jueves. 18.04.2024
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Dando la segunda vuelta en Francia / La crónica electoral francesa

"¿Es entonces el movimiento de Macron genuino o una estrategia política de parte del Partido Socialista para mantenerse en el poder, a sabiendas de que debido a su desaprobación no reuniría los votos necesarios?"

Dando la segunda vuelta en Francia / La crónica electoral francesa

Este domingo 7 de mayo de 2017 se llevó a cabo la segunda vuelta electoral en Francia.

El resultado de esta elección ya debe ser conocido desde ese día por la tarde. Este artículo fue preparado previamente, y la articulista busca que sea de utilidad al lector para informar y poner en perspectiva las circunstancias bajo las que se desarrolló esta elección, y las razones por las que es importante también para el resto de los países y ciudadanos.

En Francia, el presidente es elegido por sufragio universal para un mandato de cinco años, el cual es renovable una sola vez. Los candidatos presidenciales pueden ser independientes o representar un partido político, es por ende un sistema multipartidista. Existen dos vueltas. Los que obtengan mayor número de votos en la primera, pasan a la segunda y el ganador se convierte en Presidente.

Tras esta primera vuelta, los resultados que arrojó la votación este 2017 fueron los siguientes:

  • Emmanuel Macron del movimiento ¡En Marcha!, 24.01%.
  • Marine Le Pen del Frente Nacional, 21.30%
  • Francois Fillon del Partido de los Republicanos, 20.01%
  • Jean- Luc Mélenchon de Francia Insumisa, 19.58%
  • Benoit Hamon del Partido Socialista, 6.36%

Se concluyó entonces que los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta y lucharon durante dos semanas por la Presidencia fueron Emmanuel Macron y Marine Le Pen.

Previo a comentar las propuestas de estos dos candidatos, existen ciertos aspectos que involucran a los contendientes de la primera vuelta que merece la pena mencionar.

Macron fue Ministro de Economía del Partido Socialista de 2014 a 2016, se desvinculó de éste y formó el umovimiento ¡En Marcha! Hay que notar que el Partido Socialista, el cual se encuentra en el poder actualmente con Francois Hollande, ha perdido credibilidad y apoyo como resultado de su tibieza en el mandato actual y su legitimidad como líder francés ha decaído considerablemente. Tanto, que se convirtió en el primer jefe de Estado francés que no opta a ser reelegido desde la instauración de la V República en 1958. ¿Es entonces el movimiento de Macron genuino o una estrategia política de parte del Partido Socialista para mantenerse en el poder, a sabiendas de que debido a su desaprobación no reuniría los votos necesarios?

Por otro lado, estas elecciones tuvieron como rasgo distintivo algunas novedades inéditas. En primer instancia, lo ya mencionado. El presidente actual no se presentó para reelección. En segundo lugar, los dos mayores partidos políticos de Francia son el Partido de los Republicanos (centro- derecha) y el Partido Socialista (centro- izquierda). Pero, en esta ocasión, ninguno de los candidatos de estos partidos a los que podríamos llamar tradicionales, tomaron parte en la segunda vuelta. Como tercera novedad, de ganar Marine Le Pen, se convertiría en la primer Presidenta que ha tenido Francia, y encima de esto, de extrema derecha. Finalmente, de ganar el contendiente centrista Emmanuel Macron, sería el líder más joven que ha tomado la silla presidencial francesa.

Otra arista a considerar es que el Frente Nacional de extrema derecha fue fundado por el padre de Marine Le Pen: Jean- Marie Le Pen. Ella ha vivido bajo la sombra de él. Pero, desde que llegó a ser presidenta del partido, se enfocó en suavizar la imagen racista y antisemita que permea al Frente Nacional, estrategia únicamente discursiva que la ha llevado a ganar más votos, pues mediante la acción no ha probado ser efectivamente anti racista o ser incluyente con la población judía. Cabe destacar que esto no significa que sus posturas migratorias carezcan de un carácter extremista.

También es menester mencionar que, tomando en cuenta que la elección se maneja en dos vueltas, había que predecir a dónde irían los votos de los contendientes que no pasaron a la segunda ronda. En vista de esto, Hollande consolidó el frente republicano contra Le Pen. Los principales dirigentes del país, apelaron a votar a Macron y dos de los candidatos derrotados: Fillon y Hamon se pronunciaron a también en contra de Le Pen. Aquí se invitó a sus seguidores a dirigir su voto a un contendiente en específico, Macron en este caso, y se sumó también la primera institución de la colectividad judía (CRIF) y musulmana (GMP). Los mercados, la Bolsa de París y el resto de las plazas europeas, de igual modo se pronunciaron a favor de Macron.

Los renegados ante el frente republicano fueron la iglesia católica y el candidato posicionado en 4º lugar: Jean-Luc Melénchon. El silencio de Melénchon causó confusión al ser representante de ultraizquierda y no haberse pronunciado en contra de la candidata de ultraderecha. Él defendió que evitó pronunciarse porque considera que él es el representante de su gente, y que había de consultarles primero a los militantes cuáles son sus preferencias, para proclamar un pronunciamiento a favor o en contra de cualquier candidato. Existen facciones indicando que a pesar de que las propuestas entre Le Pen y Melénchon fueron completamente opuestas, la posición "antiestablishment" es algo que tienen en común, y que es tal vez de ahí de donde se derivó su abstención al pronunciamiento. Estimo que la postura "antiestablishment" de ambos candidatos, sí es relativamente anti establishment, pero al mismo tiempo son a la vez inversas. Le Pen va "en contra de lo establecido" mediante el retroceso, como se vio en sus propuestas. Y Melénchon va en contra de lo establecido mediante un discurso de cambio y progreso, no de regresar a lo que se era antes.

