Jaime Panqueva
07:40
16/11/19

La muerte de Venecia

“¿Renacerá Venecia de las cenizas o se hundirá para siempre en el mar?”

La muerte de Venecia

Cerca de la costa del mar Adriático, junto a las ruinas humeantes de Aquilea, destruida por los hunos, Foresto entona un aria para enardecer a sus antiguos habitantes e instarlos a construir una nueva ciudad en las marismas de la desembocadura del río Po. En Cara patria gia madre e reina promete que ésta, cual ave fénix, renacería magnífica de las cenizas para ser la más bella de la tierra. Y la llamaron Venecia, y resurgió de las cenizas a comienzos del siglo V de nuestra era, y fue evocada en el Teatro La Fenice el 17 de marzo de 1846 por Giuseppe Verdi en estreno de Attila, inspirada en una obra homónima del dramaturgo alemán Zaccharia Werner.

Esta semana, la ciudad del amor ha vivido una de sus peores inundaciones, superada en altura únicamente por la gran marea de 1966, pero con una gran diferencia: el agua aún no cede y se mantiene en algunas zonas cercanas al metro y medio, cubriendo el 70% de la ciudad.

El MOSE —acrónimo de Modulo Sperimentale Elettromeccanico (Módulo Electromecánico Experimental) que traduce del italiano el nombre del Moisés que fue salvado de las aguas–, muro submarino que puede emerger para contener las mareas, se encuentra inconcluso y ha costado US$6.100 millones, más de tres veces su precio proyectado inicialmente, en buena parte debido a la corrupción. El sistema, que inició su construcción en 2003, debía estar listo para el 2011, y se prevé que entre en funcionamiento algún día de 2021.

Sin embargo, diversos activistas denuncian que el proyecto que empezó a idearse hace más de 50 años, ya se encuentra obsoleto, pues fue diseñado para contener aumentos del nivel de mar en el próximo siglo de 14 cm (el más probable); 20 cm (en el escenario prudente) y 30 cm (en el peor).

Las previsiones actuales para el año 2100 hablan de aumentos de nivel cercanos a los 50 centímetros, sin contar el  permanente hundimiento de la ciudad misma, que cayó 12 centímetros entre 1950 y 1970. La periodicidad de mareas altas (superiores a 110 cm) atribuidas al calentamiento global, también ha ido en aumento. En los años 60 y 70, se promediaron 30 cm por cada década, mientras en esta que termina, se contabilizaron más de 70. (ver imagen)

Por el momento el agua no cede, y es incalculable el daño que están sufriendo edificios únicos como la basílica de San Marcos, o el palacio Ducal, por sólo mencionar algunos. La cuestión a futuro rebasa lo cantado por Foresto: ¿Renacerá Venecia de las cenizas o se hundirá para siempre en el mar? ¿Hablarán en el futuro de Venecia como lo hacemos en la actualidad de Aquilea? Pero no por su destrucción a manos de invasores bárbaros, sino por aquellos que aún se niegan a actuar ante las evidencias de la casa ardiendo, como si el tiempo no apremiara.

 

Venecia - foto interior

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