jueves. 18.04.2024
El Tiempo
Jaime Panqueva
05:28
05/10/19

Jóvenes a la calle

"No el pueblo bronco, sino una juventud que parecía anestesiada por los juegos de video y el Youtube..."

Jóvenes a la calle

Me preguntaba esta semana qué puede ser más representativo de la juventud mexicana actual. Un puñado de anarquistas que empaña la manifestación pacífica de diez mil personas para recordar la matanza de Tlatelolco el pasado 2 de octubre. O los quince mil de diferentes planteles educativos que se movilizaron en Celaya en la primera protesta masiva en contra de la ineficacia de las autoridades para proveer de seguridad a sus gobernados.

Los rijosos, que no pasaban de medio centenar, fácilmente controlable por cualquier policía antidisturbios del mundo, además de los destrozos y pintas, robaron minutos en los principales noticieros del país. Muchos de los cuales están ansiosos de demostrar la hipótesis de que el país va al garete y que encallará muy pronto en una nueva Venezuela...

Con mucho menor despliegue mediático, los jóvenes de Celaya, pacíficos y globalizados, capaces de entonar el Va pensiero de Verdi (himno más que pertinente, en particular por su estribillo: Oh mia patria sì bella e perduta!) hicieron salir de su escondite a la alcaldesa Elvira Paniagua, que pretendía salvar responsabilidades a través de un video en las redes.

La fotografía del patio de la presidencia municipal cubierta de pancartas y las imágenes de solidaridad desde diversos países del mundo para que se haga justicia a Gabriel Luna Ibarra y a otras víctimas de la violencia zonal pueden hacernos pensar que algo despierta en Celaya. No el pueblo bronco, sino una juventud que parecía anestesiada por los juegos de video y el Youtube, y que podría brindar apoyo social a una tarea que parece olvidada por el gobierno del estado: enfrentar al Leviatán que ha prohijado en los últimos sexenios.

Dudo que la alcaldesa, más allá de cubrir la cuota de género en la pasada elección municipal de Celaya, tenga una idea clara de qué hacer. Algunos analistas comentan que ha presentado su renuncia al gobernador en varias ocasiones y le ha sido rechazada. Dudo aún más que éste último tenga clara la dirección a tomar, pues no se aparece en Celaya, evita a la prensa regional y sólo aparece en medios nacionales para presumir Sinhuelandia: frente a un hospital recién inaugurado, invita al Festival Cervantino y a “la feria de la Hannover Messe”, pleonasmo incluido.

La única reacción parece venir de la Fiscalía, que por fin publica una foto del presunto responsable del homicidio, no sé si fue sólo para pedir la ayuda de la población en su captura o para lavarse las manos y decir que investiga. ¿Por qué no lo habían hecho esto antes con otros casos? ¿Por qué no existe una lista de los más buscados sin importar el cartel o la organización a la que pertenezcan?

Ver a los jóvenes en la calle brinda algo de esperanza, pero eso no será suficiente si no se unen otros estamentos sociales que también sufren la inseguridad, desde las tortillerías, pasando por los vendedores de coches y maquinarias hasta las ensambladoras extranjeras (al parecer, las únicas a quienes oyen nuestros políticos).

En algún lado decían que el deber de los jóvenes consiste en gritar para evitar que se duerman los viejos. Gracias, jóvenes de Celaya, por comenzar con este grito. Sin embargo, y ustedes lo saben, hay que ir más allá.

 

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