viernes. 19.04.2024
El Tiempo
Jaime Panqueva
04:42
23/01/16

Dos veces la misma película

" ... me preguntó el funcionario de migración de turno: ¿Cómo están las cosas en México? Con sinceridad le respondí: Mal, es como ver la misma película dos veces"

Dos veces la misma película

Dejé tirado el changarro por dos semanas y viajé a Colombia para saludar a mi familia. Mi última visita fue hace poco más de un par de años. Entonces, me enteré ante la ventanilla de inmigración que necesitaba volver a tramitar mi pasaporte colombiano porque la ley me exigía presentarlo al entrar y salir del país. ¿No lo sabía? me preguntó la funcionaria, con ganas de regañarme. No, le respondí, pensé que sólo con el mexicano funcionaría sin problemas... No, señor, o ¿es que usted no es colombiano? Bueno, sí, contesté, pero con los precios del consulado no he querido renovar mi pasaporte en México. Es demasiado caro. Cuando le dije que el precio del cuadernillo superaba los 120 dólares, la funcionaria me dio la razón y corroboró, de paso, mi pertenencia al país. Aquí lo puede sacar mucho más barato, me dijo. Me selló el pasaporte verde y me dejó pasar. No sobra decir que durante aquella estadía saqué mi nuevo pasaporte, porque además la funcionaria me había advertido que recibiría una multa al salir del país si no lo hacía. De sobra sabía que no habría mordida que me salvara, así que hice el trámite: salió mucho más barato y me lo entregaron el mismo día.

Dos años después, además de corroborar los avances en infraestructura y economía de mi país de origen, recibí la noticia de la recaptura del Chapo Guzmán. No puedo negar que me sorprendió tanto como el despliegue de medios que recibió en Colombia. Al capo se le comparaba constantemente con Pablo Escobar, y se especulaba morbosamente con su relación con la actriz Kate del Castillo, quien a su vez fue contrastada con alguna de las célebres amantes del antioqueño.

Soy poco amigo del tema, pero no pude evitar ver en un noticiero fragmentos de la famosa entrevista que Rolling Stone le hizo en un rancho de Sinaloa y que, según la fuente oficial (ya desmentida por todos) fue la clave para su captura. Qué decepción. Entre el canto de un gallo impertinente y risas socarronas que se oyen de fondo, el Chapo, si el personaje que habla es él, da más pena que miedo. El contraste con el Pablo Escobar que daba discursos en las plazas públicas y ocupó un escaño en el senado es tan brutal, que negué rotundamente que aquél pudiera ser el líder de un cártel tan poderoso. Tras el shock sigo preguntándome, ¿es el Chapo recapturado el mismo que apenas y puede articular frases coherentes para hablar de su niñez y del negocio de la droga? Sean Penn alegaba que el objetivo de la entrevista consistía en generar un debate público sobre el narcotráfico, pero la entrevista es tan pobre que no sirvió de nada.

La misma prensa que hace 25 años se solazaba con la fuga de Escobar del penal de la Catedral, y hace unos meses no concebía el sensacional escape del Chapo de El Altiplano, se queda muy corta en los paralelismos. Ni ellos, ni las autoridades tienen explicaciones claras para el fenómeno. ¿Cómo le hizo para llegar tan alto? ¿Es en serio el verdadero capo? No sé si la entrevista se transmitió en México, pero a quienes no la vieron les recomiendo dar un vistazo a este link: https://www.youtube.com/watch?v=-7gzl2ZI1kE

Al despedirme del país, en el momento en que sellaban mi pasaporte casi nuevo, me preguntó el funcionario de migración de turno: ¿Cómo están las cosas en México? Con sinceridad le respondí: Mal, es como ver la misma película dos veces. Sí, contestó, porque acá ya vamos saliendo, pero ustedes están entrando.

Comentarios a mi correo electrónico: [email protected]