Jaime Panqueva
10:49
27/02/21

Opinión • Llamada de mi cuñado • Jaime Panqueva

"...hace una semana me llamó algo preocupado para preguntarme si […] comprar oro o plata..."
Jaime Panqueva
Jaime Panqueva
Opinión • Llamada de mi cuñado • Jaime Panqueva

Tengo un cuñado alemán, muy buena persona, con quien me gusta conversar sobre temas de inversión y economía. Por razones geográficas no lo hacemos con mucha frecuencia, nos separa un océano y más de media docena de husos horarios, pero hace una semana me llamó algo preocupado para preguntarme si no me había hecho la pregunta de comprar oro o plata. Respondí que recién el año pasado le había recomendado comprar un ETF (SLV), que se hallaba a precio de descuento y que a las pocas semanas había casi duplicado su precio en el mercado.

Él replicó que no se refería a títulos valores, sino a monedas de oro o plata, para guardarlos en un banco. Casi me quedé sin habla. Cuando alguien habla de acumular monedas oro o plata es porque se prepara para un colapso del sistema financiero; si lo dijera alguien de un país latinoamericano, como Venezuela o México, lo entendería, pero mi cuñado nació a las orillas del Rin y tiene un título relacionado con finanzas, además de participar en una de las economías más sólidas del planeta.

Por supuesto que no, le respondí, a menos que me preparara para algún tipo de apocalipsis, y aun así, cargar con metales preciosos entrañaría otro tipo de riesgos personales, en especial en América Latina. Él comentó que pensaba almacenarlos en un banco, no en su casa. Luego pasó a explicar que las actuales valuaciones de los índices de bolsa estaban muy por encima de las grandes burbujas económicas de la historia, incluida la del internet del año 2000, según el famoso índice de Warren Buffett, que acto seguido me explicó. Luego habló de la burbuja de empréstitos en la que vivimos, y cómo las tasas casi nulas la siguen inflando hasta niveles nunca conocidos. Es como una droga, mencionaba; parece que nadie puede renunciar a ellos. Y con seguridad las políticas se han relajado aún más a raíz de la emergencia sanitaria (eso lo agregué yo). Así que hay volúmenes cada vez mayores de dinero en circulación, con tasas cada vez más cercanas a cero, que en parte fluyen a empresas que, como he mencionado en artículos anteriores, han demostrado aumentos descomunales en sus valuaciones de bolsa, sin demostrar realmente resultados equivalentes. Aunque las inflaciones continúan muy bajas y no se prevén aumentos en las tasas de interés en el mediano o largo plazo, si las valuaciones siguen por las nubes y los resultados corporativos no las soportan, habrá correcciones y quizá ajustes importantes en los mercados. Pero si el volumen de dinero circulante empieza a afectar los precios, y los bancos centrales se ven en necesidad de controlar la inflación a través de las tasas de interés, el efecto dominó global puede llegar a ser devastador.

Mi cuñado habló sobre un nuevo Bretton Woods para controlar la deuda de países como Italia, España, Grecia o Francia, todos incluidos dentro del pacto europeo, sin mencionar los descomunales niveles de los Estados Unidos a los que se unirán los formidables estímulos que acaba de otorgar el gobierno de Joe Biden. No lo sé, mi cuñado no me llama muy seguido, y por ello me pareció interesante comentar con los lectores algo de sus inquietudes. Si algo nos han enseñado las burbujas económicas en la historia, es que es difícil saber en qué momento colapsarán. Sin embargo, siempre hay síntomas que indican su inminente quiebre, y maneras de protegerse. Si desean conocer más sobre el tema, pueden revisar el indicador Buffett aquí. Sobre la historia de los aciertos y colapsos económicos es muy ilustrativo el libro El triunfo del dinero, de Nial Fergusson, con un capítulo dedicado en específico a las burbujas económicas.

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