Jaime Panqueva
18:05
01/07/16

Para acercarse a Cervantes y Shakespeare

"Sé que voy tarde con respecto a los homenajes luctuosos de estos dos monstruos de la literatura mundial, pero sé que me adelanto a las celebraciones que se llevarán a cabo en el próximo Festival Internacional Cervantino."

Para acercarse a Cervantes y Shakespeare

Sé que voy tarde con respecto a los homenajes luctuosos de estos dos monstruos de la literatura mundial, pero sé que me adelanto a las celebraciones que se llevarán a cabo en el próximo Festival Internacional Cervantino. Hace casi cuatrocientos años, Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare murieron casi el mismo día. Aquí hago una breve salvedad biográfica, porque se tiene noticia exacta de que Cervantes murió el 23 y fue enterrado al día siguiente en un convento cercano a su residencia, sin lápida ni lugar que marcase el sitio. Mientras que el inglés expiró el 3 de mayo de nuestro calendario (el gregoriano), sin embargo se anota que fue el 23 de abril, porque se tomó en cuenta la fecha del juliano para hacerla coincidir con la del Manco de Lepanto. Casualidad o no, los dos genios estuvieron atados en la muerte, aunque también en vida. Se dice que es posible que Shakespeare leyera algo de Cervantes, aunque del todo imposible que Cervantes algo de su contraparte inglés, pues la obra impresa de Shakespeare fue póstuma.

Es imposible hablar de un libro clásico en nuestra lengua sin mencionar el Quijote. Se ha escrito tanto sobre éste que lo poco que pueda decir acá será más que superfluo. El gran problema es que muchos lectores no se atreven a leerlo porque le tienen miedo al vocabulario o les parece un libro demasiado largo para hacerlo de corrido. Para aquellos que quieran aventurarse, tengo dos recomendaciones. Primera, busquen una versión con glosario, o entren a una buena página web que lo contenga, como esta edición del Instituto Cervantes.

Segunda recomendación: Desde niños hemos oído sobre El Quijote, sabemos de modo general qué aventuras contiene y cómo acaba. La forma más divertida de acometer la lectura en estos casos es en desorden. El método los dejo a su elección; pueden hacerlo al azar, abriendo en cualquiera de sus capítulos o simplemente eligiendo alguno en específico, pues cada uno viene con una descripción de lo que acontecerá. En estos enlaces es fácil escogerlos.

A los que en este punto ya estén escandalizados por este proceder heterodoxo, les diré que El Quijote es una gran novela, no por su vocabulario, sus personajes o su temática, sino porque es un libro muy entretenido, donde nos podemos seguir observando como seres humanos a pesar de haber transcurrido más de cuatro siglos desde su escritura. Si esto no los convence, les doy una última recomendación: si le pesa mucho el libro o ya se hizo bolas en la pantalla, lea a Cervantes en su versión más ligera: Las Novelas ejemplares pueden servirle para calentar motores. Acá el link.

Y de pilón, recomiendo una película atípica, filmada sobre los protagonistas del Ingenioso Hidalgo. Se llama Honor de Caballería, del catalán Albert Serra.

Paso ahora al otro genio. ¿Cómo recomendar leer a Shakespeare? Es tanto lo que se ha escrito sobre él, muchísimo más que sobre Cervantes mismo, que parece una necedad decir que debemos leerlo. Es tan diversa su obra, y tan vasto su retrato del ser humano, que se duda que haya sido escrito por un solo hombre. Especialistas atribuyen algunos de sus trabajos a Francis Bacon o a Christopher Marlowe. Otros, quizá ya no tan serios, incluso proponen a la reina Isabel. Ni hablar de quienes dicen que su obra es fruto de una camarilla de iniciados relacionados con la Kábala.

Tan importante es el aporte de Shakespeare a la literatura, tan profunda su huella en la cultura mundial, que contrasta con lo poco que sabemos de su vida, hasta el punto en que hay quienes ponen en entredicho su existencia. Este hombre, que nació y murió en el pueblecito de Stratford-upon-Avon es, como dijo Borges, todo el mundo y nadie.

Sobre Shakespeare y sus obras hay muchos mitos. El primero, y seguro lo habrán escuchado de alguien que escupe con habilidad en inglés, es que debe leerse en su idioma original. Falso. Sir William fue un maestro del lenguaje, sus obras incluyen 31.534 distintas, de las cuales 1.700 parecen “inventadas” por él, así que es normal encontrar rimas o juegos de palabras intraducibles. Sin embargo, hay tantas y tan buenas traducciones que la esencia de sus personajes y situaciones ha trascendido sin dificultad, tanto al español como al chino mandarín o al afrikaans. En este enlace encontrarán todas sus obras explicadas, con reseñas históricas sobre el hombre, su tiempo, películas, bibliografía y más enlaces para los curiosos. En español, por supuesto.

Segundo mito: ¿Por qué debemos leerlo? ¿No es mejor asistir a las representaciones teatrales de sus obras o ver las películas? Esto lo contesto en dos partes: primera, Shakespeare no es sólo teatro; su poesía, aunque en cantidad sea menor, es tan valiosa como su dramaturgia. Ésa no la verán representada jamás. Segunda: Toda representación implica una postura respecto al texto original del autor (Es sencillo entenderlo si comparamos el Romeo y Julieta de Di Caprio con el Hamlet de Kenneth Brannagh o el Otello de Verdi). Sólo conocerán e interpretarán lo que quiso decir Shakespeare si lo leen como lo escribió. Si lo hacen, puedo asegurar que a partir de eso se disfruta más verlo representado.

Para terminar dejo esta otra liga, donde pueden bajar textos completos en español:

Y cierro con un verso profético del inglés: “Ni el mármol ni los dorados monumentos de los príncipes podrán sobrevivir al poder de esta intensa rima.”

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