Salud Pública • Infecciones bacterianas, ¿la siguiente pandemia? • Jorge M. Sánchez-González

“…en los siguientes 30 años podría haber más muertes por bacterias resistentes que por cáncer…”

Salud Pública • Infecciones bacterianas, ¿la siguiente pandemia? • Jorge M. Sánchez-González

Los antimicrobianos son uno de los descubrimientos científicos más importantes para la humanidad. Han disminuido la mortalidad humana y animal. Nos hacen sentirnos más seguros, pero debemos asumir la responsabilidad y el compromiso, todos los profesionales de la salud y la población en general, en el uso racional de este recurso vital para nosotros y las generaciones venideras.
JOMSA

Hoy en día, creo sin duda que toda persona ha recibido algún antibiótico en su vida para tratar la infección en cualquier parte del cuerpo. La palabra antibióticos literalmente significa "contra la vida"; en este caso, contra los microbios, aunque también los hay contra los parásitos, hongos y virus, hoy tan necesitados para la pandemia por covid-19, y para lo cual aún no se cuenta con antiviral contra este virus. Los antibióticos de uso más común son los antibacterianos. Algunos son eficaces contra varias bacterias; a estos se les llama antibióticos de amplio espectro. Otros son eficaces sólo contra unos cuantos organismos, y se les llama antibióticos de espectro reducido.

Ernest Duchesne, médico francés considerado como el precursor teórico de la terapia con antibióticos, y padre de la penicilina, observó que ciertos mohos eran capaces de matar bacterias, realizando este descubrimiento 32 años antes que Alexander Fleming descubriera las propiedades antibióticas de la penicilina, una sustancia derivada de esos mohos. En 1928, el médico escocés Alexander Fleming, descubrió en forma accidental –serendipia- la penicilina cuando trabajaba con cultivos de bacterias y el hongo Penicillium notatum destruyo las bacterias, siendo uno de los descubrimientos más importantes de la historia. A finales de la década de 1940, la penicilina se volvió ampliamente accesible para el público en general. Antes de esta fecha, no se contaba con antibióticos para gérmenes comunes y como resultado, el sufrimiento humano era enorme: 90% de los niños que se contagiaban con meningitis bacteriana fallecían. Entre los que sobrevivían, la mayoría tenía discapacidades graves y duraderas, desde sordera hasta retraso mental. Las infecciones de la garganta eran en ocasiones una enfermedad mortal y las del oído a veces se pasaban del oído al cerebro, causando problemas graves. Otras infecciones peligrosas, desde la tuberculosis hasta la neumonía y la tosferina, eran causadas por bacterias que se reproducían a una velocidad extraordinaria y provocaban enfermedades graves y, en muchos casos, la muerte.

Junto con las vacunas, la gran mejora en la higiene, otros avances científicos, la salud pública y el desarrollo de los antibióticos permitieron el incremento espectacular de la esperanza de vida de la población. Sin embargo, al paso del tiempo, el gran éxito de los antibióticos ha sido aminorada por un fenómeno llamado resistencia a los antimicrobianos (RAM). La RAM es la capacidad de las bacterias para adquirir conocimiento de los mecanismos de acción de los antibióticos. Como dice el adagio popular, lo que no los mata los fortalece. Casi desde el principio, los médicos notaban que en algunos casos la penicilina no era útil contra ciertas cepas de bacterias causantes de infecciones en la piel. Desde entonces, este problema de la resistencia ha ido creciendo e involucrando a otras bacterias y antibióticos. De forma creciente se ha vuelto más difícil tratar algunas infecciones graves, forzando a los médicos a recetar un segundo o incluso un tercer antibiótico cuando el primer tratamiento no funciona.

Los antibióticos se deben usar de manera inteligente y sólo como lo indica el médico. Si se siguen estas normas, las propiedades curativas de estas sustancias se conservarán para las generaciones siguientes. Otro problema es la Adherencia terapéutica. Muchos pacientes dejan de tomar el antibiótico por el tiempo y dosis indicadas cuando tienen una mejoría, y ello empieza a generar una resistencia de las bacterias al antibiótico, porque su biología aprende a evadir la acción letal del medicamento. Otro problema ha sido el uso indiscriminado y sin prescripción de los antibióticos.

