Salud Pública • Dengue, epidemia permanente • Jorge M. Sánchez-González

“Se estima que 40% del mundo está en riesgo de contraer dengue…”
Salud Pública • Dengue, epidemia permanente • Jorge M. Sánchez-González

No habrá suficientes insecticidas, brigadistas ni recursos económicos para abatir o controlar al mosco transmisor, si no hacemos o realizamos cada quien nuestra labor personal para combatirlo, por eso todos debemos ser brigadistas.

El dengue es una enfermedad causada por un arbovirus del género flavivirus. Es considerado de naturaleza endémica-epidémica y una enfermedad reemergente. El virus es transmitido por la picadura de mosquitos (hembras) del género Aedes, principalmente por Aedes aegypti y Aedes albopictus. Hoy en día el dengue es la arbovirosis más importante del mundo en morbilidad, mortalidad y afectación económica y es, desde hace décadas, una amenaza creciente. El virus del dengue tiene cuatro serotipos y todos están presentes o circulando en México (hiperendemia). La circulación simultanea de dos o más serotipos aumenta la ocurrencia de casos graves de la enfermedad.

Se estima que 40% del mundo está en riesgo de contraer dengue. Más de dos quintas partes de la población mundial viven en zonas en riesgo de dengue, alrededor de 2000 m snm de altura donde ya se desarrolla el Aedes -hace años no vivía a más de 1200 m snm- y solo en zonas tropicales, está mutando. Más de 100 países han informado de la presencia de esta enfermedad en su territorio, con alrededor de 390 millones de infecciones al año.

El dengue en las Américas según la OPS en 2019 alcanzó el mayor número de casos registrados en la historia, con más de 2’733,635 casos, incluyendo 22,127 casos graves y 1,206 muertes reportadas hasta finales de octubre de ese año (México tuvo 213.822 casos). La proporción de dengue grave de 0,8% ha superado a lo observado en los últimos 5 años, por ello la importancia de que prestemos atención, en adición a las ´precauciones por la pandemia por el virus SARS-Cov-2 que estamos viviendo.

La infección causa una enfermedad similar a una gripe y fiebre con síntomas en la mayoría de los casos leves, hasta síntomas que en ocasiones evolucionan hasta convertirse en un cuadro potencialmente mortal llamado dengue grave o dengue hemorrágico, este último relacionado con la reinfección de otro de los serotipos. Los síntomas aparecen de 3–14 días (con un promedio de 4–7 días) después de la picadura infectiva. El dengue es una enfermedad que afecta desde lactantes hasta adultos. El grupo de edad de 1 a 15 años representa el 52% del total de casos y el 55% del total de casos hospitalizados. Cada año, unas 500 mil personas que padecen dengue grave —niños en una gran proporción— requieren hospitalización. Aproximadamente un 2.5% fallecen.

El dengue grave ocasiona salida del plasma del torrente sanguíneo a los tejidos, acumulación de líquidos, dificultad respiratoria, hemorragias graves y falla de varios órganos del cuerpo, pudiendo propiciar la muerte hasta en el 20% de las personas enfermas. Por tanto, su diagnóstico clínico precoz y una atención clínica cuidadosa por personal médico y de enfermería suele salvar la vida de los pacientes.

SÍNTOMAS COMUNES:

Fase febril de 1 a 3 días

1.         Fiebre elevada.

2.         Dolor intenso de cabeza y muscular.

3.         Vómitos y diarreas.

4.         El nivel de las plaquetas disminuye. (estudio de laboratorio)

Fase crítica de 4 a 8 días

1.         Desaparece la fiebre.

2.         Etapa de mayor deshidratación.

3.         Posibles sangrados, de menores a mayores.

4.         Caída dramática de plaquetas (estudio de laboratorio).

5.         Permanece debilidad y dolor abdominal.

Fase de recuperación del día 9 en adelante

1.         La intensidad de los síntomas disminuye.

2.         Persiste debilidad.

3.         El nivel de plaquetas comienza a aumentar (estudio de laboratorio).

4.         Vuelve el apetito.

SIGNOS DE ALARMA:

1. Dolor abdominal intenso o dolor

  a la palpación.

2. Vómitos persistentes.

3. Acumulación clínica de líquidos.

4. Sangrando de mucosas.

5. Letargo o irritabilidad.

6. Hipotensión postural (lipotimia o

     desmayo al levantarse).

