martes. 23.04.2024
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¿El desarrollo económico es bienestar?

"El desarrollo económico, planteado como se plantea hoy en día, más que ser una ventaja para los individuos, representa una amenaza para toda la especie humana..."

¿El desarrollo económico es bienestar?

Hoy en día coexistimos inmersos en una infinidad de indicadores económicos, ausentes de cuestionamientos sobre si los indicadores más significativos y el sistema económico bajo el que vivimos miden realmente el progreso y el bienestar.

Basamos nuestro día a día en la implementación de rutinas de trabajo y consumo que puedan aportar más al desarrollo económico de nuestros propios países, pensando que cumplimos el rol que nos corresponde en esto que es aportar el granito de arena a la, aparentemente, interminable carrera que es salir del agujero mal llamado Tercer Mundo. El título por excelencia de los países en vías "de desarrollo".

Después de la Segunda Guerra Mundial, desde el momento en que Estados Unidos tomó control sobre el resto del mundo, nace un nuevo significado para la palabra "desarrollo", y se desprende toda una nueva era, tanto para las naciones como para los individuos.

El desarrollo económico, planteado como se plantea hoy en día, más que ser una ventaja para los individuos, representa una amenaza para toda la especie humana.

Cuando las relaciones de poder decidieron tomar control sobre la sociedad y los individuos que la conforman, cuando modelos económicos se empeñaron en dividir al mundo en desarrollado y subdesarrollado, cuando la creciente e imparable producción de mercancías nos llevó a la depredación de la naturaleza, y cuando la contaminación incesante para alcanzar acumulación de capital nos exige tratar a la naturaleza como arsenal de recursos para satisfacer necesidades creadas por los medios, nos lastimamos a nosotros mismos y lastimamos al único planeta que nos alberga. 

La primera persona en distinguir entre "desarrollo" y "subdesarrollo" fue Truman, ex presidente de Estados Unidos. Cuando él hizo esto, dejó entrever claramente que las naciones, para poderse declarar soberanas, habrían de escapar de una nueva indigna condición: el subdesarrollo. Y que para hacerlo, había que prestar mayor atención a intereses económicos que individuales.

Cuando esto ocurrió, las naciones ahora llamadas subdesarrolladas dejaron de ser lo que eran y se convirtieron en la realidad invertida de otros. Su realidad se volvió inaceptable y despreciable. La riqueza de sus tierras y las ideas de sus habitantes se tornaron inválidas, a menos que pudieran alcanzar los estadios de riqueza ya alcanzados por otras naciones. No mejores naciones. Sólo diferentes naciones. Se les privó a los pueblos de distintas culturas de la oportunidad de definir sus propias formas de vida social. Su identidad fue redefinida a los términos expresados por una minoría estandarizante.

Entonces, como bien lo decía el economista Paul Baran en 1957, el desarrollo empezó a verse como el incremento en la producción per cápita de bienes materiales.

Así, fuimos inmiscuyéndonos en modelos económicos, sociales y políticos que no eran los propios. Adoptamos la idea de que un sistema que busca únicamente generar capital para el aprovechamiento y uso de los gobernantes en pro de sus intereses, vendría a traernos bienestar. Nos fuimos dejando influir por un mundo globalizado, capitalista e hiperconsumista. Todo esto, claro, "por nuestro propio bien".

Es más fácil ejemplificar esto si analizamos el principal indicador de bienestar económico que nos rige hoy en día: el PIB. 

De acuerdo con Eric Zencey, en el capítulo "Getting over the GDP" de su libro "The other road to serfdom and the path to sustainable democracy" en el año 2012, el PIB, Producto Interno Bruto se define como la suma de todos los bienes y servicios producidos en un país a lo largo del tiempo, sin productos de doble contaje utilizados en otra producción.

Aquí se plantean dos preguntas clave. Este indicador económico en el que nos basamos hoy en día... ¿Mide el bienestar del ser humano? ¿Riqueza económica puede traducirse en bienestar?

El PIB, en primer lugar, pasa por alto la degradación ambiental. Cuando hay algún desastre natural, el PIB tiende a aumentar gracias a la reconstrucción de los territorios afectados y las nuevas inversiones. Pero para la gente que sufrió el desastre, aunque el PIB suba, sus vidas se vieron seriamente afectadas por el acontecimiento. Este indicador tampoco toma en cuenta la inseguridad ni la desigualdad. Ni siquiera toma en cuenta si los individuos que residen en el territorio tienen lo suficiente para comer. Entonces, ¿es eso bienestar?

Alcanzar el desarrollo integral sería llevar al ser humano a su pleno crecimiento y madurez, incluyendo la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales indispensables a su dignidad.

La integralidad y el bienestar, tanto individual, como social, se compone de factores biológicos, ambientales, psicosociales, emocionales, y se alcanza al proveerle al ser humano el tipo de estimulación adecuada, o al menos brindando espacios propiciatorios para un desarrollo de las diversas esferas del ser.

Es así que podemos ver que bajo el régimen ideológico, político, económico y social en el que vivimos y en el que se lastiman los factores ambientales, psicosociales, y no se toman en cuenta las manifestaciones emocionales del ser, no es posible progresar sin lastimar de la manera más perversa la dignidad humana. Y, en las misma palabras de José Mujica, "Lo que fue economía de mercado ha creado sociedades de mercado, no sociedades de bienestar"

Entonces, ¿realmente será posible hablar de bienestar y solidaridad dentro de la globalización en una economía que se basa en la competencia, acumulación y explotación despiadados? Frente a nuestros ojos, con nuestras propias manos y condicionados por idiosincrasias externas, estamos acabando con el planeta tierra y la especie humana. Dejar de lado los juicios éticos para darnos valor a nosotros mismos y nuestro entorno nos llevará, después de los estadios de riqueza extrema, a los estadios de extinción. 

Fuentes consultadas:

Miguelez, Martínez (2009) Dimensiones básicas de un desarrollo humano integral. Revista de la Universidad Boliviana. Pp. 1-138

Zencey, Eric (2012) "Getting over the GDP" en The other road to serfdom and the path to sustainable democracy. Hanover and London, University Press of New England. Pp.72-95

Esteve, Gustavo (1996) "Desarrollo" en Diccionario del desarrollo: una guía del conocimiento como poder, PRATEC. Pp. 52-78.