Guerra Nuclear: El verdadero enemigo

“La realidad es que cualquier líder que amenaza con empezar una Guerra Nuclear es el enemigo. Cualquier líder que amenaza con una Guerra Nuclear necesita ser detenido…”

Guerra Nuclear: El verdadero enemigo

Siempre pensé que tras las catastróficas consecuencias económicas, políticas y sociales que trajeron consigo las primeras dos guerras mundiales, ningún líder mundial sería capaz de desatar una Tercera Guerra Mundial con el fin de superar un complejo de superioridad egotista absurdo, pero Kim Jong- Un y Donald Trump están haciéndolo bastante bien.

La primera vez que me percaté de las posibilidades de que esto ocurriera no fue con las recientes provocaciones anti- diplomáticas entre estos dos pésimos representantes, sino desde el momento en que Donald Trump fue elegido. Siempre he preferido ofrecerle al lector un punto de vista objetivo sobre un tema y no sobre una persona, por lo que no suelo centrar mi escritura en juicios de valor hacia otros individuos. Sin embargo, esto me ha rebasado. Con cada día que pasa en el que Donald Trump está a cargo, reafirmo aquel temor tan latente que sentí el día de la elección. Y después de todas estas provocaciones entre Trump y Kim Jong- Un, considero prudente elevar consciencia entre las personas que no lo consideran de vital importancia.

¨Se toparán con fuego y furia. Como el mundo jamás lo haya visto¨, fueron las palabras de Trump después de que ese mismo día Corea del Norte advirtiera que tomaría ¨medidas estratégicas despiadadas, incluidas acciones físicas¨, en respuesta a las sanciones económicas aprobadas en su contra por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y posterior también a una declaración norcoreana en julio, que afirmaba que Corea del Norte hoy en día ya dispone de la tecnología para atacar a Estados Unidos.

Las palabras de Trump resonaron en mi cabeza. De no haber sido porque lo vi en un video, juraría que lo sacaron de una película de ciencia ficción. Lamentablemente no es así, ésta es nuestra realidad, y digo nuestra, porque aunque sea el líder de una nación distinta a la nuestra, en gran medida dependemos de ellos y de la geografía nadie se salva, pues su territorio se encuentra íntimamente ligado al nuestro.

No es ninguna sorpresa que Corea del Norte sea inestable, impredecible e insegura. Pero lo que sí debe sorprender a cualquiera (y ahora ya no tanto) es la falta de tacto y diplomacia con la que Trump ha estado manejando la situación. Por ejemplo, cuando existe una crisis de rehenes, lo primero que hacen las autoridades es negociar con el secuestrador, en lugar de amenazarlo con disparar un arma de fuego en su contra o lanzar bombardeos y granadas, para evitar que la situación empeore. El método de Trump es manejar amenazas con más amenazas, como si eso pudiera llevar cualquier situación a algo bueno.

Planteándolo así, parece una cuestión incluso de sentido común, pero estos dos líderes se han ensimismado tanto que no pueden ver más allá de sus ojos, ni pensar más allá de sus propios intereses, independientemente de qué o quiénes sean los afectados. El líder norteamericano debe aprender a contenerse o debe ser removido, pues su temperamento e incapacidad para lidiar con los conflictos externos de su país están poniendo en peligro las vidas de millones de personas. No le interesa llevar al mundo al borde de la guerra nuclear a través de un discurso beligerante, descuidado y sin veto alguno, con otro hombre volátil e infantil que no tiene idea de cómo resolver conflictos mediante el diálogo y hablando en voz baja. Corea del Norte no es suicida y está usando su amenaza nuclear para prevenir el cambio de régimen y forzar la negociación, aunque tras tantas amenazas, se corre el riesgo de que éstas se vuelvan realidad.

Si esto se vuelve una realidad, el fuego y la furia de Trump conducirían a la muerte de aproximadamente 25 millones de personas, dentro del alcance de la artillería. Japón también se encuentra en la distancia de golpe fácil de misiles de corto y mediano alcance. Este concurso retórico de pisoteo de Trump está por acabar con la vida de personas en países aliados también, por no hablar de los potenciales peajes mortales catastróficos de civiles norcoreanos. Por otro lado, es altamente improbable que China acepte una guerra nuclear caliente en su frontera, lo que llevaría a Estados Unidos a una crisis inminente con China. Es imprescindible tomar en cuenta que si esto se vuelve una realidad, habrá que preocuparnos no sólo por Corea del Norte sino por Corea del Sur, Japón, Indonesia, Rusia, China, India y el resto del sudeste asiático. Es ahí donde se esconde realmente el peligro: más del 50% de la población mundial vive en esa región. Se desataría toda una serie de conflictos de interés, afectando dos de los aliados más fuertes de Estados Unidos, que son Japón y Corea del Sur. Una seria traición entre naciones.

Necesitarían detonarse varias bombas nucleares para hacer que la humanidad se extinguiera. Esto se debería a que el polvo y las cenizas que surgieran de las explosiones, los desechos, el humo y la contaminación de partículas correrían por todo el mundo a través de corrientes de aire, bloqueando el sol, enfriando la tierra y matando la mayoría de las formas de vida superficiales. A eso se le conoce como invierno nuclear. Así que detonar bombas de esta magnitud no puede ser tratado como un incidente contenido, especialmente las que se han desarrollado hoy en día. Hiroshima y Nagasaki eran poco, comparadas con las capacidades de las ojivas nucleares que tenemos a nuestra disposición ahora.

Así como cualquier otra Guerra Mundial, una Guerra Nuclear tendría implicaciones económicas, políticas y sociales en las naciones involucradas, el equilibrio del medio ambiente se vería seriamente afectado, y las consecuencias de una Guerra de esa magnitud nos llevarían incluso a un reacomodo de las potencias mundiales y a una masiva reducción demográfica.

Es repulsivo y preocupante que existan líderes en el mundo que por demostrar “quién la tiene mas grande”, resten importancia a las vidas de las personas y al equilibrio de la naturaleza. No podría decir si el problema es que Kim Jong sea un despótico, tirano capaz de amenazar a gran escala con tal de mantenerse a la cabeza de su régimen, o que Donald Trump sea el presidente menos apto para lidiar con estas provocaciones faltas de toda sensatez. La realidad es que cualquier líder que amenaza con empezar una Guerra Nuclear es el enemigo. Cualquier líder que amenaza con una Guerra Nuclear necesita ser detenido. Cualquier líder que abuse de que el poder político tiene la exclusividad del uso legítimo de la fuerza, y lo detente indirectamente en contra, incluso, de sus propios súbditos, no es un líder. Es un cobarde y es el enemigo.