Jaime Panqueva
11:53
16/11/15

¿País de lectores?

"No cabe duda que el gusto por la lectura está también ligado a la posibilidad de conseguir libros, estar capacitado para disfrutarlos ... "

¿País de lectores?

Decía alguna vez el premier Winston Churchill, medio en broma y medio en serio, que él sólo creía en las estadísticas que había manipulado. Con apenas unos días de diferencia, obtuvimos un par de estadísticas muy interesantes sobre la cultura de nuestro país. Por un lado la Evaluación de los Aprendizajes PLANEA nos bombardeó con cifras muy poco alentadoras: 60% de los alumnos de sexto de primaria se encuentra en el Nivel I en matemáticas, el de más bajo aprendizaje, y un también vergonzoso 50% en el nivel más bajo en Lenguaje y comunicación. No sobra decir que la encuesta de divide en 4 niveles, y sólo un veinte por ciento se encuentra en los dos más altos en matemáticas. Algo similar pasa con el aprendizaje de nuestro idioma.

La evaluación es muy preocupante porque cobija a todos los alumnos del país, no a una muestra estadística. Los comentarios del subsecretario de Planeación y Evaluación de Políticas Públicas de la SEP, Otto Granados Roldán, atinaron tan sólo a aplaudir la Reforma Educativa, porque esa sí sacará a la educación del rezago en que se encuentra...

Un par de días después llegó con bombos y platillos el dato de la Encuesta Nacional de Lectura. Su resultado nos aleja de la ignorancia y parece catapultarnos hacia la cultura de los libros. Los mexicanos leen ahora 5.3 libros en promedio anual, con un aumento del 82% frente a los míseros 2.9 libros que se leían en la misma medición de 2006, y del 36% si consideramos los 3.9 que indicaba el INEGI en sus encuestas MOLEC de este año. Pero, atención, y ahí viene la jiribilla. Los datos no son tan fácilmente comparables porque se ha empleado una nueva metodología.

Siendo suspicaces, podríamos afirmar que han aprendido muy bien de los mismos que nos quieren convencer de que la inflación en México sigue siendo año con año del 4%, y que por ello el salario mínimo alcanza y sobra para sostener una familia. Pero, no. Al leer con detenimiento el informe de Conaculta vemos que el trabajo fue diseñado por expertos en la materia, y que arroja luces sobre el comportamiento de los mexicanos con respecto a la lectoescritura, libros y pautas culturales. Así es posible ver, o deducir, que esos 5.3 libros al año corresponden a 3.5 por gusto y 1.8 por necesidad. Con lo cual, los leídos por gusto son menos que los indicados por el MOLEC del INEGI. En cuanto a nuestra región, el promedio dice que leemos 3.3 libros por gusto, y 1.6 por necesidad, lo que nos deja por debajo del promedio nacional y muy lejos del mayor lector. El Distrito Federal lee 6 libros por placer y 3 por necesidad cada año.

Es interesante observar también que las cifras avalan la importancia de los padres y maestros a la hora de crear hábitos de lectura, a través de las lecturas obligatorias en la escuela o de la disponibilidad de libros en casa. También es importante resaltar las diferencias regionales. Por ejemplo, la cantidad de libros que dispone en promedio un hogar en el Distrito Federal es de 120 ejemplares, contra sólo 40.1 del promedio nacional.

Las diferencias de clases sociales son también muy claras. Los encuestados de menores ingresos leen menos y con menos gusto, pues es mayor el porcentaje de aquellos que leen porque tienen que hacerlo. No cabe duda que el gusto por la lectura está también ligado a la posibilidad de conseguir libros, estar capacitado para disfrutarlos, o de disponer tiempo para leerlos, algo de lo que carecen los estratos más bajos. El 42% del total de los encuestados, por ejemplo, no ha pisado nunca una librería. Alrededor del 60% tampoco ha comprado un libro en el último año. Casi una tercera parte de los hogares (31%) cuenta con cinco o menos libros impresos en el hogar.

Algo que me sorprendió, aunque no debería, es que el libro reciente más leído por el 8% de los encuestados, es la Biblia. Lo que me pone en un predicamento porque ésta se compone a su vez de 73 libros. Confío en que las estadísticas no estarán infladas por este aspecto, y tampoco que, como nuestro amado presidente, los encuestados no estén mintiendo al sacrificado encuestador con títulos fácilmente recordables.

Por último, vale la pena comentar la penetración que ya alcanzan los libros digitales, un 13% de los encuestados dice haber leído y poseerlos. El promedio de la biblioteca digital se acerca al de libro impreso con 38.2 libros en promedio.

El crecimiento de las redes sociales, también medidas en el estudio como una alternativa de lectura, muestra por el momento una concentración demográfica en los lectores más jóvenes, donde supera al libro, entre 8 y 15 puntos, en los lectores entre 12 y 22 años. La estadística es inversa en los lectores entre 46 y 55 años, la diferencia es de 37 puntos a favor del libro.

Podría seguir recitando aspectos de la encuesta que considero relevantes, pero si desea más información, el estudio completo se puede descargar de forma gratuita aquí.

Por lo pronto, y en lo que algunos siguen celebrando, recuerdo que el estudio mismo inicia con una gráfica sobre la preferencia general de emplear el tiempo libre frente a la televisión: 52.9% la privilegia sobre otras alternativas. Mientras otro apartado menciona que casi el 80% de los lectores apaga la tele para leer. La pregunta obligada: ¿Llegaremos algún día a ser un país de lectores?

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