Jaime Panqueva
16:45
30/09/16

Los dilemas de Ricardo Ortiz

"Pasó el espectáculo del informe de gobierno, con su tradicional despliegue en medios a costa del erario"

Los dilemas de Ricardo Ortiz

Pasó el espectáculo del informe de gobierno, con su tradicional despliegue en medios a costa del erario, claro; seguido del show en el Teatro de la Ciudad, que merecía una mejor inauguración, pues este tipo de actos políticos son del todo ajenos a su función cultural; y con un previo de piruetas aeronáuticas sobre el Palacio de Gobierno por cuenta de Miguel Márquez Márquez, para confirmar eso que decía nuestro idolatrado José Alfredo: la vida no vale nada. No entro en el informe, tras un año de gobierno hemos visto cambios, es verdad, pero persisten los mismos dilemas que el antes candidato en campaña prometía resolver mediante una inédita mezcla de mano dura y legalidad, que hasta la fecha no muestra resultados satisfactorios.

Y es que me sorprendieron sus declaraciones al inicio de la semana a un medio local diciendo esta lindeza: “Yo creo que en la medida que mucha gente insista que deban prevalecer Derechos Humanos sobre la seguridad va estar medio complicado.” (Ver nota del periódico a.m.)

Se refiere al operativo Mochila, que ha encontrado renuencia en algunos padres de familia. Pero, ¿es en realidad un tema de derechos humanos? ¿O se trata simplemente de desconfianza de la ciudadanía en la autoridad que debe realizar la revisión? Hasta donde sabemos, el gobierno debe garantizar la seguridad y, por encima de todo, los derechos humanos. ¿O todavía cree lo que decía como candidato que éstos son sólo aplicables a algunos individuos? No he visto que nadie se queje al ser revisado en las puertas de un estadio o un concierto, y el operativo Mochila resurge tras el asesinato con arma de fuego en el ITSI. ¿Se atenta en realidad contra algún derecho? O es sólo un juego retórico para justificar ineficiencia o futuros desmanes.

Los derechos humanos existen para garantizar que el Estado se comporte con un mínimo de civilidad: el respeto de los derechos individuales fundamentales es la base justificatoria de la democracia, y una barrera contra el «dominio de la mayoría». Y no lo digo yo; la frase es de Hans Kelsen. Éste es el primer dilema de nuestro presidente municipal: pensar que los derechos humanos no son una garantía y un marco que dota de legitimidad al gobierno democrático, sino una barrera para que se imponga de una buena vez la razón de Estado. Y lamento decir que muchos cerebros retrógrados comparten la misma opinión de Ortiz; de ahí que nuestro Estado de derecho se arrastre de forma tan lamentable.

Dentro de esa aparente camisa de fuerza de derechos, hay varios que parecen causarle particular escozor: el derecho de petición que asiste a todos los ciudadanos y el derecho a un medio ambiente sano. El comportamiento amenazante de Ricardo Ortiz contra colectivos ambientales que no reciben respuestas satisfactorias de la autoridad, a pesar de haber sido solicitadas de forma respetuosa y por vía escrita, nos dibujan a un viejo sheriff, capaz de usar la fuerza contra gente armada sólo con la razón y con la firme convicción de que el Estado debe trabajar por una ciudad sustentable, diseñada para las personas y no exclusivamente para los coches. ¿Es para aplacar este tipo de peticiones o críticas, que el presidente municipal querría liberarse de los tan engorrosos derechos humanos?

En lugar de usar la razón, o revisar planes de obra improvisados, o presentar estudios ambientales hechos por profesionales, Ortiz esgrime a la fuerza pública. No sorprende, ya lo ha hecho con anterioridad. Y aquí voy hacia el tercer dilema de esta administración: ¿Está gobernando nuestro alcalde para todos los irapuatenses? O esa afección a la selectividad hacia quienes poseen derechos fundamentales y quienes deben carecer de ellos, está enraizada en un enfoque deliberado que determina para quiénes debe trabajar el gobierno: los cuates empresarios y los contratistas de obra. Con lo cual terminaría con una última reflexión, ¿no es lo que vivimos a escala local un reflejo de las mismas políticas que traen a este país de cabeza? Tengo la firme convicción de que sólo la ciudadanía puede lograr un cambio, y que debe empezarse por lo local. Ojalá nuestro Presidente Municipal reflexione sobre esto.

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