Confianza

"Con la falta de confianza los mexicanos hemos perdido respeto al poder"

Los mexicanos desconfiamos del Presidente y en general de toda la estructura gubernamental encarnada en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; sólo la Suprema Corte de la Nación impone respeto.

Sentimos que la policía no resguarda nuestra seguridad.

Las instituciones que sentimos que sí cumplen su función son las iglesias, sobre todo la católica. La marina y en menor medida el ejército, son bien vistos a nivel social.

Con la falta de confianza los mexicanos hemos perdido respeto al poder, lo cual significa que aunque existan reformas y buenas intenciones, no habrá desarrollo respaldado por la mayoría, y serán elitistas las políticas públicas.

La falta de confianza se deriva de la enorme corrupción que emana de todos los gobiernos, de los partidos políticos y la contraparte, el sector privado, que es cómplice de los actos de corrupción.

Si Guanajuato y México desean lograr el bienestar de la población es necesario recobrar la confianza; de otra forma el seguirá autoritarismo gobernando, no importa cuál sea el partido político que gobierne.

No está de más releer a Francis Fukuyama, para tener una idea de la importancia de la confianza.

En 1996 apareció el texto de Francis Fukuyama titulado Trust. The social quality and capacity of get growth, en el cual se afirma que las naciones desarrolladas, antes de tener un gran progreso material, impulsaron una organización comunitaria con base en el concepto denominado Capital Social.

El capital social es la capacidad que tienen los pobladores de una nación para organizarse con base en valores comunitarios, mismos que nacen a partir del predominio de la confianza en las relaciones humanas.

Son normas éticas, que emanan de principios religiosos, filosóficos, culturales, de códigos profesionales. Permiten que los habitantes de una nación se relacionen a base de confianza, y de esta forma se teje una amplia red de relaciones, que provoca que la estructura económica y social funcione en forma armónica.

En Estados Unidos se manifestó la ética comunitaria en las comunidades puritanas; en las naciones confucionistas como China, Hong Kong y Taiwán la familia tiene un valor comunitario supremo, y la sociabilidad espontánea fue estimulada desde el Estado en Japón y Alemania, en el inicio del proceso de desarrollo.

La ética comunitaria se ha vivido en México en múltiples ocasiones de su historia, siendo las más recientes la obra educativa de José Vasconcelos, con la creación de una cultura nacionalista, así como en las misiones cristianas que visitan a las comunidades más pobres, sobre todo indígenas.

Estas actitudes han desarrollado una cultura de la confianza, que es la materia prima fundamental del llamado capital social.

Actualmente el individualismo está destruyendo a la familia tradicional, ha colapsado la confianza de las bases éticas tradicionales y ha construido un sistema de nuevas relaciones, en que las ideas de comunidad han sido excluidas como forma de organización.

¿EXISTEN LAS BASES PARA FORMAR EL CAPITAL SOCIAL EN MEXICO?

La sociedad mexicana comenzó con la incredulidad en las instituciones mexicanas, desde el conflicto de 1968, y ha logrado quitar al gobierno autoritario y modificar la forma de elegir a los gobernantes.

Actualmente la incredulidad abarca también a todos los partidos políticos, y la democracia electoral que se logró con grandes luchas es detestada por la gran mayoría de los mexicanos, porque no ha servido para tener mejores niveles de vida.

Al parecer los gobiernos federales, municipales y estatales emanados del PAN, del PRD, del Verde, de Nueva alianza, del Movimiento Ciudadano y en general de todos los partidos políticos, han utilizado la plataforma de gobierno que ha creado el PRI y sólo han cambiado el discurso, aprovechando sin límites las viejas estructuras heredadas.

Por otra parte, la Cámara de Diputados, de mayoría opositora, no ha sido capaz de generar un nuevo rostro en la política mexicana.

Esta situación es preocupante, debido a la ilegitimidad y la falta de confianza.

¿Qué hace falta para evitar la parálisis y poder salir de la asfixia política?

Es indispensable un replanteamiento del sistema de poder, con base en la confianza, para poder crear un capital social, acorde con nuestra cultura y valores.

Es necesario que cada partido y organización política impulsen un serio compromiso de promoción de la filosofía que han generado a través de los años.