jueves. 18.04.2024
El Tiempo
Jaime Panqueva
05:14
08/02/20

Nada personal y los valientes alcaldes

“ 5 de febrero, no valieron la eficiencia, investigaciones, coordinación o flagrancia. La puerta giratoria funciona, los cuatro detenidos de entonces fueron liberados...”

 

Nada personal y los valientes alcaldes


28 de enero de 2020, en uno de esos “tiros de precisión en materia de combate a las organizaciones delictivas que están afectando a Guanajuato”, y según declaraciones oficiales, durante un “operativo en conjunto con autoridades federales como la Marina, Sedena, Guardia Nacional al igual que la Fiscalía de la República, Agentes de investigación Criminal del Estado, de inteligencia y Fuerzas de Seguridad de Guanajuato” se detuvo en la comunidad de San Miguel de Octopan a la esposa o pareja sentimental del líder del Cártel de Santa Rosa de Lima en posesión de armas, drogas y dinero. 

Antes de que dichas autoridades repartieran sus boletines, el miedo cundió en la zona porque en las redes sociales, individuos desconocidos, contra quienes deberían cursar investigaciones, amenazaron con realizar bloqueos y desmanes al mejor estilo Culiacán. El 30 de enero, SophíaHuett, la vocera de seguridad del gobierno del estado, valoró la captura como “una acción eficiente”, aunque casien tono de disculpa pública comentó: “Hay que ser muy puntuales, no se trata de una detención por una relación personal sino por la flagrancia dado de los distintos objetos ilícitos encontrados tras su detención como por parte de las propias investigaciones…”

5 de febrero, no valieron la eficiencia, investigaciones, coordinación o flagrancia. La puerta giratoria funciona, los cuatro detenidos de entonces fueron liberados. Esta vez por falta de orden de cateo del domicilio donde fueron capturados. La culpa, para variar cuando se trata de los errores, se la achacan a una entidad federal: la Fiscalía General de la República.

Y si esto pasa en el ámbito estatal, es aún más risible lo que sucede en los ámbitos municipales. En Celaya, Elvira Paniagua, dice que los comercios cerrados, algunos de ellos con décadas funcionando, se deben a las falsas noticias (por supuesto, usa el término anglófono: fakenews), que tienen a todo el mundo asustado, como si no estuviese vivo aún el recuerdo de las masacres en las tortillerías o las ejecuciones diarias que se viven en la ciudad y comunidades aledañas. ¿Cómo se sentirá el cartel local al ver que puede librarla tan fácilmente a pesar de la cacareada “coordinación de autoridades de los tres órdenes”? 

Si para Paniagua no existe la palabra “extorsión”, para el Arq. Ricardo Ortiz, en Irapuato, no existe tampoco la palabra “inseguridad”. El pasado jueves, se negó a hablar con los medios sobre los asesinatos escandalosos que ya suman en 2020 más de un centenar de víctimas. Entre éstas se suman familias enteras o empresarios como Martín Landeros, quien fue baleado en un concurrido restaurante local a plena luz del día. Lo mejor para Ortiz es asumir la misma estrategia de nuestro gobernador (¿o debería decir, apocrisario?), y desviar cualquier comentario a su encargado de seguridad, Pedro Cortés Zavala. ¿Para qué desgastarse en esos temas si su deber es cubrir con cemento a Irapuato y lo está haciendo tan bien?

No sé qué idea tengan estos presidentes municipales de sí mismos, pero para cerrar con otro ejemplo lastimero de estos adalides del partido azul, tenemos a Alejandro Navarro, de Guanajuato Capital, quien se asume como una mezcla de comediante y motivador. A finales del año pasado vimos su patética presentación con el doble de Ironman para levantar la moral entre las fuerzas del orden. Yo no lo entiendo, y seguro muchos de los lectores tampoco. Pero, si ni ellos creen en la “estrecha coordinación entre instituciones”, ¿Por qué no recurrir al show? Por lo menos, digo yo, y disculpen el comentario machista, si de motivar a la tropa se trataba, hubiera contratado a una doble de la Mujer Maravilla, ¿no?

Hay miedo, y éste no se palpa sólo entre quienes votaron por ellos, las actitudes de los jerarcas municipales delatan que no están dispuestos a actuar de manera seria, ni a exponerse dándole al tema la relevancia que requiere.Mientras tanto, los ciudadanos nos sentimos desamparados. Cada uno ve la manera de defenderse o por lo menos se encierra temprano en casa para evitar se parte de otro de los términos de moda, un “daño colateral”. Valientes alcaldes.

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