Jaime Panqueva
08:25
30/05/20

El futuro de la alianza rebelde (o la alianza rebelde del futuro)

“las aventuras de alianza rebelde apenas han empezado.”
El futuro de la alianza rebelde (o la alianza rebelde del futuro)


Los siete caballeros avanzaron a través del pantano hasta llegar a la pequeña cabaña adosada a uno de los árboles gigantescos que abovedaban aquel lugar infecto. Hicieron pie frente a un claro cuyas arenas reflejaban con timidez la luz que salía de uno de los ventanucos. Tras haber cruzado media galaxia, los siete rebeldes se hallaban ante el momento cumbre de una misión que les había costado más de tres años. Aún rememoraban el momento de la partida, en los tiempos de la pandemia del 4TVID-2020, cuando rompieron con el malvado imperio castrobolivariano que, según ellos, expoliaba sus dominios y les regresaba migajas a través de un sistema perverso de transferencias. A lo largo de este largo periodo de desencuentros, cada uno de los siete pensaba haber mantenido su pureza a punta de denigrar y llevar la contraria al malvado de emperador. Un juego perverso que se prolongaría hasta el infinito de no ser que en poco tiempo, iniciarían los tiempos electorales y ante la indecisión del tirano por reelegirse o designar a uno de sus más cercanos esbirros, era indispensable elegir a alguien que encabezara el frente común. Ante el funesto panorama, los siete rebeldes decidieron someterse a la sapiencia del gran maestro que moraba la cabaña. Por medio de su verde y rechoncho dedo sabría designar al más puro, aquel digno de encabezar la lucha y disputar la corona. 

Formaron un semicírculo alrededor de la puerta, que por sus ínfimas dimensiones se hacía infranqueable para todos, desenfundaron sus sables láser y en un instante el pantano se iluminó por un arcoíris que recordaba la bandera de un movimiento poco conservador... Uno de ellos pensó  si aquello sería adecuado para su cruzada moral; otro, que la luz blanca era la suma de todos los espectros cromáticos;uno más, que la unión hace la fuerza; un último, pensó en salir del clóset.

La puerta se abrió con lentitud y detrás de un bastón de madera renqueó el maestro de orejas puntiagudas y sereno rostro. Su sabiduría había adquirido tanto renombre que hasta los diarios más ortodoxos del imperio empleaban su enrevesada sintaxis para nombrar las primeras planas de sus tabloides, y hasta los titulares de sus artículos, para gran regocijo de la prensa anglosajona y quebradero de cabeza para sus lectores. 

Los caballeros pusieron una rodilla en tierra y, para evitar accidentes, apagaron sus sables. 

“¿Elegir pior al mejor o menos debo al más?”, comenzó diciendo la verde criatura. Los caballeros se miraron desconcertados entre sí. Sólo uno, por su experiencia como suscriptor (y lector) de diarios regionales, había entendido y tradujo a los demás. Pregunta si debe elegir al más mejor o al menos pior. Maestro, se animó a decir el más aventado, elija usted entre nosotros al más digno, teniendo en consideración que no hay más… Con un mohín el maestro se desplazó lentamente para observar con más detenimiento los rostros de cada uno de los rebeldes. Regresó junto a la entrada de su vivienda y antes de dar un portazo tras sí, les espetó una frase tan larga y enrevesada que los caballeros tuvieron que quedarse algunas horas debatiendo para desentrañarla. El resultado final, con el que todos quedaron conformes, fue el siguiente: “Aquel que haya gobernado mejor su feudo, es el más digno. Sus conciudadanos y no el dinero caliente lo elevarán.” 

En silencio, mientras se sumergían de nuevo en aquel pantano hacia sus naves interestelares, uno de los caballeros pensó en usar otra marca de crema para combatir el pie de atleta; otro, ponderó que ese consejo les habría venido mucho mejor tres años antes, en vez de plañir habría sido mejor chambear. Otro, ya veía la forma de pedir entrada al gran partido imperial, pues ya estaba lleno de sus anteriores colegas, no sobraría uno más. El más listo, aquel a quien desde entonces sus colegas apodarían el traductor, planeó nuevos sondeos de opinión y allegarse fuentes de financiamiento aún más oscuras. Antes de emprender el vuelo a sus respectivos sistemas galácticos un último caballero consideró si salir del clóset podría darle más votos... Y colorín colorado, las aventuras de la alianza rebelde apenas han empezado. 

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