   7. Crecimiento del hígado mayor

     de 2 centímetros.

   8. Aumento progresivo del

     paquete celular con respecto al

     plasma (estudio de laboratorio

     –hematocrito elevado-).

No hay tratamiento específico para el dengue. Hasta el momento se encuentran ya en el mercado, en fase de aplicación y evaluación de eficacia-efectividad, al menos dos vacunas, así como la medicación dirigida directamente contra el virus.

La OPS recomienda que los países intensifiquen la vigilancia de la enfermedad, así como la vigilancia y control de los mosquitos trasmisores, involucrando a las comunidades en actividades de prevención y control, para ayudar a reducir los criaderos domiciliarios y que las personas afectadas busquen asistencia médica oportuna para evitar formas graves y muertes por dengue.

Lo más importante

Bajo la premisa, que ningún esfuerzo ni recurso gubernamental e institucional será suficiente para atender esta prioridad de salud sin el apoyo de la sociedad, hoy por hoy, se demuestra que la mejor forma para controlar o prevenir la transmisión del virus del dengue, consiste en controlar y abatir los mosquitos vectores por cada persona en su entorno.

Además del dengue y dengue hemorrágico, el mosquito Aedes también trasmite otras infecciones virales como Chikungunya y Zika (recordemos las epidemias del 2016 al 2018) y que puede ser vector en la transmisión del virus del Nilo Occidental, virus Mayaro y Fiebre Amarilla.

Todos somos brigadistas

Concepto que acuñamos después de entender que ni con todo el insecticida y ni con muchos brigadistas podríamos abatir al mosco, debemos todos trabajar juntos. Especialmente ahora, en temporada de lluvias, debemos de realizar cada uno acciones de control del mosquito vector en nuestras casas y alrededores, debemos mantener control de los criaderos de mosquitos, así como tener protección personal (ropa blanca larga, mosquiteros, uso de repelentes, cortar la maleza de jardines). Debemos retomar el camino, todos recordamos y sabemos de tantas campañas contra el mosquito. El que de esto escribe participó en apoyo a varios Estados de México (cumbias, canciones, personajes, canciones, eslóganes, “lava, limpia, tapar y voltear”, etc.), lamentablemente solo pocas personas las aplican recomendaciones o se olvida el tema y dejamos de actuar.

Recordaran la campaña “patio limpio”’, dirigida a retirar cacharros del patio, porque el acumulo de agua hasta en corcholatas permite el desarrollo del mosco (pupa), pues al paso del tiempo si se mantuvieron muchos patios limpios. Pero las jornadas de descacharrización terminaron con algunas personas, esperándolas solo para que los brigadistas les retiraran la basura y no para evitar proliferación del mosco. Ahora son las azoteas donde se guardan los cacharros, para que los brigadistas no vean los patios sucios. Recuerdo el apoyo que acordé con “Chabelo” en forma altruista en la lucha contra el mosco, en su programa dominical, con su canciones del enemigo invasor, el patio de mi casa y sus explicaciones, concientizó a los niños de esta lucha y estos les solicitaron a sus papás a limpiar y actuar, ello ayudó mucho a la disminución de casos en ese año, pero al cabo del tiempo también se olvidó, es decir, se nos borra fácilmente de la memoria mantener estas acciones en forma continua y el mosco vuelve a proliferar.

No se ha contado con una sostenibilidad de esta lucha por parte de la sociedad, de nosotros. Ya no podemos permitir los criaderos y la proliferación del mosco, ya entendimos lo graves que son las epidemias, pero esta epidemia –la del dengue- si la podemos abatir personalmente, ¡actuemos en forma permanente!

Debemos desechar todo objeto inservible capaz de acumular agua, como latas, neumáticos en desuso, macetas, floreros, limpiar fregaderos, lavar platos de alimentos de los animales, juguetes rotos y otros tantos cacharros. Mantener boca abajo los recipientes que no estén en uso, o sean baldes, frascos y botellas, además de tapar los tanques y tinacos.

El dengue es una enfermedad que sólo puede ser eliminada —como ya se describió– con la participación de toda la sociedad, de cada uno de nosotros, apoyando a las instituciones gubernamentales en su esfuerzo.