El Presidente Peña Nieto ha declarado en su tercer informe y en la ONU que el populismo es una tendencia de gobierno que ejerce la demagogia y la mentira, y generalmente toma el poder después del fracaso de los modelos de desarrollo que no dan beneficios a la población.

Que el populismo puede sobrevenir cuando las condiciones de pobreza y de desigualdad prevalecen y no dan un aliciente para que la población pueda dar apoyo a un régimen de libre mercado y de democracia electoral.

Ciertamente el Presidente debe estar preocupado, porque el modelo de desarrollo que él y su secretario de Hacienda impulsan, no ha logrado ni siquiera el crecimiento del PIB por encima de la tasa de crecimiento poblacional, y eso es preocupante.

¿Por qué el modelo de desarrollo económico del Presidente no funciona?

Esto puede leerse en el libro de Alan Greenspan (ex presidente del Sistema de Reserva Federal de EU durante 18 años) The Age of Turbulence: Adventures In A New World, publicado en septiembre de 2007 por editorial Penguin.

En este texto, Greenspan afirma que en México se aplica un Capitalismo de Amigotes.

Afirma que en el Capitalismo de Amigotes la privatización se realiza vendiendo las empresas del gobierno a los amigos de un Presidente, y las principales empresas sobreviven de contratos con el gobierno.

¿Alguien recuerda a Carlos Salinas de Gortari, que favoreció a Carlos Slim con la venta de Teléfonos de México, garantizando hasta los préstamos con los que pagó, y después le dejó constituir Telcel, con el que ejerció un monopolio durante 10 años?

También son memorables las privatizaciones de bancos, de las compañías de aviación, de Canal 13, de fábricas de fertilizantes y de otras muchas empresas.

¿Alguien recuerda la forma fue privatizado Ferrocarriles por Zedillo, y el apoyo a Oceanografía y a las empresas de los hijos adoptivos de Vicente Fox?

Todos estos ejemplos también entran en esta definición de Capitalismo de Amigotes.

Definitivamente no ha funcionado el modelo de desarrollo impulsado por De la Madrid desde 1983, sencillamente porque su objetivo final es que las empresas extranjeras de las naciones desarrolladas tomen el control de la vanguardia económica de México.

Ese proceso tarda muchísimo tiempo y mientras, sólo pagan salarios muy bajos y destruyen las empresas que anteriormente funcionaban y daban más empleos con mejores remuneraciones.

Estas empresas extranjeras invierten en México porque tiene abundancia de mano de obra barata, y la consecuencia inmediata es que no se genera un mercado interno suficiente para detonar la demanda, por lo cual la población vive en pobreza y desigualdad permanentes.

¿A qué tipo de populismo le tiene miedo el Presidente?

Obviamente, se refiere a López Obrador.