ganarle al Atlas. Creo.

¿La otra revista?

La conseja popular recomienda nunca “escupir al cielo”, so pena que el escupitajo caiga en el rostro del osado.

La cita vendría a cuento a propósito de la sentencia de Gerardo Trujillo, el dirigente del PAN en el estado, quien califica al de Bárbara Botello en León, como un: “Gobierno de Revista”.

Gerardo y su partido ya tendrían su edición propia en la Administración Municipal de Sixto Setina, en Irapuato.

Además de sus conocidos berrinches, el alcalde panista de Irapuato saltó a la fama al trascender que hizo pagar al gobierno a su cargo, 340 mil pesos por su fotografía de imagen de la Administración.

Luego, subió a su Facebook fotografías suyas en las que aparece en una arena de basquetbol en la ciudad de Los Ángeles, California, a unos pasos del actor Jack Nicholson.

Ahora trasciende que Sixto Zetina disfruta de un crucero por el Mar Báltico, habiendo zarpado en San Petersburgo. Zetina habría volado de la ciudad de México a Alemania y de ahí a San Petersburgo, difunde el portal “Sin embargo”.

Esta vez las cosas podrían complicarse un poquito más para Sixto Zetina. Irapuato ha sido lastimado por las inundaciones, hay protestas ciudadanas y su alcalde finge estar presente.

Pero no. Ordenó adelantar una sesión del Cabildo y desapareció. A la contingencia se presentó la secretaria de Ayuntamiento, Lorena Alfaro. Los subordinados mintieron que su jefe se encontraba en reuniones en la ciudad de México. A mitad de la crisis, Lorena se fue también. De risa loca, Sixto envía tuits a cada rato, para simular que está al tanto de la situación.

Así que Gerardo Trujillo ya tiene su propio “Gobierno de Revista” aunque, ni modo, ésta se parezca más a MAD.

La Jaula

Vaya, en la sesión de la comisión permanente del Congreso de Guanajuato, el diputado Juan José García López, del PAN, se espabiló un poco y exigió claridad en el manejo de la Cruzada contra el Hambre.

Reclamó que el 16 de mayo la jefa de Sedesol, Rosario Robles y el gobernador Miguel Márquez, firmaron la cobertura de los 46 municipios de la entidad, que luego quedaron en nueve y ahora en nada.

Si el argumento presidencial fue que el atorón obedeció a la jornada comicial, el legislador panista subrayó que aquí ni elecciones hubo. Preocupa, dijo, que Guanajuato haya sido marginado de uno de los programas emblemáticos del Presidente, pues ningún municipio guanajuatense recibirá esos apoyos en este 2013. Coincidimos. ¿Y ya?

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