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Jaime Panqueva
14:59
27/11/21

Porque la Fiscalía así lo quiso • Jaime Panqueva

"Sin ir a detalles, para no empañar su visita al estado y aparente reconciliación con el gobernador, el presidente sólo dijo que su opinión sobre el Fiscal seguía siendo la misma."
Porque la Fiscalía así lo quiso • Jaime Panqueva


Hace no muchas semanas, se encontraba en cartelera la más reciente película del gran realizador Ridley Scott. El último duelo narra la historia de Marguerite de Carrouges, quien en 1386 afirmó haber sido violada por quien parecía ser el mejor amigo de su esposo. Como pasaba entonces, y sigue sucediendo, pocos creyeron en la acusación a falta de testigos. Es memorable la escena donde la suegra de Marguerite le exige que calle, y se declara a sí misma también víctima de violación en su juventud. La dama de Carrouges continuó en su exigencia de justicia, y el asunto, tras pasar por infamantes tribunales religiosos y civiles, escaló hasta el rey Carlos VI, quien autorizó un riepto u ordalía. Por entonces, éstos estaban en completo desuso, no obstante, la aprobación real permitió que el asunto se dirimiera en un duelo singular entre el perpetrador y el agraviado. Reconocemos el valor de Marguerite al considerar que si su marido hubiera sido derrotado, ella habría sido torturada y quemada viva.

Mucho han avanzado la sociedad y sus leyes desde entonces. Sin embargo, en nuestro contexto latinoamericano, secularmente patriarcal, creer en la palabra de la víctima y judicializar adecuadamente el delito siguen siendo una deuda pendiente de sistemas de procuración de justicia que, en particular en el caso del mexicano, permite una impunidad casi absoluta. 

Un día después de conmemorarse el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, vemos salir de la cárcel con todo y chivas a Jorge Romero Vázquez, diputado federal recién electo el pasado 6 de junio, quien tuvo a bien celebrar su victoria en las urnas en la camioneta de su esposa con la violación espuria de una joven irapuatense que sigue clamando justicia: “Mi violador se llama Jorge R. y fue electo como diputado federal, y hoy está libre porque pesa más el poder que la justicia y porque la Fiscalía del estado de Guanajuato así lo quiso”, declaró la joven tras ver al victimario salir de prisión preventiva.

Este mismo ministerio público aún no explica el porqué de la reclasificación del delito de violación espuria a abuso sexual. Como tampoco su negligencia a la hora de recabar testimonios y realizar pruebas periciales. Sabemos que esto no es novedad y es sin duda un aliciente para que todo tipo de violencia, y no sólo la machista continúe en aumento.

En Irapuato se denuncian a las autoridades más de cien casos de violación cada año, y se desconoce cuántos han terminado en un proceso judicial o en una condena (eso aún no lo miden los observatorios ciudadanos). Podemos hacernos a una idea del poco interés que pueden tener este tipo de delitos en una estructura marcada por el sesgo patriarcal, en un país donde once mujeres son asesinadas al día, la tasa de impunidad supera el 95%, mientras solo un 2% de los casos termina en sentencia y tan solo una de cada 10 víctimas se atreve a denunciar a su agresor.  

Y, a pesar de todo, el dedo acusador de Marguerite, su actitud digna pervive ante el oprobio y arrostra a los perpetradores: María José, una nueva víctima del acusado ha decidido romper el silencio. Así, el caso de quien encarnaba un relevo generacional dentro del panismo estatal está lejos de cerrarse.

El mismo día de la liberación de Romero Vázquez, Andrés Manuel López Obrador era cuestionado por periodistas en torno a la permanencia de Carlos Zamarripa en la FGE. Sin ir a detalles, para no empañar su visita al estado y aparente reconciliación con el gobernador, el presidente sólo dijo que su opinión sobre el Fiscal seguía siendo la misma. A la luz de la actuación de su institución, creo que quienes vivimos en Guanajuato seguimos pensando igual.

 

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