Fui testigo y redactor responsable como secretario técnico, del acuerdo en 2010 del Consejo Nacional de Salud que presidía el Dr. Ángel Córdova, por el que se suspendía la venta libre y sin receta médica de antibióticos en todas las farmacias del país, medida que al momento no fue bien vista por la industria, hasta que se entendió la trascendencia de controlarla para disminuir la RAM y otros problemas de salud derivados, desde entonces identificado como un problema de salud global que amenaza convertirse en una desgracia para la humanidad.

Se ha debido desarrollar nuevas generaciones de antibióticos, muchos que también han perdido su capacidad de evitar la reproducción de las bacterias. El tiempo de desarrollo e investigación de nuevas moléculas de antibióticos es más lento que la capacidad de algunas bacterias para adquirir resistencia, los hace más costosos y por tanto menos accesibles a todos los pacientes. En adición, hoy se demuestra en los laboratorios de microbiología y en la práctica clínica, la aparición de bacterias resistentes a dos o más antibióticos, a las que se denomina bacterias multirresistentes. Peor aún, ya se encuentran bacterias resistentes a varios grupos de antibióticos, a las que hoy define la OMS como panresistentes. La aparición de nuevos mecanismos de resistencia bacteriana que se propagan a nivel mundial pone en peligro nuestra capacidad para tratar enfermedades infecciosas comunes, y por ende, incrementa la Carga Global de la Enfermedad.

A nivel mundial, en 2015 la RAM ocasionó 700 000 muerte. Esta cifra podría ascender a 10 millones en 2050 si no se llevan a cabo intervenciones para revertir la tendencia. Según proyecciones recientes, en los siguientes 30 años podría haber más muertes por bacterias resistentes que por cáncer.. A nivel económico se incrementa el costo de atención. En un análisis realizado por el Banco Mundial se pronostica que para 2050 el costo de tratamiento de una persona se eleve en 400% cuando se contrae una infección por bacteria multirresistente, y el costo aproximado para Latinoamérica por la resistencia bacteriana será de $2.9 trillones de dólares. Por lo anterior, la RAM es un problema altamente significativo de talla mundial, que requiere vigilancia, control y estudio de los factores clínicos asociados a este fenómeno, para conducir efectivamente las acciones. Se ha declarado que la resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad.

Derivado de los hallazgos mundiales, la OMS publicó la primera lista de «patógenos prioritarios» resistentes a los antimicrobianos, en la que se incluyen las 12 familias de bacterias más peligrosas para la salud humana, y la dividió en tres grupos. De prioridad crítica: incluye las bacterias multirresistentes que son especialmente peligrosas en hospitales, residencias de ancianos y entre los pacientes que necesitan ser atendidos con dispositivos médicos como ventiladores y catéteres intravenosos; los grupos de prioridad elevada y media involucran otras bacterias que exhiben una resistencia creciente a los antimicrobianos y provocan enfermedades comunes como la gonorrea o intoxicaciones alimentarias.

A partir de 2020, en la convocada “Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antimicrobianos”, fue abordado el problema de resistencia a los antibióticos, antifúngicos, antiparasitarios y antivíricos. Acordaron intensificar la campaña mundial que tiene por objeto concienciar sobre la resistencia a los antimicrobianos a nivel mundial y fomentar prácticas óptimas entre la población general, los trabajadores de la salud y los encargados de formular prácticas óptimas y políticas para disminuir la progresión y propagación de las infecciones farmacorresistentes, adoptando el lema: “Antimicrobianos: manéjalos con cuidado”, con todo lo que ello implica.

Como he tratado de resaltar, la RAM es un problema complejo que requiere un trabajo colaborativo multisectorial unificado. El uso indebido de antibióticos durante la pandemia de covid-19 podría conducir a la aparición y propagación aceleradas de resistencia a los antimicrobianos, al tratarse de una infección por virus y no bacterias. En México nos hace falta adoptar ya una política pública estricta, con estrategias y evaluación de su impacto, no sólo de resultados, por lo que deberá acompañarse de presupuesto para abordar este gran problema de salud. Los ciudadanos debemos actuar con responsabilidad en el uso de los antibióticos, siguiendo las pautas terapéuticas que nos indican y evitar la automedicación. Empecemos con reglas básicas: no usar antibióticos para infecciones por virus como los del resfriado o la gripe, no presionar a su médico para que le recete un antibiótico, y cuando tome antibióticos, siga las instrucciones cuidadosamente, administrándoselos por el tiempo y dosis indicados. Finalmente, no guarde los antibióticos para otro tiempo ni use la receta de otra persona.