Cambiar en este instante el estado de cosas

Cambiar en este instante el estado de cosas

Amparado en la certidumbre de cuan importante resulta mirar las cosas como son, hay que decir de entrada que cualquier instante suele presentarse como muy adecuado para tomar la decisión de cambiar un estado de cosas que no está ofreciéndonos beneficios y tal vez hasta nos perjudica. Reconocer lo que es, mirar las cosas como son, se vuelve una necesidad exigente que por fortuna permite echarse a andar con seguridad, aparte de que trae consigo serenidad inmediata.

Sea lo que sea el asunto, nada favorece tanto las relaciones, todo tipo de relaciones (familiares, interpersonales, laborales, amorosas), y también el actuar, como la transparencia. Ésta se consigue cuando uno no se niega (y esto hay que subrayarlo: no se niega) a reconocer hacia dónde, hacia quién se está mirando (alguna persona, hecho, frase, o pensamiento que ha sido olvidado a fuerzas, o excluido del presente o tratado injustamente). Se sabe que esto ocurre cuando tenemos que desviar la mirada, cuando no podemos mirar a los ojos de nuestra(o) cónyuge o de nuestros hijos o de nuestros padres, incluso de nuestro jefe o compañero de trabajo, y quedarnos allí sintiendo comodidad, sosiego.

Otro hecho que ayuda consiste en declarar, en principio para uno mismo, cuál es la situación que está viviendo, o cuáles sentimientos percibe en sí, tal como se presentan, sin emitir juicios ni prejuicios, sea lo que sea que se viva. Lo esencial es no otorgarle espacios al secreto, pues carcome la confianza, ni etiquetar lo sucedido con adjetivos que sentencian los hechos como imperdonables, indebidos o malos. Tan sólo mirar lo que es, tan sólo mirar las cosas como son.

De igual manera, aunque por otro lado, tomar la responsabilidad por nuestros actos, los pretéritos y los actuales, aporta un sinfín de beneficios. Directamente relacionada con mirar las cosas como son, esto quiere decir que debemos de asumir, como adultos, el costo de lo que hemos realizado: como un hecho consumado, sin juicios ni prejuicios, sin culpa ni intentos anticipados de auto-castigo. De igual modo, conviene exteriorizar este reconocer lo que es, hacérselo saber a quien le corresponda. Por lo general, aunque pueda provocar molestia, enojo o reclamos (por cierto legítimos), las personas involucradas aligeran su carga, fortalecen su dignidad y pueden comprender en qué consiste el respeto a los demás y el derecho a vivir la propia experiencia de vida.

Entonces, detectar a quién estamos mirando en nuestro interior, observar qué sentimiento es recurrente, percibir de qué nos culpamos o por cuál asunto estamos auto-castigándonos, reconocer qué deuda contrajimos que no está saldada, detectar qué acto nos impide ir hacia delante, constituyen puntos fundamentales. Y es tan imprescindible entrar en contacto con ellos que ahora mismo conviene comenzar a verlos. Gracias a esa actitud, afirma Bert Hellinger, a veces la vida nos concede una oportunidad más. Por eso se dice que cualquier momento es el adecuado para impulsar un estado de cosas que traiga consigo beneficios altos e intensos en la experiencia de vida. Beneficios en el trato interpersonal, mejores rendimientos en lo laboral, más intensidades en la vida conyugal, conocer mayores honduras o alturas en la tarea de criar a los hijos, menos pesar al no conseguir cambiar el mundo como discurre, mejores posibilidades en el empleo de los talentos propios. ¿Qué otra cosa podría desearse?

¿Y qué sería mejor que lo descrito? En caso de conseguirlo se estaría experimentando ni más ni menos que la plenitud. ¿Acaso no es apetecible? Lo peor del caso es que se presenta sencilla y permanece al alcance de la mano. Pero bien dice el dicho árabe: “La seguridad está en la playa, pero si lo que tú buscas son tesoros, estos se hallan en el fondo del mar”. Entonces, hay que arriesgarse, después de todo, las cosas siempre pueden empeorar, pero también mejorar. Lo crucial radica en el instante, en ese instante en que se toma la decisión de cambiar un estado de cosas que no está ofreciéndonos beneficios y tal vez hasta nos perjudica.