Mutaciones en la economía de Guanajuato y el TLCAN modificado

Mutaciones en la economía de Guanajuato y el TLCAN modificado

Con la instalación de la planta de la General Motors en Silao, la economía de Guanajuato inició una gran mutación que aún no se detiene:

  • Se han instalado al menos 6 plantas armadoras de vehículos automotores y la población del Estado actualmente está más empobrecida que en el año 1993, cuando se inició este proceso.
  • Las decisiones económicas dejaron de tener su epicentro en la región y ahora dependemos de las decisiones a miles de kilómetros de distancia.
  • Sólo un puñado de empresas regionales se han convertido en proveedores de las armadoras de coches.
  • Las plantas son armadoras de coches y fabricantes de los insumos con menor tecnología.
  • La planta en sí, instalada en un pueblo que en aquel entonces tenía alrededor de 120 mil habitantes, significo una especie de tumor:
  • Una planta llena de procesos de alta tecnología, tenía que contratar personas que no tenían las habilidades para operarla, ni tampoco tenían las perspectivas de recibir un ingreso inferior al que tenían estas personas.
  • Actualmente la planta de General Motors y las fabricantes de insumos automotrices no emplean gente de Silao; la transportan de lugares rurales dispuestos a trabajar a cambio de un dólar la hora.
  • De acuerdo al personal empleado en todo el sector automotriz, el empleo directo está en alrededor de los 60 mil puestos de trabajo, algo así como 0.012% de la población total del Estado de Guanajuato.

Las autoridades económicas de Guanajuato afirman que por cada puesto de trabajo se generan 20 puestos indirectos.

En caso de que estos funcionarios dijeran la verdad, estaríamos ante una generación adicional de 1,200,000 nuevos empleos, lo cual simplemente no es cierto, porque entonces el nivel de ingreso del guanajuatense no tendría que contratar créditos al consumo para poder sobrevivir.

La información del INEGI indica que la economía informal es mayor al 62%, lo cual no es un reflejo de una creación masiva de empleos, sino que la informalidad es la salida a los jóvenes que cada año tienen edad de ingresar al mercado de trabajo.

Por otra parte, el Gobierno del Estado de Guanajuato se ha convertido en el principal ente que subsidia a las empresas automotrices:

  • El presupuesto federal que se destina a Guanajuato equivale al 97% del Gasto Público, el cual tiene que canalizarse a gasto social, gasto en infraestructura y al subsidio para la instalación de empresas multinacionales.
  • Desde el gobierno de Carlos Medina se les entregan terrenos con pozo, se les construye la infraestructura carretera en los alrededores de la planta, instalaciones hidráulicas para su operación, instalaciones eléctricas para su consumo, y en primer lugar los primeros salarios y la capacitación van por cuenta de nuestros impuestos.
  • Es importante mencionar que durante 2008, la planta de Silao pudo sobrevivir por el pago del factor trabajo por parte del Gobierno de Juan Manuel Oliva, obviamente con los impuestos que pagamos.

El resultado ha sido prácticamente decepcionante, de acuerdo con los siguientes indicadores:

  • El salario de los trabajadores automotrices de Guanajuato es el más pequeño del todo el mundo.
  • No ha existido un programa de absorción y mejora tecnológica para Guanajuato, y los centros de investigación no participan activamente en este proceso.
  • Las divisas generadas en el armado de automóviles no se han vendido en bancos localizados en la entidad.
  • La contaminación en León, Silao, Irapuato, Celaya y los apaseos se ha disparado en forma abrumadora, junto con los padecimientos de cáncer que se generan por la polución descontrolada.
  • El agua de Celaya, Salamanca e Irapuato está envenenada con desperdicios de metales pesados.
  • El agua del subsuelo de León se saca a más de 100 metros de profundidad, —cuando en 1985 se obtenía a menos de 15 metros-, vaciando los mantos subterráneos de agua subterránea y evitando que las generaciones futuras tengan el vital líquido.
  • La sobrepoblación que se contrata en las fábricas recién instaladas proviene de otras entidades federativas y se asienta en los nuevos fraccionamientos que se instalan en las afueras de León, Silao, Irapuato, Celaya y Salamanca, generando demandas de servicios públicos que se realizan con el presupuesto del Gasto Público de la entidad.
  • Los embotellamientos en las carreteras de las principales ciudades del Corredor Industrial del Bajío son patentes: antes se hacían 17 minutos de León a Silao por las mañanas; ahora se hace 1 hora 15 minutos, a las 9 de la mañana.
  • No se planeó el desarrollo urbano y el resultado es el abarrotamiento de personas y sobrepoblación de vehículos por falta de infraestructura pública, contaminantes y agua envenenada.

¿Cuál fue la causa de este caos?

La falta de planeación.

En el Gobierno de Guanajuato, desde hace más de 25 años sólo piensan que la instalación de empresas multinacionales y el subsidio a ésta es la gran salvación de nuestra economía y nuestra sociedad.

En el gobierno pensaron que promoviendo la represión de los salarios atraerían más empresas, pero en realidad lo hicieron para aprovechar las oportunidades de mercado derivadas del TLCAN y de la infraestructura y subsidios que les otorga el Gobierno de Guanajuato.

Si el proceso de desarrollo económico se midiera en una puntuación del 1 al 100, Guanajuato tenía en 1993 digamos 8 puntos con la industria del calzado, la textil, la de ropa, la agroindustria, la petroquímica y demás industrias.

Con la instalación de la General Motors y demás armadoras, subió digamos al lugar 70 en cuanto a complejidad de fabricación.

Esto genera necesidades de mayor infraestructura, de la que sólo se ha construido la que beneficia a las multinacionales y sus satélites, pero la población tiene en términos relativos menos drenajes, menos tomas de agua, menos espacios de circulación de automóviles. En una palabra, menos nivel de vida.

Si se brinca de 8 a 70, el gobierno y los promotores de este proceso se benefician. Simplemente hay que observar que una sola oficina promotora recibió 4 millones de dólares durante el proceso, y los trabajadores ganan alrededor de un dólar la hora.

Los beneficios han provocado que la distribución del ingreso genere problemas sociales y que la violencia en el Corredor Industrial del Bajío aumente cada mes que pasa.

Hace 25 años la economía de Guanajuato tenía un desarrollo económico propiciado por medio del capital generado en esta región, y en algunos casos por inyecciones de inversión extranjera, sobre todo en agroindustria, metal mecánica, química y petroquímica.

Actualmente el panorama sufrió una mutación gigantesca.

Es necesario que con TLCAN o sin él, el Gobierno de Guanajuato obtenga sensatez y evite que el problema social desplace a más guanajuatenses al desempleo, y se plantee que por cada peso que se subsidia en gasto público en infraestructura productiva, los mayores beneficios sean para la población, y no sólo para las multinacionales.