Previo a la exposición de un punto de vista sobre las propuestas, se le recomienda al lector informarse al respecto mediante la siguiente liga, o el medio de su preferencia.

Los comentarios que aquí se presentan son un punto de vista personal ante cada una de las posturas más relevantes de los dos candidatos. No se expresa favoritismo ante ningún candidato pero sí ante algunas propuestas.

En cuanto a la salida o estadía de Francia en la Unión Europea, Le Pen se presentó radical. No se trata de satanizar ni juzgar como absurdas las razones que tiene para generar una economía más proteccionista. Sin embargo, es extremista lanzar un referéndum inmediato sin antes negociar con la Unión Europea la posición e importancia de Francia dentro de ésta. Macron es social demócrata neoliberal y neocentrista, es entendible que esté a favor del libre comercio y busque la integración dentro del bloque comercial por lo que buscará mantener lo que es mejor para Francia dentro de la UE. Por este lado, también habla mucho de su tibieza en este sector el hecho de que él sólo mencione "trabajar más con sus vecinos" en lugar de proponer re negociaciones dentro de las cuestiones legislativas de la Unión Europea que rigen a la Francia actual. Aquí hay que pensar si sería preferente una enorme sacudida al sistema internacional por el "Frexit" frente a no ver cambios sustanciales en materia de proteccionismo económico en caso de ganar Macron. Los más afectados sin duda serían los países restantes en la Unión Europea al perder a dos de sus miembros más ricos (por el Brexit), y de igual manera, los mercados.

Por otro lado, las cuestiones de inmigración y seguridad no son propuestas independientes una de la otra, sino que están íntimamente ligadas. En este aspecto Macron dejó entrever una postura relativamente izquierdista al aceptar a los refugiados y Le Pen refuerza su extrema derecha pretextando sus políticas nacionalistas con el terrorismo. Para que Le Pen fuera capaz de mantener el voto populista tanto discursiva como activamente debía proponer la destrucción de la zona libre de fronteras y disminuir tajantemente el número de inmigrantes. Esto es importante para ella pues al despertar consciencia sobre la amenaza de seguridad existente dentro del país, pudo nuevamente expandir nociones de pensamiento racistas, antisemitas y anti musulmanas. El problema real aquí no es cuántos inmigrantes se estén o no adaptando a las dinámicas de la sociedad francesa. Si Francia sigue interviniendo en las guerras de medio oriente por obligación de pactos firmados con la OTAN, es claro que los ataques terroristas no cesarán. Es decir, el proteccionismo fronterizo es útil, pero no esencial. Lo esencial es no involucrarse en problemas bélicos no deseados si lo que se quiere es realmente mantener la paz al interior de la nación. En ese caso, diría que el discurso anti inmigrante es efectivo para convencer al votante pero lo realmente importante es ver si existirán re negociaciones con la OTAN, o el mismo abandono de ésta. Macron no lo hará pues la OTAN también representa importantes aliados comerciales, sin embargo, al no ser Le Pen una partidaria del libre comercio, consideró retirarse para dotar a Francia de soberanía en materia de seguridad. La principal complicación en esta toma de decisiones, independientemente del ganador, será para los países de África y Medio Oriente azotados por la guerra que no encontrarán refugio cerca.

En cuanto a economía, Le Pen se opuso claramente a la globalización. Esto es interesante para quienes nos encontramos fuera de Francia. Con una economía proteccionista efectivamente habría, en algunos sectores, avances positivos para los franceses. Sin embargo, es precisamente eso lo que afecta al resto del mundo. Las dinámicas y configuraciones del mundo actual globalizado se basan en una economía de mercado. Macron es el defensor de una mayor integración europea, pero Le Pen cree que el abandono del euro protegería los empleos franceses. Un cambio de moneda representaría una gran volatilidad para los mercados. Y en conclusión, terminaría por afectar al mundo entero.

Finalmente, alrededor del mundo la globalización e inmigración están teniendo un fuerte impacto en la vida y la idiosincrasia de miles de personas que poco a poco se han ido convenciendo de que volver a las prácticas nacionalistas es la mejor opción para el empleo, educación y economía del futuro.

Independientemente de quien fuera el vencedor, habrá grandes colectividades en desacuerdo con muchas de las decisiones que se tomen, como lo es y lo ha sido siempre en la política. Si somos objetivos, el único cambio real lo representaría Marine Le Pen, pero es un cambio regresionista y peligroso (aparentemente al ser humano le es de buen entretenimiento repetir los errores del pasado). Macron únicamente reforzará y renegociará aspectos específicos de la vida política, económica y comercial de Francia. Lo preocupante de eso sería si sucediera lo mismo que ocurrió entre Hilary y Trump, donde Clinton quedó tibia en el centro y no llevó a su gente a votar. Las encuestas se equivocaron y dieron el triunfo a Trump. Aunque de ser así, de haber sido Le Pen la vencedora, no estaría todo perdido, pues como hemos aprendido en los últimos meses, aprobar las órdenes y decretos ejecutivos no es tan fácil si el aparato legislativo se encuentra bien consolidado. Esperemos entonces que los franceses hayan salido a votar el 7 de mayo por la opción que realmente más conviniera a ellos, no a los demás, pues precisamente de eso se trata el ejercicio libre democrático, aunque éste se encuentre ya tan deformado en la actualidad.